Jaako Ojanen viajó por primera vez al Salar de Uyuni en Bolivia hace unos 20 años, como turista.
Durmió en un hotel de sal, recorrió el desierto blanquecino y se encontró con los trabajadores de sal que tenían su propia cantera y producían ladrillos de sal.
Años más tarde, comenzó a pensar en proyectos de patinaje, con el fin de crear algo diferente o fuera de lo normal.
"Quizás no sea sorprendente, una de las primeras cosas que me vinieron a la mente fueron las dunas del Salar de Uyuni y patinar sobre ellas; pero no estaba seguro de si esto podría hacerse", cuenta entusiasmado al portal BNQT.
Ojanen investigó un poco y descubrió, a través de videos y amigos, que el terreno del salar eran muy fáciles de patinar. Así comenzó la aventura.
¡Mira y disfruta los frutos de su ardua labor!
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