07 marzo 2018

Rumbo al fracaso en los Juegos Suramericanos



Cinco marchistas bolivianos participaron por mérito propio en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2014. Cuatro años después solo dos de ellos siguen adelante y se aprestan a representar al país en los Juegos Sudamericanos Cochabamba 2018.

Según revela una nota publicada en esta edición, los tres que se han quedado en el camino justifican su alejamiento por la falta de apoyo sobre todo de parte del Gobierno. Remar en soledad los hizo desistir y cansados de ello han optado por preocuparse de sí mismos.

Como ellos hay decenas de deportistas que se quejan: la carencia de recursos les impide sustentar un proceso, no hay manera de llevar a cabo un entrenamiento adecuado y, ante esa realidad, poco se podrá esperar de su rendimiento cuando llegue la hora de competir.

Bolivia se apresta a ser el país anfitrión del evento multidisciplinario más importante de Sudamérica y es muy probable que obtenga notas altas en cuanto a organización y sobre todo infraestructura a partir de una importante inversión que permitirá mostrar imponentes obras como la Villa —una serie de edificios donde se hospedarán las delegaciones—, además de un puñado de espectaculares escenarios, varios de ellos nuevos que sin lugar a dudas serán un aporte al deporte.

En cambio, ha sido escasa la apuesta por nuestros deportistas y apenas han habido esporádicos programas como los entrenamientos en China —de la mano de acuerdos internacionales— que disimulan la carencia de verdaderas políticas de apoyo.

Así, está previsto que Bolivia asista a sus Juegos con una numerosa delegación de unos 700 deportistas, pero de ellos ni siquiera un 10% llegará a la cita con reales posibilidades de alcanzar medallas, una realidad que apunta al fracaso deportivo como consecuencia de la desatención de la cual son víctimas.

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