A partir de la planificación, preparación y desarrollo de los Juegos Suramericanos 2018, el rugby se ha establecido como una disciplina deportiva en la Llajta y en el país. Ahora, la idea está en consolidarla.
Por lo menos esa es la idea de la Escuela Municipal de Rugby Colcapirhua, denominada Mankallutas, que ahora está aprovechando, desde hace más de seis meses, el legado que dejó el evento deportivo que se disputó en Cochabamba.
Este proyecto comenzó con el impulso de Herbert Ortuño y de la Alcaldía de dicho municipio. Utilizan el mismo escenario de los Juegos, el estadio Samancha Urabi de Colcapirhua; montaron un gimnasio y ahora cuenta con 30 deportistas que diariamente se esfuerzan por ser rugbiers.
“El proyecto nació como algo repentino. Se quedaron materiales de los Juegos Suramericanos, entonces presenté la idea y se fundo la Escuela de Rugby Colcapirhua, a la que denominamos los Makallutas, pues es así como se les llama cariñosamente a los comunarios de este lindo lugar de la ciudad”, sostuvo Ortuño, quien es uno de los entrenadores.
La idea del municipio y de Herbert es consolidar la escuela, volverse semilleros de rugbiers y “fortalecer” este deporte en Cochabamba y el país.
“Al principio no sabíamos cómo nos iba a ir. Empezamos esta travesía, pero en agosto de 2018 tuvimos gran respuesta, pues llegaron a las clases más de 50 chicos. Eso nos ayudó a seguir con este poryecto. Tenemos en damas y varones”.
Ortuño añadió que antes de enseñar todo sobre el rugby inculcan valores, pues consideran que el respeto, apoyo y dedicación son los pilares para formar atletas.
“Todos los chicos me preguntaban cuánto costaban las clases y les decía que era caro. Se quedaban asombrados, pero me pedían el precio, entonces les manifestaba que era costoso, pues tenían que pagar con disciplina, respeto, trabajo en equipo y ganarse un lugar. Eso les gustó”.
La idea principal es ser semilleros y “nutrir” a clubes vallunos como Universitario, Supay y Tunari, pero también existe el objetivo de formar un equipo, pues los más de 30 deportistas que actualemnte están en la escuela “no se quieren separar” y buscan establecerse para participar en los torneos locales y nacionales.
“Ya va a ser un año de la fundación y contamos con 30 alumnos (entre damas y varones). Son muchachos entre 12 y 19 años. La premisa es alejarlos de las calles, las pandillas y motivarlos a ser mejores. El trabajo que realizamos es en la parte táctica (en la cancha), en lo físico (en el gimansio) y el trabajo teórico visual”, añadió.
Para Ortuño, este deporte ha crecido a pasos agigantados, pues él recuerda que cuando comenzó como jugador de rugby, no había lugar dónde entrenar ni personas con las que jugar. La Llajta tiene tres equipos y se perfila a tener más. “Es increíble el avance. Recuerdo que buscábamos gente y canchas para entrenar en mi época. Jugué en Universitario y hubo limitantes”.
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