La marcha es una de las especialidades que a lo largo de la historia del atletismo boliviano le ha otorgado en el contexto internacional más alegrías al país. No por nada cinco de los 12 deportistas que fueron a los Juegos Olímpicos Río 2016 eran marchistas, y una de ellas, Ángela Castro, logró la mejor ubicación, puesto 18 en los 20 km.
La especialidad de marcha en general sufrirá un cambio radical en los próximos años, tras que el Comité de Marcha de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) diera vía libre a la transformación de las pruebas, para que éstas sean más atractivas no sólo para los futuros deportistas, sino también para la televisión.
Las recomendaciones que hizo el Comité de Marcha al Consejo de la IAAF, órgano rector del atletismo mundial, son las siguientes: lograr la igualdad de sexos en los Juegos Olímpicos y en las principales competiciones internacionales; las distancias para las competencias de mayores deberían bajar de 20/50 km. a 10/30 km para el Mundial 2023; e instalar el chip Race Walking Electronic Control System (RWECS) en las competencias desde el 2021.
Con estas recomendaciones se pretende que las pruebas de marcha sean más cortas y dinámicas, para que así la especialidad se mantenga en los Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos. Incluso se habló de la salida de esta especialidad de los eventos más importantes de atletismo.
“Los cambios no son siempre una cosa fácil, pero es absolutamente necesario hacer que la marcha sea más atractiva para los aficionados y los jóvenes atletas”, explicó a los medios Maurizio Damilano, presidente del Comité de Marcha de la IAAF.
Si bien en la última reunión del Consejo de la IAAF, realizada en Doha en marzo pasado, se hicieron algunas sugerencias a la propuesta del Comité de Marcha, como el planteamiento de cuatro pruebas de 10 km, 20 km, 30 km o 35 km, la decisión final debe tomarse antes del Campeonato Mundial de Atletismo, que se desarrollará en Doha en septiembre de este año.
De acuerdo al presidente de la Federación Atlética de Bolivia (FAB), Marco Luque, estos cambios en las distancias de competencia no son del agrado de los marchistas sudamericanos, entre ellos los bolivianos, tras encuestas realizadas en las diferentes federaciones.
“En Bolivia y en Sudamérica la posición no fue de modificar. La postura de los bolivianos es mantener las pruebas como están, pero fue la opinión del mundo la que se impuso, porque en Europa y en Estados Unidos creen que el cambio es positivo”, dijo Luque.
La postura de los marchistas hace referencia a que estos cambios generarán que “se modifique las características de los atletas, porque la velocidad de marcha es diferente. Los atletas van a tener que cambiar los métodos de entrenamiento y adaptarse, lo que implica un proceso complejo”.
Una vez que se aprueben las modificaciones y se definan con exactitud las pruebas que continuarán en los grandes campeonatos, su implementación total llevará varios años. Aunque es un hecho que los Juegos Olímpicos Tokio 2020 serán los últimos que verán la prueba de los 50 km. Incluso para este evento todavía está en duda si la organización definirá incluir o no los 50 km damas, en el marco de la equidad de género que se pide.
Una vez aprobados, los cambios entrarían en vigor el 1 de enero de 2021. Pero hablando de grandes campeonatos se harán efectivos en los Mundiales de Budapest de 2023, aunque en 2022 ya serían las distancias oficiales en el Campeonato del Mundo por equipos de 2022. En el Mundial de Eugene (Estados Unidos) de 2021 aún sobrevivirían los 20 km marcha, pero desaparecerían los 50, dando paso a los 30. El objetivo final es que ambas distancias, 10 y 30, sean olímpicas en París 2024.
Además del tema de equidad, que complica la competencia de damas en los 50 km en los grandes eventos, el poco atractivo para la televisión y los atletas jóvenes, también está ver el proceso de juzgamiento.
“Hubieron duras críticas de atletas eliminados en los últimos metros, las reglas dicen que se pueden descalificar a los atletas incluso después de haber cruzado la meta, después de revisar algunas imágenes. El tema siempre complicado era que el juzgamiento es muy subjetivo”, dijo Luque.
Por esta razón, se implementará el Race Walking Electronic Control System (RWECS), que debería estar listo para su uso en 2021. Este sistema es fruto del trabajo de investigadores del Laboratorio de Ingeniería Biomecánica de la Universidad Politécnica de Cataluña.
El RWECS es una plantilla inteligente que detecta si la marcha de algún competidor es irregular, eso quiere decir, que detectará si en algún momento el atleta despega los dos pies del piso. Sin la implementación de este chip sería casi imposible introducir los 10 km en el programa de las grandes competiciones, porque son pruebas más veloces.
Pero este nuevo sistema de control es también el que obliga a bajar la distancia de las pruebas, porque los atletas se verán obligados a marchar más lento, por lo tanto, las pruebas durarán más tiempo del que demandan en la actualidad.
APUNTE
Uso del chip para evitar polémicas
Los avances tecnológicos ponen en peligro una disciplina cuya regularidad depende del ojo de los comisarios.
“Desde Sidney 2000, cuando descalificaron a Bernardo Segura, ganador de los 20, después de que celebrara el título y a Jane Saville, que iba primera en mujeres justo cuando entraba en el estadio, la marcha ha generado polémicas que no le han gustado al Comité Olímpico Internacional. El chip es necesario porque nos dará credibilidad, pero también un peligro, porque se marchará más lento. Por eso, es necesario reducir las distancias”, dice el marchista español García Bragado, que a sus 49 años busca llegar a su Mundial número 13.
OPINIONES
Nuestro principal objetivo es asegurar el futuro de la marcha más allá de Tokio 2020 y ofreciendo a las jóvenes generaciones de marchistas el mejor futuro y en condiciones de igualdad.
Mauricio Damilano
Comité de marcha
El mundo está cambiando rápidamente y debemos ser realistas, avanzar y ser valientes para asegurar el futuro de la marcha en las grandes competiciones.
Robert Korzeniowski
Comité de marcha
EL DATO
La transición será paulatina
Para lograr una adecuada transición tanto para la preparación de los atletas como en la implementación de la nueva tecnología la propuesta es la siguiente:
- Juegos Olímpicos de Tokio: 20 y 50 km (hombres), 20 km (damas). Y se ha planteado al COI agregar los 50 km femeninos.
- Mundial de Oregon 2021: 20 y 30 km (hombres y damas).
- Mundial de Marcha 2022: 10 y 30 km (hombres y damas)
- Mundial de Atletismo Budapest 2023: 10 y 30 km (hombres y damas).
- Juegos Olímpicos de París 2024: 10 y 30 km (hombres y damas).
Bolivianos deberán adecuarse a los cambios
En la actualidad los marchistas bolivianos referentes a nivel internacional son Ángela Castro en los 20 km y Ronal Quispe en los 50 km.
Marta Marín, entrenadora de los marchistas más destacados, confirmó que en Sudamérica los entrenadores no están de acuerdo con la determinación de la IAAF.
“En el área de Sudamérica estamos un poco disconformes, pero todos estamos sujetos a la nueva disposición”, dijo Marín.
La entrenadora sostuvo que tendrán que adecuarse a las nuevas reglas.
“Como entrenadores vamos a tener que trabajar para esas nuevas distancias”, aseguró Marín.
A nivel mundial las voces de los marchistas señalan que será más fácil que un atleta que hace 20 km compita en la prueba de los 30 km, que la de los 10 Km.
Al respecto, Marín dijo que “hay muchos criterios sobre el tema, pero personalmente a nosotros nos beneficia más las pruebas de larga distancia”.
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