07 marzo 2018

Sin apoyo, tres atletas olímpicos dejaron de entrenar



De los cinco marchistas bolivianos que participaron por méritos propios en los Juegos Olímpicos de Río 2016 solo dos siguen en actividad, los otros tres comenzaron a dedicarse a sus estudios debido a la falta de apoyo al deporte en el país.

Ángela Castro (de 25 años), Wendy Cornejo (25), Stefany Coronado (21), Marco Rodríguez (24), todos en 20 kilómetros, y Ronal Quispe (29), en 50 kilómetros, se clasificaron a los Juegos y llegaron gracias al apoyo que tuvieron con el programa Tunkas de la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) y el Ministerio de Deportes.

Castro, quien fue la abanderada nacional y tuvo la mejor actuación en la historia de Bolivia en este evento al obtener el decimoctavo puesto, y Quispe, siguen con sus entrenamientos y participan en diferentes competencias.

No es el caso de Cornejo, Coronado y Rodríguez, quienes luego de los Juegos Olímpicos se dedicaron a retomar sus estudios —que los habían dejado para entrenarse— por la falta de apoyo que hay en Bolivia a los atletas de élite.

“Todavía me cuesta pensar en que no estoy pudiendo entrenar, pero tengo que terminar de una vez mi carrera. No estaba pasando por un buen momento económico. Ese es el problema, ya no se puede estar así, la edad avanza y uno empieza a tener más responsabilidades”, señala Rodríguez, quien cursa el último semestre de Fisioterapia y Kinesiología en la Universidad Central.

Añade que “si queremos dedicar una vida al deporte, el deporte tiene que retribuirte algo. No digo que soy una persona que hace las cosas por dinero, pero todos necesitamos trabajar para comer”.

Cornejo dejó de competir luego de Río por una cirugía a la que se sometió en octubre de 2016 al sufrir una rotura de meniscos de tercer grado en su rodilla derecha.

Estuvo seis meses en recuperación, luego comenzó a entrenar, pero sintió molestias y mejor va con calma.

Rodríguez (de blanco), en una competencia internacional. Foto: CBN

Decidió dejar temporalmente la actividad física, pero cuando vio que no había apoyo reforzó esa idea. “Retomé Ingeniería Comercial y el año pasado comencé Contaduría General. Había dejado mis estudios durante cuatro años para entrenar”, indica.

En ambas carreras cursa el segundo año. Ingeniería Comercial estudia en la Universidad Tecnológica Boliviana y Contaduría General en el Instituto Técnico Comercial.

Por la falta de apoyo ha pensado en dejar el “deporte competitivo”, pero no así el atletismo como actividad porque “es mi estilo de vida desde que tengo cuatro años”.

Coronado siguió entrenando después de su participación en Brasil. Sin embargo sufrió una caída que le ocasionó una tendinitis en la rodilla derecha. Por ello hizo fisioterapia hasta fines de 2016.

Al siguiente año volvió a practicar, “pero ya no tan constante, porque había dejado la universidad año y medio y mi familia me dijo que retome mis estudios, por eso en 2017 lo dediqué a estudiar”. Pasa el cuarto semestre de Administración de Empresas en la Universidad Privada Boliviana.

Desea volver a entrenar, pero el factor económico le hace pensar, ya que “aquí (en Bolivia) no puedes vivir del deporte, entonces mi familia me apoya en mis decisiones. Me tomé el tiempo para estudiar, pero quiero volver”.

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