29 julio 2013

Parapente. Entre el 2 y el 4 de agosto se llevará a cabo el primer Campeonato Nacional en Irupana, con los mejores del país



El hombre sueña con volar y el parapentismo —una disciplina deportiva, entre extrema por el riesgo que conlleva y recreativa por las sensaciones que transmite— le permite estar más cerca del cielo. Es una actividad que alguna gente podría hacer parecer al paracaidismo, pero la diferencia es que uno puede volar por horas —dependiendo del viento—, en vez de sólo descender con un paracaídas.

Dentro de unos días, entre el 2 y el 4 de agosto, se realizará el primer Campeonato Nacional de Parapente en Irupana, población ubicada en Sud Yungas, donde se prevé la participación de más de 40 deportistas.

Uno de ellos es el actual campeón nacional de esta disciplina, Germán Navia, quien junto con otros tienen grandes experiencias volando, y coincidieron en señalar que practican por su “deseo de volar”. “Siempre me fascinó todo lo relacionado a volar, por eso después de salir bachiller decidí buscar algo parecido, y primero aprendí paracaidismo”, cuenta Navia, quien después conoció el parapente y se dedicó a esa actividad, eso ocurre desde 1996.

Navia revela que cuando probó por primera vez el parapente estuvo “entusiasmado”, pero cuando vio que comenzaba a ascender más comenzó a sentir “miedo”, porque en realidad estaba “acostumbrado a descender en los paracaídas”. “Lo que hice (en pleno vuelo) fue tranquilizarme y recordar todo lo que aprendí, y salió bien”.

Diego Alem, parapentista desde hace tres años y medio, cuenta que Marcelo Blanco —esposo de su prima y un gran practicante de este deporte desde hace 15 años— le enseñó a él y sus hermanos esta actividad y desde entonces lo siguen haciendo. “Lo que te genera volar es un sentimiento de libertad, es muy lindo”, manifiesta Alem, quien competirá por primera vez en Irupana.

No sólo el sexo masculino practica el parapentismo, pues también lo hacen las mujeres, una de ellas es Sandra Espejo, quien desde 2008 es aficionada a esta disciplina, y cuando lo probó “le encantó”. “Es algo magnífico, porque es otra sensación, no se sabe lo que puede pasar cuando despegas; hay sentimientos encontrados, como alegría y miedo”.

Estos deportistas que desde el viernes se lanzarán al cielo de Irupana, coinciden en que las personas que recién se están iniciando deben saber de sus limitaciones para evitar accidentes, porque, pese a que es una actividad que ofrece lindas vistas y sensaciones, también es altamente peligrosa si uno no sabe lo que se está haciendo.

Las nubes negras ahuyentan

Situación

Por supuesto, para lanzarse a volar el clima debe ser el mejor. Las nubes negras son un aviso para no hacerlo. La lluvia sería un gran problema.

Viento

Los parapentistas necesitan como mínimo fuerzas de viento que van desde los 16 kilómetros por hora para ascender.

Tomar medidas de seguridad es primordial para pasarla bien

Aunque parezca que para volar un parapente sólo hace falta subirse a la silla y lanzarse al vacío, los expertos en esta disciplina señalan que hay que seguir una serie de pasos para planear por los cielos con seguridad. Jaime Cuevas, coordinador técnico del primer Nacional de Parapente que se realizará en unos días, explica los pasos que se deben realizar para que no haya problemas en el transcurso del viaje.

“Primero, una persona no puede hacer esta actividad sola, debe haber alguien que lo monitoree desde abajo”. Los materiales de seguridad con los que debe contar un parapentista son un casco, guantes, radiotransmisor —para comunicarse con la gente que está en la superficie—, gafas, y un abrigo.

“Cuando uno ya tiene todo puesto lo primero que debe hacer es verificar los cordinos (cuerdas que unen la silla del piloto con la vela), luego se debe asegurar los terneros (cintas que se colocan a las piernas), por último se ve si el paracaídas está sin el seguro para que sea más fácil abrirlo”.

Cuando la persona ya está en el aire hay dos cuerdas —una a la derecha y otra a la izquierda— para poder maniobrar el parapente. Para aterrizar se deben jalar hacia abajo las cuerdas de los costados para que la vela se meta y comience a bajar.

Parapentismo es una actividad costosa

El parapente es una actividad que requiere de fuerte inversión económica, algunas personas pueden costearlo con sus propios recursos, otras, en cambio todavía deben prestarse o alquilar el equipamiento necesario. Según explica Cristian Bustillos —experimentado parapentista de Cochabamba— los materiales nuevos llegan a costar hasta 4.500 dólares y usados están a unos 2.000 dólares.

“Es un presupuesto bastante alto que se tiene que invertir, pero es necesario para que todo salga bien y no haya problemas”, dice Bustillos, quien practica este deporte desde 1997 y que desde 2003 tiene su escuela en el valle, Parapente Bolivia.

Entre los materiales básicos para realizar esta actividad están el casco, botines —que protegen los tobillos—, gafas de sol, un overol, que protege del frío, y un paracaídas de seguridad, si es que llega a suceder algún inconveniente con el parapente.

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