En una mesa, la consagrada billarista cochabambina y campeona de los Juegos Bolivarianos Trujillo 2013, Nataly Camacho. En otra (un tanto cercana), la paceña Marcia López, una mujer de pollera de 29 años que empuña el taco, lo hace suyo y se entrega a la aventura de competir porque su gusto por este deporte pesó más que su timidez.
Ambas son dos de las participantes que ya le dan vida al Nacional de Pool Bola 8 y 10 que arrancó en el salón Class One, uno de los escenarios más modernos y completos que asoman en el país.
Camacho, la número uno de Bolivia, abrió, consecuentemente como favorita. Se midió ayer con la también local Leonela Peñafiel.
López, de movimientos serenos y concentración absoluta, contó su anhelo de medirse con Camacho, aunque dejó en claro que nunca antes pudo ganarle.
Lo cierto es que compartir mesa con la “reina del billar” no es cosa de todos los días.
Leonardo Villarroel es otro de los que se presentó con estrella. El cochabambino salió airoso de sus tres partidas en la fase inicial y venció, incluso, al cruceño Miguel Brito (por la cuenta de 6-4), exponente que cuenta con trayectoria y que en 2015 clasificó para el Panamericano que se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina.
“No está ausente ningún campeón. Las partidas eran muy duras”.
Por la Llajta, compiten también Fabián Vargas, Arturo Mamani e Iván Orellana.
El director deportivo del torneo, Raúl Quintana, celebró el retorno de los nacionales en tierra local, luego de ocho años en los que la organización no había sido posible. Ahora, la situación es distinta. Las condiciones de las mesas del salón céntrico permitieron acabar con la sequía de evento en Cochabamba. El torneo continuará hoy.
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