La pasión por los deportes de invierno y el amor hacia una boliviana ayudaron a Timo Juhani Grönlund (Kitee, Finlandia, 3 de julio de 1987) a convertirse en uno de los dos deportistas que representarán al país en los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, Corea del Sur (del 9 al 25 de este mes).
A mediados de enero se conoció que luego de 26 años Bolivia volverá a ser parte de una cita de este tipo, pues Grönlund y el austriaco Simon Breitfuss, ambos con nacionalidad boliviana, obtuvieron las marcas para competir en esquí cross country y esquí alpino, respectivamente.
Por primera vez el país participará por méritos propios y no por invitación, como lo hizo en las cinco ediciones anteriores que compitió.
La última vez fue en Albertville 1992 (Francia), pero a partir de ese instante no volvió a acudir porque se implementaron las marcas mínimas, requisitos que no lograron obtener los atletas bolivianos.
Timo, de 30 años, competirá en los 15 kilómetros del esquí cross country. “Mi objetivo es tener un buen día, sentirme bien en la competencia y dar lo mejor de mí”, dice el finlandés de nacimiento.
Clasificarse fue un “sueño” para este esquiador, que desde pequeño se interesó por los deportes de nieve.
Timo Grönlund (de plomo) compite en Finlandia. Foto: Facebook Timo Grönlund
“Comencé desde mis dos años, no recuerdo bien, solo sé que siempre he sabido esquiar. Competí hasta mis 14 años y recientemente lo volví a hacer para representar a Bolivia”, detalla Grönlund con un poco de timidez y con un acento que denota que su lengua madre no es el español.
Tal y como sucede con la gente que vive en países donde abunda la nieve y el hielo, Timo se interesó por los deportes nórdicos como el esquí cross country, salto en esquí, descenso. “Para mí es natural esquiar y como tengo esa habilidad la aproveché para competir por Bolivia”, señala.
Nunca imaginó que en 2010 su vida cambiaría, ya que mientras se encontraba en Miami, Estados Unidos, estudiando Lengua Internacional y Comunicación, conoció a la boliviana Leny Huamán, con quien congenió primero y luego se enamoraron.
Ese mismo año vinieron al país por invitación de Leny. “Le encantó Bolivia, fuimos a varios lugares, el salar (de Uyuni), las ruinas de Tiwanaku, el lago Titicaca, Yungas. Luego nos casamos en 2011 en La Paz”, relata su esposa.
Retornaron a Miami para que Timo termine sus estudios, salió licenciado y regresaron a La Paz en 2014, donde se quedaron a vivir y formó una familia. Tiene dos hijos: Austin (de cinco años de edad) y Venla (dos).
Desde ese instante comenzó a practicar triatlón en el país y obtuvo varios primeros lugares. También participó en el Campeonato Carreras por Montaña del año pasado que fue organizado por la Federación Boliviana de Ski y Andinismo (Febsa).
A mediados de 2016 se contactó con la Febsa para que pueda representar a Bolivia. Como vieron que tenía aptitudes le dieron la licencia para que pueda competir internacionalmente.
Entre noviembre y diciembre del año pasado participó en seis pruebas en Finlandia, donde consiguió la marca mínima y se clasificó a los Juegos.
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