La delegación colombiana de atletismo en la XVI edición de los Juegos Bolivarianos comenzó ayer su carrera hacia la consecución de más oros con una más que meritoria primera jornada en la que se adueñó de cinco medallas.
El primero en hacerlo fue el marchista Luis Fernando López. La ya consolidada figura de la nueva generación de atletas sudamericanos ganó sin dificultades la prueba de 20 kilómetros, preludio de una buena jornada para los colombianos.
Este colombiano, de 30 años y policía de profesión, marcó un ritmo firme y veloz durante su marcha por la "Avenida de las Américas" de Sucre, a la que dio 20 vueltas en 1h, 28 minutos y 09 segundos, para vencer a un rival de peso, el ecuatoriano Rolando Saquipay.
López cruzó la meta con la bandera del departamento colombiano de Nariño sacando una ventaja de casi cuatro minutos a Saquipay, que terminó con medalla de plata tras marchar durante un tiempo de 1 hora, 32 minutos y 06 segundos, y tras estar a remolque en las últimas diez vueltas.
En la marcha compitieron, además, el ecuatoriano Mauricio Arteaga que fue bronce con un tiempo de 1h, 37 minutos y 08 segundos, mientras que el peruano Pavel Chihuán fue descalificado a media competencia, cuando llevaba un notable retraso respecto de los otros tres.
El estadio Patria de Sucre vio también el triunfo de los venezolanos Aldo Bello, en lanzamiento de martillo, y Keisa Monterola, en salto de pértiga.
Por su parte, el ecuatoriano Bayron Piedra se hizo con el título de 1.500 metros, en una jornada matinal en la que el calor asfixiante fue el gran protagonista.
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