“La técnica sin espíritu no sirve” es uno de los principios de la Escuela de Kung Fu Shaolin Quan Bolivia Dragón Dorado del Sur, que este año cumple 25 años de existencia. En 1999, esta institución tomó contacto con el templo Shaolin en China, considerada la cuna de las artes marciales, creando un lazo entre ambos pueblos a través de esta filosofía.
En sus instalaciones, ubicadas en la calle 4 de Obrajes, los alumnos de la escuela que se entrenan como instructores dan saltos y hacen figuras en el aire desafiando la gravedad. Cada salto, cada impulso, cada forma cargada de potencia y flexibilidad es el resultado de horas de entrenamiento.
Fundada el 23 de junio de 1988 por Fernando Huanacuni, la Escuela de Kung Fu Shaolin Quan Bolivia Dragón Dorado del Sur tuvo como objetivo desde el inicio formar nuevas generaciones de practicantes de este arte marcial.
“La escuela se ha caracterizado por formar instructores que posean habilidad, pero sobre todo buen espíritu y principios, capaces de transmitir algo más que sólo técnica. Muchas generaciones han pasado por la enseñanza de la escuela, descubriendo habilidades y capacidades propias, así como principios de vida que nos ayudan en nuestro crecimiento y despertar”, explicó Huanacuni a través de un documento preparado para Página Siete.
La institución se especializa en la enseñanza de dos estilos. El primero es el shaolin kung fu, que se caracteriza por movimientos ágiles y veloces y tiene como premisa el estilo budista, que es un camino de renuncia, profunda espiritualidad, práctica y disciplina donde cada forma es una oración. Se practican formas que imitan movimientos de animales y manejo de armas.
El segundo es el tai chi chuan del estilo yang, que se enfoca en movimientos de belleza sin par, combinados con la respiración, enfocándose en la parte interior del ser humano para canalizar su energía.
Bolivianos en el monasterio
Luego de la visita de Huanacuni al templo en China, la experiencia logró expandirse a los alumnos en octubre de 2012, cuando participaron por primera vez en el Noveno Festival Internacional de Wushu de Shaolin en Zhengzhou, China, en representación de Bolivia. En el certamen obtuvieron cuatro medallas de plata y cinco de bronce.
“Después de la participación nos fuimos al monasterio Shaolin a conocer al maestro de nuestro maestro, Shi Yan Wen, un monje que no sale del templo, y que de manera directa nos ha enseñado algunas formas del estilo shaolin”, cuenta una de las educadoras de la Escuela de Instructores, Marianela Machicado, de 23 años.
El certamen, que se realiza cada dos años, convocó en 2012 a más de 1.500 participantes de 73 países. La Escuela de Instructores -uno de los estadios más importantes de la formación, donde los asistentes se entrenan para competencias internacionales- se prepara para participar en el siguiente Festival Internacional de Wushu de Shaolin en Zhengzhou, que se efectuará el próximo año. En tanto, siguen participando en otros torneos fuera de Bolivia.
Motivación y experiencia
Cada uno de los 20 miembros de la Escuela de Instructores ha recorrido un camino previo de formación en la misma institución antes de llegar al nivel que hoy se encuentran. Invierten de dos horas y media a tres por día en cuatro entrenamientos por semana. En ambas disciplinas la escuela tiene alrededor de 80 alumnos con edades que van desde los seis años hasta los 70.
Los hermanos Nataly, de 15 años, y Cristhian Felipes, de ocho, son los alumnos más jóvenes de la Escuela de Instructores. Para ellos la práctica del kung fu es muy emocionante, además que implica un reto físico para ellos. “Por la constancia nos invitaron a participar, lo que queremos es llegar a ser maestros, nos gusta todo' las formas, las patadas, usar el palo”, cuenta uno de ellos.
Ariel Orellana, de 22 años, dice que su pasión por las artes marciales empezó cuando era niño. “El Kung Fu significa maestría en la vida, ello significa que si se hace de corazón es un buen Kung Fu. Todo lo que hago ahora me lleva a superarme y demostrar en algún torneo el resultado de mi esfuerzo”, apunta.
Otra de las educadoras de la Escuela de Instructores es Leslie Mamani, de 27 años, que lleva 17 años practicando artes marciales. Por aquellos años eran disciplinas que sólo eran practicadas por varones, pero a ella le encantaban las películas de Bruce Lee y Jackie Chan, así que se propuso aprender y lo logró.
“Esto es lo que amo hacer, es mi forma de vida. El compromiso, la disciplina y como los maestros dicen: ‘el sueño es el inicio de la realidad’, y siempre fue mi sueño volar con las formas que hacemos, dar patadas, manejar una espada y otras armas”, relata.
Para estos jóvenes, el templo Shaolin los llama y los inspira en la práctica diaria, las generaciones que lo conocieron son una muestra de que China no está lejos gracias a las artes marciales.
La técnica se adquiere en seis años
Tiempo Para lograr enseñar en la Escuela de Instructores se necesitan de cinco a seis años de formación y rendir exámenes físicos, técnica en las formas del arte marcial y flexibilidad, entre otras aptitudes.
Instructores Existen alumnos de ocho a 35 años. En su mayoría son hombres. Cinco de ellos dan clases a los demás.
Dirección La Escuela de Kung Fu Shaolin está ubicada en la calle 4 de Obrajes, edificio Bicentenario, planta baja. La mensualidad es de 150 bolivianos, con dos clases por semana.
Templo El monasterio de Shaolin, que significa “El monasterio del bosque joven o nuevo”, es un templo budista situado en la provincia china de Henan.
Admiraciòn , cariño y respeto por estos deportistas que dìa a dìa practican el noble arte del FUNG FU - WUSHU.
ResponderEliminarFelicitaciones FERNANDO HUANACUNI.
Cuánto INVIERTE EL ESTADO en ésta disciplina?