La muerte de su entrenador y la decisión de formar una familia hicieron que la raquetbolista cochabambina Yazmine Sabja colgase la raqueta durante ocho años, pero hace un tiempo ha vuelto a las canchas decidida a dejar el nombre de Bolivia en alto y ser un ejemplo de deportista para sus hijos. Lo ha conseguido.
“En los ocho años que estuve sin el raquet había un vacío en mí, no me terminaba de apasionar nada, y ahora que he vuelto a lo que más amo he tomado la decisión de que el deporte se vuelva mi carrera”.
El amor de Sabja por esta práctica comenzó a sus 10 años y, si bien al principio fue un pasatiempo compartido con la práctica del voleibol, con los años se convirtió en su mayor pasión.
Su alejamiento de las canchas llegó a finales de 2009, después de participar en los Juegos Bolivarianos. En 2011, “la gota que rebalsó el vaso” fue la muerte de su entrenador Juan Carlos Tapia, quien la guió para dar sus primeros pasos en el ráquetbol y le mostró lo apasionante que puede ser esa disciplina.
“Después de la muerte de mi entrenador no quise saber nada más nunca del raquet, jugué dos torneos que le había prometido y luego colgué mi raqueta”, recordó la deportista.
Sabja formó una familia con tres hijos y en 2016 fue su esposo quien la motivó para que retornase a las canchas. Aunque esa era la intención, la raquetbolista sufrió una lesión en la cadera que la volvió a alejar de la disciplina.
Transcurridos dos años desde aquella lesión, Sabja tomó la decisión de retomar la raqueta “con todo” para darles un ejemplo de vida sana y disciplina a sus hijos y mostrarles que se puede llegar lejos con determinación y perseverancia.
“El hecho de darles a mis hijos el ejemplo del deporte y lo que conlleva como la disciplina, el orden, la responsabilidad fue la mayor razón por la que decidí volver”.
La qhochala retornó a los campeonatos nacionales e internacionales concentrada en dejar en alto el nombre del país y lograr más medallas, pero también dedicarse a “profesionalizar” su carrera en el ráquetbol.
La deportista acotó que toma como ejemplo a la mexicana Paola Longoria, la mejor del mundo, por cómo ha llevado su carrera profesional en este deporte, más allá de verlo como un pasatiempo o algo más que hacer, sino como una auténtica profesión.
Este año, la deportista se alzó con el oro, junto a su compañera valluna Valeria Centellas, en dobles del Mundial Open de San José en Costa Rica.
“Hasta ahora, nadie ha alcanzado esto en Bolivia, es la primera medalla de oro en categoría mayores en este mundial para el país”, comentó Sabja.
Para la raquetbolista, este logro es una meta personal cumplida, pero también una satisfacción muy grande para Bolivia, algo que la impulsa a conquistar más retos.
“Entreno con mucha disciplina, siempre he sido una persona muy constante y muy comprometida con mis entrenamientos”.
A sus 26 años, Sabja cuenta con cuatro medallas de oro internacionales, siete de plata y cuatro de bronce.
La deportista también ganó más de 50 preseas de oro, una veintena de plata y más de una decena de bronce en eventos nacionales.
Para la raquetbolista, Bolivia está demostrando en los últimos años que es una “potencia mundial” en esta disciplina, ya que “se están formando excelentes jugadores y futuros campeones”.
Es por ello que otra de sus metas es formar a nuevos talentos y convertirse en entrenadora en un futuro.
“Es uno de mis proyectos a mediano o largo plazo. Ahora no puedo hacerlo por mis entrenamientos, pero es algo que me gustaría concretar de aquí a unos cinco o seis años”, comentó.
Además de continuar con sus ensayos e impulsar su carrera deportiva, Sabja se convirtió en la primera fanática de su hija, de 4 años, que decidió seguir sus pasos en el ráquetbol.
“Me brillan los ojos cuando la veo jugar en la cancha. Que se meta al deporte y que tenga a su mamá como ejemplo, para mí es suficiente. Me llena el alma que mi hija siga por este camino”.
La boliviana sostuvo que cumplió con muchos desafíos que se ha trazado en su carrera y que ahora está enfocada en encontrar empresas que crean en ella para participar en otros eventos internacionales, pues ella, así como varios deportistas del país, no cuenta con el apoyo económico suficiente para competir fuera de las fronteras bolivianas.
Uno de sus próximos objetivos también es participar en la parada de Boston (Estados Unidos) y hacerse de un cupo para representar al país en los Juegos Panamericanos que se disputarán en Lima en 2019.
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Medallas consiguió la raquetbolista valluna en los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018, que se realizaron del 26 de mayo al 8 de junio. También logró presea en el Mundial Open de la disciplina.
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