10 abril 2019

Burgos, toda una vida al servicio de la esgrima



La esgrima es su vida. Considera que este deporte marcó su destino desde niña, pues le dio disciplina, persistencia, carácter y un estilo de vida que la hizo una exitosa deportista, destacada entrenadora y actualmente una dirigente responsable. Erika Burgos está más de tres décadas ininterrumpidas en este mundo.

Gran parte de su vida transcurrió entre el florete, el sable y la espada, desde la primera vez que llegó a una pedana a los 12 años hasta que actualmente preside la federación de esta disciplina.

“La esgrima no solo es un deporte, sino es una pasión que fue determinante en mi vida, un ciclo hermoso. No solo por el hecho de ir a representar a La Paz, a Bolivia, sino por conocer a otras personas, lugares y competir. Un deportista es un privilegiado porque tiene vivencias que otros no y eso le ayuda en la vida, al menos conmigo lo hizo mucho”, asegura Burgos.

De su etapa de deportista, recuerda que los entrenamientos fueron lo más duro y que llegar a competir fue la conclusión de todo eso. Tiene en mente una de sus primeras victorias, en los Juegos Nacionales Hugo Banzer, en Santa Cruz, donde logró la primera medalla de oro para La Paz, detalle que fue noticioso a nivel nacional.

Sus éxitos superaron las fronteras, porque en los Sudamericanos y Bolivarianos obtuvo otros éxitos individuales y por equipos. “En espada me fue bien, en florete, también, y en general en las tres armas. Además que competir afuera por la bandera boliviana es otra sensación diferente”.

Excepto en la época en que estuvo en la dirigencia paceña, muy joven a los 20 años, después vino la etapa de enseñar y ser entrenadora. Recuerda que le decían que una buena deportista no siempre es buena instructora, por eso ella al inicio optó por ser monitora de su mentor Froilán Rojas, con quien aprendió bastante la metodología de enseñar a los deportistas.

“Años después fui la entrenadora principal de las selecciones paceñas para competir con los niños en los nacionales respectivos. Eso también implicó exigencia, tiempo, dedicación verdadera y dejamos de lado muchas cosas personales para entrenar bien”, explica Burgos, que desde 2000 fue instructora.

Logró trabajar con grupos de hasta 60 niños, de los cuales con los más destacados obtuvieron medallas para la esgrima paceña.

Burgos asegura que esa faceta también la vivió de grata manera, pues estaba en su deporte favorito impartiendo todo lo que había aprendido.

“Hubo muchos y casi todos los niños a quienes entrenamos a los que les dimos un estilo de hacer las cosas. Disciplina, orden y creer en ellos. Recuerdo a Mariana Pino Chacón, oro en un sudamericano e hizo gran carrera”.

Como en todos los deportes, a una entrenadora se la puede calificar por los resultados con sus pupilos, y ella dice que le fue bien.

Años después asumió la titularidad de la federación, la cual preside desde 2010, con una reelección en 2015.

“En esta etapa sentí que fue más complicado, porque el ser mujer, joven y paceña como que trajo críticas en los primeros años. Hace ocho años no había las leyes de ahora que cuidan a las mujeres. Una es igual de capaz que los varones. No es competencia, pero tenemos capacidad para dirigir y creer en hacerlo bien”, enfatiza la dirigente.

Cuenta con satisfacción que ahora se dio un gran cambio, porque hay más damas no solo en la directiva, sino como entrenadoras y las niñas mismas masifican los diversos deportes.

“Ahora tengo el objetivo de fortalecer a las asociaciones que necesitan más apoyo para masificar nuestro deporte y apuntar a ser más competitivos. En el eje troncal hay opciones de estar bien, pero las demás asociaciones necesitan mucho respaldo, y tratamos de darles eso”.

Otro logro importante es que la federación internacional otorga una beca cada año a un deportista para que viaje al exterior y se capacite de la mejor forma.

“Siempre procuramos que la designación sea lo más justa; es decir, que vaya quien realmente hizo méritos. Además, enviamos a uno nuevo para motivar a la mayor cantidad de niños”, explica sobre la metodología.

Burgos detalla que trabaja también en procura de obtener otras becas, siempre con el propósito de que los esgrimistas más destacados se capaciten y mejoren su nivel de preparación.

Asimismo, también “tratamos de atender en general a todos por igual, desde los que se inician hasta los de élite”, sentencia.

Burgos (la niña a la izq.) junto a sus padres Juan y Modesta y su hermano Ronald. Foto: Familia Burgos

Asumió a los 20 años

A mediados de 1995 le tocó encarar una etapa singular y nueva en la esgrima, porque de deportista saltó a la presidencia de la Asociación Paceña de Esgrima cuando solo tenía 20 años.

Fue un tiempo en el que se generó una crisis interna por falta de dirigentes en la asociación y para evitar que la disciplina desaparezca, ella como figura de entonces asumió ese rol siendo tan joven. Los resultados fueron buenos.

Un histórico hombre de la esgrima de La Paz, Froilán Rojas, fue su mentor y guía para encarar esos años complicados.

“No había quién se hiciera cargo, era una situación muy difícil porque la acefalía nos iba a hacer desaparecer como asociación y eso no podíamos permitirlo, entonces asumí por la fuerza, porque nadie se animaba, por eso digo que las mujeres tenemos valentía y capacidad para afrontar las cosas”.

De esa manera logró el objetivo de mantener con vida a la disciplina en La Paz, aunque no dejó de entrenarse y competir por el departamento. Recuerda que junto a Rojas fundaron el Club de Esgrima Naval, luego surgió el Club Franco Boliviano, el Club Ejército Esgrima y otros que sostuvieron a la asociación con sus actividades.

“Mi función principal siempre fue la de deportista, pero redoblamos esfuerzos junto al apoyo de otras personas y con complicaciones salimos adelante. Nadie nos puede reprochar por la pasión que le pusimos. Fuimos a la Asamblea del Deporte Paceño donde también aprendimos bastante de la dirigencia deportiva”.

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