La inauguración de la justa bolivariana está programada para el 17 de abril del próximo año, pero muy poco o nada se ha avanzado desde que en noviembre de 2017 Sucre fuera designada como sede.
Desde esa fecha tuvieron que pasar nueve meses para que los Juegos dieran sus primeros signos de vida, cuando en agosto de 2018 llegó la comitiva de la Organización Deportiva Bolivariana (ODEBO) para hacer la primera inspección a los escenarios deportivos con los que contaba la Capital.
La oportunidad sirvió también para que se posesionara al Comité Organizador, conformado por las máximas autoridades de la Alcaldía, la Gobernación, la Universidad San Francisco Xavier y el Comité Olímpico Boliviano.
Sin embargo, el Comité recién comenzó a funcionar esta gestión con sus primeras reuniones. En febrero, tras una nueva visita de la ODEBO, el alcalde y además presidente del COBOL, Iván Arciénega, informó que se habilitarían 26 deportes para los Juegos.
Esta noticia fue confirmada semanas después con el anuncio de la construcción del complejo de raquetas, el velódromo y un nuevo bloque en la Villa Bolivariana.
Dos meses ya pasaron desde ese anuncio y muy poco se ha avanzado en la construcción de los escenarios antes mencionados; es más, el lugar de emplazamiento del velódromo se modificó hace una semana.
A ello se suma la pasividad de la Alcaldía para ejecutar un proyecto que permita preparar a deportistas chuquisaqueños, con el objetivo de que enrolen las selecciones nacionales. Hubo anuncios reiterados, pero no se materializaron hasta la fecha.
Ayer, con la visita del venezolano Giorgio Alberti, director técnico de ODEBO, se reunió el COBOL, pero simplemente abordaron temas administrativos como aprobación de actas, reglamento interno y manual de funciones.
Para el 3 de mayo se tiene programado lanzar los Juegos y para el 10 de mayo la visita de la comitiva de ODEBO, pero ¿qué avances se mostrarán?
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