Cuando Rodrigo se relaja, toma su celular, se enfrenta al torbellino de imágenes. Y de esa catarata de colores y letras, él aparta lo esencial: las noticias que tengan que ver con la gimnasia artística, lo que lo moviliza. Incluso, si se trata de un artículo que lo emociona mucho, hasta regala un generoso “me encanta”.
Rodri Moyano, de 24 años, es, sin resquicio a la mínima duda, uno de los gimnastas élite de Bolivia con más pergaminos. Y no por “obra del destino”, sino, más bien, por algo tan concreto como lo es la falta de recursos económicos, el cochabambino deja un asiento vacante en el tren de atletas que se dirige a los Juegos Panamericanos Lima 2019.
“Tristre” y “frustrante”, las dos palabras que salen de su boca, las mismas que grafican sus sensaciones grisáceas, las mismas que retratan la imposibilidad de que sea un actor principal y no un mero “espectador” de la obra que se estrenará desde julio en la Ciudad de los Reyes.
A grosso modo, en 2018 tenía que costear unos 9 mil dólares en su presentación dentro de los Prepanamericanos, la etapa previa que definiría su suerte en la alta competencia que se avecina. El monto, por demás cuantioso, incluía los gastos tanto de él como de su entrenador y un juez que lo acompañarían en la travesía, según Rodrigo.
Imposible para su bolsillo. “No he podido ir por falta de presupuesto. Eso condiciona mi participación en estos Juegos. Realmente es una gran inversión la que se necesita para competir en el exterior. Ya era demasiado para mí. La mayoría de las veces que participé en el exterior ha sido por mis propios medios”. De ahí, también, que el microemprendedor (este año abrió una tienda de productos naturales junto a su pareja) tampoco haya podido apostar por su presentación en torneos mundiales durante los últimos dos años.
“Han sido dos años consecutivos que he desistido de ir a mundiales por presupuesto y falta de apoyo”.
Y aquí vienen las dos palabras poco bondadosas. “Para el deportista es súper triste porque es algo para lo que se está preparando. Es algo, a veces, hasta frustrante”.
Pero no elige un mundo que no sea suyo para recluirse y quedar distante de la fiebre de los Panamericanos. Lejos de él las sensaciones mezquinas por saberse fuera. Prefiere dejarse empapar. Y aunque la nostalgia invada el instante, continúa en la lectura.
Sabe que el colombiano Jossimar Calvo, doble campeón en Cocha 2018, no buscará su boleto a Tokio en Lima 2020 por lesión.
“Estoy muy al tanto. Veo por Instagram, por las redes sociales, cómo se preparan, igual, en otros países. A ratos me frustra, pero es lindo. Quiero ver todo lo que habrá en esos Juegos, todo lo que presentarán y cómo está el nivel de los deportistas de otras naciones para ir analizando hacia dónde debo apuntar”.
Descartada su participación en Lima 2019, su programa de entrenamientos ha cambiado. Encara el plan con la mira en el ciclo olímpico venidero y le desea el mayor de los éxitos a sus compañeros, a los que darán todo por la Tricolor. Ya regresará el campeón a dar pelea...
“EEUU es favorito porque vive del deporte”
Rodrigo Moyano, calcula, de antemano, que la delegación estadounidense será la que siente presencia en el medallero de los Juegos Panamericanos Lima 2019.
La anticipación no es nada descabellada. Es consecuente a lo que se dio en 2015, cuando dicha nación se quedó con el título de los Panamericanos de Toronto, en Canadá.
En aquella ocasión, el conjunto se despidió con el cetro por decimoquinta vez (de 17 ediciones totales).
Para Rodrigo, la supremacía norteamericana es incontestablepor sólidas razones: los atletas de esa nación viven exclusivamente para y del deporte; y existen políticas deportivas.
Esos factores son los que marcan las diferencias abrumadoras.
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