30 marzo 2018

Tórrez nada rumbo al podio de los Juegos Odesur 2018

El triunfo no espera sentado y por ello la nadadora Karen Tórrez se despierta a las 5:00 en La Paz con rumbo al centro de entrenamiento, a la universidad y a cumplir con sus labores. Busca ganar una medalla en los Juegos Odesur 2018.
“Todos nos preparamos de la manera que podemos. Nos falta mucho trabajo, hubo alguna ayuda con el programa Equipo Bolivia, pero se terminó. La mayoría (de los deportistas) solventamos nuestra preparación como podemos, en mi caso con apoyo de auspiciadores”, declaró.
Tórrez, oriunda de Cochabamba, radica en La Paz, donde trabaja como entrenadora en el Club Hípico Los Sargentos, donde forma a los nuevos talentos.
Con 25 años, Tórrez es la principal carta de triunfo del país en natación. Representó a Bolivia en las Olimpiadas de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, y en los Juegos Bolivarianos Sucre 2009 comenzó la cosecha de medallas con un primer bronce en competencias internacionales y en noviembre pasado ganó oro en los Bolivarianos de Santa Marta en los 50 metros estilo Libre con récord de 25 segundos y plata en 100 metros Libre (56”14).
Tórrez se despierta a las 5:00, desayuna, se alista y sale rumbo al Club Hípico Los Sargentos (Obrajes, zona sur) y de 6:00 a 7:30 cumple con la sesión de entrenamiento en la piscina. De 8:30-12:00 asiste a sus clases en la carrera de Nutrición y Dietética en la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa).
INTENSA RUTINA

Hay días en los cuales debe regresar a los estudios en horas de la tarde, pero durante la semana, desde las 17:00 hasta las 20:30, trabaja como entrenadora en Los Sargentos. De regreso a casa, toma los libros para estudiar y prepara las actividades del día siguiente.
Ingresar a este ritmo fue sencillo para Tórrez, durante tres años practicó en el Centro de Alto Rendimiento (Car) en Sant Cugat del Vallés, en Barcelona (España) –gracias a beca otorgada por Solidaridad Olímpica, por intermedio del Comité Olímpico Boliviano–.
La nadadora boliviana recordó que en Barcelona se despertaba a las 6:00, a partir de las 7:00 ya estaba en la piscina, alternando con sesiones cardiovasculares. Luego del almuerzo, tenía un tiempo de descanso y desde las 16:00 hasta las 20:00 volvía a la pileta. Sin olvidar los test fisiológicos de rutina.
“Allá es más profesional el deporte, acá es difícil”, indica Tórrez en referencia no sólo a lo que ocurre en España, sino en los países vecinos que cuentan con un Centro de Alto Rendimiento, como Chile y Argentina, y remarcó que “En Bolivia no es así, todavía el deporte no es profesional; o entrenas o trabajas”.

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