El escalador suizo Ueli Steck que falleció el pasado domingo al caer por una pendiente helada del Nuptse, una montaña cercana al Everest, ascendió junto a los escaladores bolivianos Bernardo Guarachi y su hijo Eliot entre abril y mayo de 2011 la cumbre del Cho Oyu (8201 m) de la cordillera del Himalaya.
“En la expedición al Cho Oyu compartimos –con Ueli Steck– casi por un mes nuestro campamento y estuvimos en una sola carpa de comedor antes del ascenso”, detalló Bernardo Guarachi quien rememoró al escalador conocido como la “maquina suiza” por sus récords de velocidad en la cara norte de los Alpes.
El escalador boliviano que pretende completar entre diciembre de este año y enero de 2018 la meta Seven Summits o Siete Cimas del mundo con el ascenso al nevado Vinson de la Antártida, recordó que Steck el 2011 “probaba la resistencia de unas botas que tenían un peso mínimo, ya que los fabricantes le proporcionaban equipo de alta montaña para experimentar su eficacia”.
“Así es la vida de un montañero, la montaña te puede atrapar. Varios amigos ya se fueron como Anatoly Boukreev que murió en 1997 en la montaña Annapurna, el escalador ruso realizó siete ascensiones a nevados de más de ocho mil metros de altura sin ayuda de oxígeno suplementario y con quien logramos hacer la cima del Makalu (8463 m) en la cordillera del Himalaya en 1994”, dijo.
También recordó al escalador Peterko Kovalcic con quien intentó llegar a la cima del Everest sin lograrlo también en 1994, otro alpinista que fue recordado por Guarachi, fue el español Iñaki Ochoa de Olza con quien conversaban por la facilidad del idioma en uno de sus ascensos en las montañas asiáticas.
“Muy pocos entienden –el andinismo– y no hay difusión, mientras que otros deportes como el futbol o el Dakar están más al alcance del público, desde mi ascenso al Everest en 1998 no surgieron otros escaladores bolivianos será porque es muy difícil o no existe el apoyo necesario para el verdadero deporte en extremo”, cuestionó Guarachi.
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