13 marzo 2017

Vanessa Robles Terán una karateca con alma de campeona

Sólo verla cuando habla de su deporte favorito como es el karate, se siente que el alma de esta joven deportista orureña solo sueña con ser campeona y en su corta trayectoria lo ha demostrado.

Vanessa Helen Robles Terán nació en la ciudad de Oruro el 26 de enero de 2001, actualmente cursa el quinto "B" de secundaria de la Unidad Educativa "María Quiroz".

Es integrante del dojo "Ki Gai" un año y cuatro meses, se perfila en ser una verdadera promesa de este deporte de contacto por su entrega, dedicación, disciplina y por las experiencias que hasta el momento le dejaron los torneos en los que participó, de las cuales aprendió que la superación constante es la base de cualquier éxito.



EL INICIO

Vanessa comenzó en noviembre de 2015, motivada por sus amigas de colegio, quienes algunas ya practicaban este deporte.

"Quería aprender a defenderme, en principio, pero con el transcurrir del tiempo me ha ido gustando y cuando mi sensei Colette Flores y mi sensei Álvaro Pérez me impulsaron a seguir adelante", afirmó al recordar las primeras lecciones de kárate que le dieron.

Antes de ingresar al dojo (club), ella se inscribió en la escuela municipal de karate y le permitió llegar a la cúspide en su debut, haciéndose del campeonato. Esa situación le permitió tener una invitación para ser parte del dojo "Ki Gai".

Su familia fue un pilar importante, porque mediante el apoyo que le brindaron permitió consolidar su actividad deportiva.

Vanessa valora mucho este deporte porque le permitió cambiar como persona, ya que antes de practicarlo era muy tímida, sin embargo, con el paso del tiempo le permitió encontrarse con ella misma y superar los temores de la vida y los que tenía.

"No solo perdí el miedo a mis peleas, el temor a que me lastimen en el tatami, sino que en la vida también perdí ese miedo. Antes era muy cerrada con las personas y me enseñó disciplina, respeto y humildad", afirmó.



CINTURÓN

Esa confianza le permitió someterse a un examen para ascender de cinturones, del blanco al amarillo y logró pasar al naranja con el que actualmente se desempeña en el tatami.

Asimismo, le permitió abrirle más puertas para competir, como lo ocurrido en diciembre del pasado año, cuando participó del Open 2016 que se efectuó en Sucre.

En aquella oportunidad logró el tercer lugar a nivel nacional, situación que le permitió clasificar a un torneo internacional en Japón a desarrollarse en abril de este año.

"No viajaré a Japón porque no hay recursos para el viaje, se necesitaba mucho dinero. Fuimos al Sedede (Servicio Departamental de Deportes) donde no nos pudieron ayudar, también fuimos donde el alcalde (Edgar Bazán) y tampoco nos pudo ayudar. Hemos caminado por varias instituciones y nadie nos pudo ayudar", afirmó con algo de tristeza.

Si bien al tener todas las puertas cerradas y llegar el desánimo en Vanessa, esa situación la hizo más fuerte, se puso como meta seguir entrando con mayor interés para cosechar lauros para la tierra que la vio nacer, pese a no lograr el apoyo esperado.



KARATE

Por ahora, su meta es seguir afianzándose como deportista del karate, conocer más del deporte, ya que a la fecha está en pleno proceso de formación, y obviamente conquistar las otras cintas que están a la vista de Vanessa, como la verde, la azul, la marrón, la negra y si aún persiste en este deporte, las más cotizadas por los karatecas, como son la roku-dan y la ju-dan.

"Quiero aprender cada aspecto y hasta lo más mínimo del karate", manifestó.

Mientras aquello pasa, Vanessa también se permitió invitar a las nuevas generaciones que sean parte del kárate, ya que su práctica se encierra en la "disciplina".

"Es bueno para tu vida diaria, para cambiar tu forma de ser porque como persona se cambia. Principalmente, les digo a las mujeres que aprendan este deporte para defenderse y sigan con el deporte, porque solo así también cambiarán", afirmó.

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