Durante el desarrollo de los XI Juegos Suramericanos se vieron muchas cosas, desde la gran expectativa que generaron muchas de las disciplinas deportivas, la alegría de los atletas bolivianos –que festejaron medallas obtenidas junto a sus familiares–, hasta la ola de críticas contra las autoridades por la falta de apoyo para la preparación de los atletas bolivianos.
Sin embargo, ahora que todo pasó, existe la interrogante de si el deporte boliviano mejorará o no.
Para empezar, la Alcaldía de Cochabamba y el Ministerio de Deportes han estado organizando ya varios eventos deportivos posteriores a los Suramericanos. La Alcaldía realizó tres eventos deportivos; un Panamericano de Gimnasia Trampolín, en el que se disputó dos cupos para participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se realizará este mes en Argentina; un Campeonato Nacional de natación (liga A y B); y en el complejo Sarco, un nacionalde ráquetbol.
El Ministerio de Deportes está organizando el Panamericano Juvenil de Ciclismo de Pista y de Ruta, en el velódromo de la Villa Suramericana y, además, prevé un campeonato nacional de taekwondo a fines de este mes, también en la zona de La Tamborada.
Otro evento es un campeonato abierto de tenis en el trópico cochabambino, en septiembre, donde, además, se iniciará un programa de masificación de esta disciplina en coordinación con la Federación Boliviana de Tenis.
Con estos eventos, las autoridades nacionales esperan que el rendimiento de los atletas bolivianos pueda mejorar poco a poco para futuras presentaciones internacionales.
“La construcción de escenarios deportivos en distintos municipios permite socializar y fortalecer el deporte. Con esto, Cochabamba se convierte en la ciudad con mejor infraestructura deportiva y con mayor proyección en el deporte boliviano”, señaló Tito Montaño, ministro de Deportes.
Otro detalle que destacó Montaño fue el bono que recibieron los ganadores de las medallas por parte del Gobierno (30 mil dólares para los que ganaron preseas de oro, 20 mil para plata y 10 mil para bronce), como parte del apoyo que ofreció el presidente del Estado, Evo Morales.
Sin embargo, queda como asignatura pendiente, tanto para la Alcaldía como para el Ministerio, gestionar los recursos económicos necesarios que demandará el mantenimiento de los distintos recintos deportivos que fueron construidos para los Juegos. Se espera que este factor no sea un impedimento para que dichos escenarios sean usados y sirvan para la preparación de los atletas.
Al respecto, la postura de otros actores involucrados en el deporte boliviano es distinta a la del ministro Montaño, pues señalan que una política seria debió, antes de priorizar la infraestructura, ser “incentivar a los atletas” para que demuestren mejor rendimiento durante los Suramericanos y cosechen más medallas y más logros internacionales. La mayoría de los deportistas que participaron en Cocha 2018 llegaron con poca preparación y a raíz de eso se obtuvo pocas medallas en las disciplinas olímpicas.
“La mayoría de los atletas bolivianos que participaron de los Juegos se preparan por sí solos, sin apoyo real del Gobierno, con el esfuerzo de sus familiares. Por eso estamos mal, porque no hay políticas de Estado que apoyen a los deportistas”, señaló Ernesto Moreno, periodista deportivo.
De la misma manera, el presidente del Comité Olímpico Boliviano, Marco Arze, espera que este avance que hubo en el tema de la infraestructura deportiva en Cochabamba, de aquí en adelante, sirva para mejorar el rendimiento de los atletas con el apoyo del Gobierno y también de las distintas asociaciones.
“El deporte nacional no puede avanzar sin un sustento financiero, el deporte de alto rendimiento necesita recursos económicos que le permita realizar varias cosas, como torneos nacionales, juveniles, mayores. Hasta ahora siempre se hizo con el esfuerzo de los dirigentes y de los padres”, señaló Arze.
De todas formas, las condiciones en cuanto a infraestructura están óptimas para que los atletas mejoren su rendimiento en un futuro próximo, todo dependerá de las gestiones que realicen las autoridades.
“Cochabamba es la ciudad con mejor infraestructura deportiva y con mayor proyección en el deporte boliviano”, Tito Montaño, Ministro de Deportes.
PUNTO DE VISTA
El capital humano sólo necesita apoyo
Ramiro Sánchez
Periodista deportivo
Considero que no se avanzó lo suficiente como para ver con marcado optimismo el panorama, ya que a pesar de algunos esfuerzos de las autoridades, los deportistas siguen demandando soluciones reales y menos burocráticas a la falta de recursos y es quizás éste el principal desafío a vencer.
Lo ocurrido en los recientes Juegos Suramericanos explica en algo esta realidad; es decir, limitados recursos destinados a la preparación de los deportistas comparados con las altas inversiones en la construcción de escenarios que corren el riesgo de quedar en el tiempo como elefantes blancos.
Para un verdadero despegue del deporte, deben corregirse estas desproporciones y proteger a nuestros atletas que, en muchos casos, terminan defendiendo la bandera de otros países desmotivados por lo que ocurre en Bolivia.
Si deseamos ser verdaderos protagonistas en el escenario sudamericano, debe ser producto de una verdadera política estatal de apoyo al deporte más que el esfuerzo familiar.
Los juegos de Cochabamba demostraron que iniciativas como el programa “Tierra de Campeones”, (gestionado por la Alcaldía de Cercado) o las becas que otorgó el Ministerio de Deportes, reditúan en mejores resultados, no los deseables para un país anfitrión, pero alentador en sentido de que existe buen capital humano que sólo necesita apoyo.
El fútbol nacional aún continúa en terapia intensiva, tanto el profesional como el aficionado. Mientras no se haga sostenible la ecuación, muy difícilmente se podrá pensar en invertir en divisiones menores.
Clubes en déficit, pálidas presentaciones de nuestras selecciones menores y torneos de asociación que no promueven la aparición de nuevas figuras, son el pan de cada día y esto no puede continuar así.
La nueva administración federativa tiene un duro desafío por delante y, como ellos sostienen, luego de un tiempo prudente, se podrá evaluar si las soluciones propuestas fueron las adecuadas o sólo quedaron en la buena intención.
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