Alan Borda, titular de la Federación Boliviana de Ajedrez y, quizás, uno de los dirigentes más jóvenes del plano nacional (32 años), considera que el país no requiere contar con un número exorbitante de deportistas altamente competitivos que solo se dediquen al tablero. Hacer gala de haber creado “200 campeones del mundo” no es el objetivo a largo plazo. Importa mucho “más” utilizar el ajedrez como instrumento educativo que sirva como puente hacia la formación de futuros profesionales que tengan como base el deporte ciencia. Es decir, médicos, sociólogos y contadores que alguna vez hayan disfrutado del juego estratégico.
“Bolivia no necesita 200 campeones mundiales, porque ese número sería un recurso humano que se va a dedicar únicamente al tablero. Quiero que la nación tenga un comunicador social ajedrecista, un abogado ajedrecista, un médico ajedrecista. Eso deseo”.
Para ello, una de las tareas en las que dice enfocarse el ente federativo, que está bajo el mando del alteño desde 2016, es intentar diversificar la disciplina, llevarla a ciudades y pueblos lejanos de las capitales, de modo que los niños y adolescentes que experimentan dificultades para viajar a los centros municipales puedan empaparse de los conocimientos y “codearse”, también, con sus referentes nacionales mediante festivales que duren solo un día. La idea es descentralizar el deporte y que éste vaya hacia el universo de personas con escasos recursos económicos.
“Si queremos hacer un campeonato en Humala, que se encuentra a tres horas de La Paz, lo realizamos”.
Cuando Borda se zambulló en las aguas nuevas de la dirigencia (primero fue presidente de la Asociación Departamental de La Paz) vio que para lograr el cometido de expandir el ajedrez era indispensable terminar con los “torneos largos” y darle fuerza a los festivales que se resuelven en una jornada. Acabar con lo ya establecido resultó complicado, según el federativo. Sin embargo, la modalidad fue aceptada y adoptada hasta la fecha. Son “pequeños cambios”, de acuerdo con el alteño, que significan mucho.
Recientemente fue nombrado como “cabeza” de la Zona 2.4 América, que engloba a Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia, lo que le permite ser parte de la Junta Ejecutiva de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), algo histórico, puesto que nunca antes la nación había ocupado un puesto jerárquico de esa importancia. Ejercerá hasta 2022.
Con respecto a la situación crítica que sufre Cochabamba en materia de condiciones de infraestructura para desarrollar sus actividades, el paceño dijo que ello no es algo exclusivo del departamento, sino de todo el país. De hecho, su ente federativo funciona en el cuarto piso del estadio Hernando Siles, espacio que requiere mejoras. Cree que hay que hacer lo posible con los elementos que se dispongan.
P: Usted asume un cargo internacional que podrá darle ventajas a Bolivia…
R: Hay dos tipos de beneficios: los reales y los de relacionamiento. Cuando haya reuniones de la Junta Ejecutiva, Bolivia podrá expresarse en este grupo y tendrá más fácil el acceso a las altas autoridades. Es importante el relacionamiento, pues generas atención hacia Bolivia y visibilización. En cuanto a las ventajas reales, los presidentes de zonas poseen atribuciones directas: pueden designar jugadores invitados para torneos panamericanos y continentales, entre otros. Por ejemplo, para el Continental Femenino de Colombia, que comenzará el 16 de noviembre, elegí a dos personas: la ecuatoriana Anahí Ortiz y la cochabambina Daniela Cordero, que es campeona nacional. Ecuador y Bolivia están en desventaja con relación a Perú y Brasil. Por otro lado, entregaremos una carta a Camilo Pérez, titular de Odesur, para que el ajedrez sea incluido en Asunción 2022. Ese tipo de gestiones podemos hacer. Hay buena aceptación.
P: ¿Qué tan importante es la masificación del deporte?
R: No descuidamos la parte competitiva. Sin embargo, la prioridad es dar un espacio más importante, o a la par de lo competitivo, al ajedrez escolar. Este deporte es un canalizador de muchas cualidades de una persona para desarrollarse en diferentes áreas. Necesitamos rescatarlo como instrumento educativo. La Federación trata de impulsar a muchos municipios no capitales. Es verdad, algunos notaron disminución de actividades en La Paz, pero los programas generalmente se enfocan en eventos en las capitales. Es difícil visualizar torneos departamentales de tenis en Achacachi. La ventaja del ajedrez es que es bastante económico. Hace tres semanas se realizó en Humala el cuarto interprovincial, hubo 206 niños. La idea es llevar el ajedrez.
P: ¿Es realmente barato?
R: Sí, pero hablando de masificarlo. No necesitas grandes estructuras. Es el deporte que más fácil puede llegar a las comunidades alejadas y sirve para el desarrollo de los niños. Respetamos lo competitivo. Mandamos a nuestros jugadores a torneos internacionales. Díganme del aporte que un gran maestro haya hecho en su sociedad y el de una persona que alguna vez haya jugado relativamente por buen tiempo y que su efecto sea enorme. Hay valores, por ejemplo, en literatura.
P: Otro aspecto crítico que sufre el ajedrez cochabambino es la precariedad en sus recintos, ¿le preocupa eso a la Federación?
R: Es complicado para nosotros. Tenemos esperanza de que las nuevas infraestructuras para los Juegos Suramericanos sirvan a su propósito de dotar espacios a las disciplinas. Al ajedrez no le tienen que dar mucha inversión. La Asociación departamental de La Paz funciona en el cuarto piso del Siles, que requiere reparación. Son tuiciones de los gobiernos departamentales. Debemos exigir. El problema no solo se da en Cochabamba, también en Oruro pasa lo mismo. Es la realidad a nivel infraestructura. Tampoco la Federación posee sede física. Estamos en el cuarto piso del estadio junto a la Asociación paceña.
P: ¿Son más flexibles con sus entidades locales respecto a los requisitos para llevar adelante los torneos nacionales?
R: No exigimos que los campeonatos sean en un lugar determinado, pero sí que se desarrollen en Cochabamba, por ejemplo. Cuando hay congresos, las asociaciones departamentales entran a competir por llevarse torneos nacionales. Cada una ve por qué lo hace. Como ente federativo debemos hacer cumplir un cronograma establecido. Con lo que se cuenta hay que hacer lo mejor posible.
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