Por: Dehymar Antezana
Periodista LA PATRIA
El balonmano (handball) es un deporte muy poco conocido en Bolivia por su poca difusión, sin embargo, existen cientos de seguidores que practican este deporte, incluso representando por cuenta propia al país. Para llegar a ese sitial se necesita, no solo una constante preparación, sino también luchar contra la adversidad, no del rival, sino de las autoridades que nada hacen por apoyar esta disciplina.
En ese contexto, hay una deportista que, si bien nació en la ciudad de Cochabamba, vive en Oruro desde muy niña y con el transcurrir de los años fue determinante para convertirse en la estrella del balonmano boliviano, ella es, Ana Belén Avendaño Pardo. Vio la luz el 24 de mayo de 1997, salió bachiller del colegio William Booth de la Capital del Folklore de Bolivia y actualmente está en el cuarto año de la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol).
Como todo niño y joven, ella se inclinó al inicio por la práctica de otras disciplinas deportivas, como el voleibol. Su intención a un principio era practicar un deporte que no sea de contacto, sin embargo, el balonmano fue su destino.
"Este deporte tiene un significado muy importante para mí, que es el caerse y levantarse. A veces el roce te hace trizas, pero lo importante es que tú tengas que levantarte y seguir", indicó.
Cuando ya se encontraba en la universidad, observó una publicidad para participar en el balonmano, que además daba pautas para ganar becas deportivas. Por economizar se animó a ir y se quedó. No obtuvo la beca debido al cambio de autoridades, pero el deporte la enamoró para convertirse en una estrella, primero en su equipo, el Club Atlético Oruro Handball y luego de la Selección Boliviana.
Su primer y único entrenador es el argentino, Martín Chilaca, quien sembró en ella la pasión por el balonmano y la garra que debe poseer todo jugador al momento de ingresar al campo de juego.
"Hubo muchas veces que me tocó representar a Bolivia en otros países con un equipo nuevo y como Oruro sólo lo tiene a él, te toca ponerse el equipo al hombro, enseñar al momento del partido. Lo lindo es que te salgan las jugadas con chicas nuevas y que a veces ni la pelota pueden agarrar, pero lo que te enseña él es a seguir, no importa el resultado, sino cuánto avanzas", afirmó.
La preparación física es exigente porque así amerita la disciplina y muchas veces Ana se prepara en doble y hasta en triple turno por la responsabilidad de representar al país. Aquel trabajo se completa con el gimnasio y la piscina para relajar los músculos.
Pero no solo cuenta estar en buen estado físico, sino también tomar en cuenta la enseñanza del técnico para lograr un buen desarrollo táctico en el encuentro.
"Al principio me costaba adaptarme a este deporte y de una para otra, se dio un clic que tal vez ni yo lo entiendo y es lo que me tocó para seguir. Creo, si alguien no mejora en algo, anda desanimado y mejor lo deja. Pero es algo que me ayudó a seguir y mejorar, ni yo pensé que lo podría hacer", señaló.
CAPITANA
Ese empeño que le puso le permitió alcanzar un sitial que pocos jugadores logran. Para ella, se hizo realidad cuando el 2016 participó de un torneo internacional en la ciudad de Oruro. En esa oportunidad ella tenía que jugar de "extremo", asimismo, se encontró con un cubano, cuyo nombre no recordó, pero es asistente técnico y él le cambió a la posición de central, pese a que ella, entrenó en la posición mencionada.
Una vez de central, se convirtió en la armadora y mandó en las jugadas, allí es donde se ganó el derecho de llevar el cintillo de capitana de la selección boliviana.
SELECCIÓN
Actualmente está en la selección boliviana y ostenta el título de la mejor jugadora de balonmano de Bolivia.
"Es un orgullo, creo que te lo ganas con el sacrificio que haces. Es algo que cuesta y al final tú te lo ganas", afirmó.
Ana Belén representó en ocho oportunidades a Bolivia en torneos internacionales y para ella es un orgullo llevar la "verde". La mejor posición que lograron en un campeonato internacional fue en la categoría Sub-21 en Alto Hospicio-Chile cuando perdieron el partido que las llevaría a la semifinal.
"Pero, fuimos con dos chicas de Cochabamba que no sabían qué era el balonmano. Ellas son basquetbolistas, nuestro equipo no tenía arquera, al final fue lo mejor, porque ves en tu equipo que las chicas le meten ganas y pudimos llegar hasta ese partido que lo perdimos por dos goles de diferencia contra Perú", recordó.
El momento más importante hasta el momento para Ana, fue el elogio que recibió del entrenador argentino de apellido Sarapura, quien dijo que era el futuro del balonmano boliviano.
Para llegar hasta donde está, importante fue el apoyo brindado por su mamá, María Esther Pardo, quien hace un enorme sacrificio para que Ana llegue a los torneos internacionales.
"Siempre me ha colaborado dentro de lo que ha podido y creo que a ella también le encanta lo que hago. Sabe la pasión que le meto, lo mucho que me gusta. A veces hay que dejar de lado, amigos, salidas, por hacer lo que te gusta. A mí no me molesta y estoy de acuerdo", aseguró.
Pero donde no tiene apoyo es de las autoridades, el deporte que practica en sí. Les colaboraron un par de ocasiones, pero después los deportistas de esta disciplina son los que deben correr con los gastos no solo de su preparación, sino también de los viajes que hacen para representar a Oruro y a Bolivia.
Debido a esa situación es que Ana Belén apoya también en la preparación de los nuevos deportistas, sin recibir nada a cambio.
"Lo mejor es hacer deporte y que más hacer algo que está creciendo y donde tienes posibilidades de llegar lejos. Esto es algo nuevo, es algo que está empezando, por eso les invito a que jueguen este deporte que apasiona y por el momento es líder, eso se mantendrá mientras nosotros los orureños queramos", indicó.
Su meta por ahora es llegar a los Juegos Odesur, motivo por el cual se prepara con ahínco, porque enfrentará contra los equipos mejor constituidos del balonmano internacional, como Brasil y Argentina.
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