El ciclista argentino le dio el primer triunfo a Glas Casa Real en la Vuelta a Bolivia. Los nacionales no tuvieron un buen arranque.
Santa Cruz / La Prensa.- El argentino Gastón Agüero, del Glas Casa Real de Tarija, fue el sorpresivo ganador de la primera etapa de la tercera versión de la Vuelta a Bolivia de ciclismo, en la que los bolivianos no tuvieron buena participación y otra vez —como le sucedió el año pasado— Óscar Soliz quedó muy lejos de los líderes y es muy complicado, como él mismo lo reconoció, pelear por los primeros lugares; aunque le pondrá todo su esfuerzo para descontar los más de siete minutos que le sacaron los líderes, entre ellos el colombiano Gregorio Ladino, actual campeón de la competencia.
Agüero, quien rodó a un promedio de velocidad de 40,9 kilómetros a la hora, recién pudo sacar diferencias a sus escoltas muy cerca de la meta —en el Parque Urbano Central de Santa Cruz— tras un sprint final de aproximadamente 250 metros.
En la previa no aparecía como candidato a pelear por los primeros lugares, por eso el director deportivo de Glas, Wálter Gallardo, festejó la victoria como si se tratara de un título.
Fue una final de foto finish, por eso los organizadores tuvieron que echar mano de ese recurso para determinar el tercer lugar, que finalmente le correspondió al serbio Zsolt Der, refuerzo del Star Cycling Team, de Hungría.
Centímetros por delante de Der ingresó Agüero y también el venezolano Artur García, de Lotería del Táchira, el segundo clasificado. Catorce ciclistas cruzaron la meta con un tiempo de tres horas, 45 minutos y 50 segundos; aunque en la planilla oficial los cuatro primeros se vieron favorecidos con segundos de compensación.
Soliz la pasó mal otra de vez de inicio. A los problemas mecánicos del año pasado se le sumó un malestar estomacal. Paró dos veces por pinchazos y una vez para ser atendido.
Horacio Gallardo, otro ciclista de Glas, fue el boliviano mejor ubicado en la clasificación, al terminar en el puesto 17.
La etapa de ayer puede dividirse en dos tiempos. Hasta cerca del kilómetro 108 —de los 154 de recorrido—, el dominio fue de Miguel Niño, del Ebsa de Colombia. El ciclista lideró la carrera durante aproximadamente 100 km —casi desde el km 18—, lo que le permitió ganar las tres metas volantes (sprint). Después, el calor y la deshidratación lo dejaron sin fuerzas, por lo que tuvo que dar paso al pelotón.
Entonces empezó la segunda parte de la carrera. Un pelotón de alrededor de 20 ciclistas, entre ellos los nacionales Soliz, Horacio Gallardo y Freddy Tejerina, los últimos de Glas, no pudo aguantar el ritmo y en los últimos 20 kilómetros se fue relegando. Entraron en escena los venezolanos de Lotería del Táchira, además de Gregorio Ladino y sus compañeros del Boyacá, entre otros.
No obstante de que se corrió en un terreno plano, el calor, alrededor de los 35 grados, se convirtió en el mayor obstáculo para los héroes de la carretera.
Mientras los ciclistas soportaban el fuerte calor en el camino, los organizadores y la Policía tuvieron que lidiar —por tercer año consecutivo— con el tráfico en las calles y avenidas del centro cruceño, pues los conductores otra vez superaron las restricciones de las autoridades.
Ningún colombiano, los eternos favoritos para ganar la Vuelta, apareció en el podio; pero no se separaron de los líderes.
La estrategia seguramente se repetirá en la etapa de hoy y la de mañana, para, a partir del miércoles, marcar supremacía en las etapas de montaña y que la altitud sea más exigente para el resto.
Soliz, la carta de triunfo de Bolivia, terminó la primera etapa a más de siete minutos de diferencia de los líderes, en el puesto 36, por lo que de entrada se queda prácticamente sin posibilidades de luchar por los primeros lugares; aunque a partir de hoy —lo dijo al final de la etapa— intentará recortar las diferencias.
La segunda etapa
La segunda etapa se correrá hoy entre la avenida Cañoto, en el centro cruceño, Okinawa y Buena Vista sobre una distancia de 189 kilómetros. El inicio está previsto para las 07.00.
Los ciclistas llegarán hasta Buena Vista. Antes, la etapa concluía en Minero y luego existía un tramo de enlace hasta la mencionada localidad. Como ayer, se incluyen tres sprints: en El Naranjal (kilómetro 45,3), en La Reforma (kilómetro 80,5), en la ida, y en el mismo punto en el tramo de vuelta (kilómetro 119,5).
“Hay que descansar y defender esta camiseta con uñas y dientes”
E l argentino Gastón Agüero, refuerzo del Glas de Tarija, sorprendió ayer a propios y extraños al ganar la primera etapa de la Vuelta a Bolivia.
Su nombre no aparecía como candidato a la victoria, pero en los últimos metros de la etapa de ayer —los 250 finales, según contó— sacó fuerzas de flaqueza para poder regalarle la victoria a su equipo, que el sábado estuvo a punto de ser excluido de la prueba por una nueva norma de la UCI.
¿Te imaginabas una victoria como ésta?
Me tenía mucha fe, era algo que se lo quería dedicar a mi papá, que ayer (sábado) estuvo de cumpleaños; aunque en algunos momentos me parecía imposible, porque venía muy mal del estómago; el líquido se me había calentado, la comida se me había calentado, y eso se ve que me afectó en la panza un poquito. Estaba con calambres, con todo; pero sabía que tenía que dar hasta el último esfuerzo, más que nada por el equipo.
¿Motiva el ganar la primera etapa?
Sí, esto te da mucha confianza, aunque uno termina agotado físicamente. Creo que hoy (ayer) el cien por ciento del pelotón terminó afectado físicamente con la deshidratación, con el calor, con el cansancio; pero el que gana, siempre tiene ese plus de fuerza extra, esa motivación y también el equipo ayuda mucho. Una cosa así te levanta después del agotamiento en esta etapa.
¿La temperatura influyó mucho?
Sí, la etapa fue muy difícil, por suerte estuvimos en la Vuelta a Santa Cruz y sabíamos que podía ser así. Obviamente el calor no ayudó mucho, pero para todos era lo mismo. A mi sí me afectó.
¿En qué momento sacaste diferencia?
Cuando vi la pancarta de que faltaban 400 metros para el final y estaba tercero, dije acá está la mía, cerré los ojos y pensé sólo en llegar primero. Me aferré, saqué fuerzas de donde no tuve, porque sinceramente venía acalambrándome, me agaché y le di hasta el arco (meta) y realmente hasta ahora no caigo, y recién escuchar el himno de mi país, una sensación hermosa.
Santa Cruz / La Prensa.- El argentino Gastón Agüero, del Glas Casa Real de Tarija, fue el sorpresivo ganador de la primera etapa de la tercera versión de la Vuelta a Bolivia de ciclismo, en la que los bolivianos no tuvieron buena participación y otra vez —como le sucedió el año pasado— Óscar Soliz quedó muy lejos de los líderes y es muy complicado, como él mismo lo reconoció, pelear por los primeros lugares; aunque le pondrá todo su esfuerzo para descontar los más de siete minutos que le sacaron los líderes, entre ellos el colombiano Gregorio Ladino, actual campeón de la competencia.
Agüero, quien rodó a un promedio de velocidad de 40,9 kilómetros a la hora, recién pudo sacar diferencias a sus escoltas muy cerca de la meta —en el Parque Urbano Central de Santa Cruz— tras un sprint final de aproximadamente 250 metros.
En la previa no aparecía como candidato a pelear por los primeros lugares, por eso el director deportivo de Glas, Wálter Gallardo, festejó la victoria como si se tratara de un título.
Fue una final de foto finish, por eso los organizadores tuvieron que echar mano de ese recurso para determinar el tercer lugar, que finalmente le correspondió al serbio Zsolt Der, refuerzo del Star Cycling Team, de Hungría.
Centímetros por delante de Der ingresó Agüero y también el venezolano Artur García, de Lotería del Táchira, el segundo clasificado. Catorce ciclistas cruzaron la meta con un tiempo de tres horas, 45 minutos y 50 segundos; aunque en la planilla oficial los cuatro primeros se vieron favorecidos con segundos de compensación.
Soliz la pasó mal otra de vez de inicio. A los problemas mecánicos del año pasado se le sumó un malestar estomacal. Paró dos veces por pinchazos y una vez para ser atendido.
Horacio Gallardo, otro ciclista de Glas, fue el boliviano mejor ubicado en la clasificación, al terminar en el puesto 17.
La etapa de ayer puede dividirse en dos tiempos. Hasta cerca del kilómetro 108 —de los 154 de recorrido—, el dominio fue de Miguel Niño, del Ebsa de Colombia. El ciclista lideró la carrera durante aproximadamente 100 km —casi desde el km 18—, lo que le permitió ganar las tres metas volantes (sprint). Después, el calor y la deshidratación lo dejaron sin fuerzas, por lo que tuvo que dar paso al pelotón.
Entonces empezó la segunda parte de la carrera. Un pelotón de alrededor de 20 ciclistas, entre ellos los nacionales Soliz, Horacio Gallardo y Freddy Tejerina, los últimos de Glas, no pudo aguantar el ritmo y en los últimos 20 kilómetros se fue relegando. Entraron en escena los venezolanos de Lotería del Táchira, además de Gregorio Ladino y sus compañeros del Boyacá, entre otros.
No obstante de que se corrió en un terreno plano, el calor, alrededor de los 35 grados, se convirtió en el mayor obstáculo para los héroes de la carretera.
Mientras los ciclistas soportaban el fuerte calor en el camino, los organizadores y la Policía tuvieron que lidiar —por tercer año consecutivo— con el tráfico en las calles y avenidas del centro cruceño, pues los conductores otra vez superaron las restricciones de las autoridades.
Ningún colombiano, los eternos favoritos para ganar la Vuelta, apareció en el podio; pero no se separaron de los líderes.
La estrategia seguramente se repetirá en la etapa de hoy y la de mañana, para, a partir del miércoles, marcar supremacía en las etapas de montaña y que la altitud sea más exigente para el resto.
Soliz, la carta de triunfo de Bolivia, terminó la primera etapa a más de siete minutos de diferencia de los líderes, en el puesto 36, por lo que de entrada se queda prácticamente sin posibilidades de luchar por los primeros lugares; aunque a partir de hoy —lo dijo al final de la etapa— intentará recortar las diferencias.
La segunda etapa
La segunda etapa se correrá hoy entre la avenida Cañoto, en el centro cruceño, Okinawa y Buena Vista sobre una distancia de 189 kilómetros. El inicio está previsto para las 07.00.
Los ciclistas llegarán hasta Buena Vista. Antes, la etapa concluía en Minero y luego existía un tramo de enlace hasta la mencionada localidad. Como ayer, se incluyen tres sprints: en El Naranjal (kilómetro 45,3), en La Reforma (kilómetro 80,5), en la ida, y en el mismo punto en el tramo de vuelta (kilómetro 119,5).
“Hay que descansar y defender esta camiseta con uñas y dientes”
E l argentino Gastón Agüero, refuerzo del Glas de Tarija, sorprendió ayer a propios y extraños al ganar la primera etapa de la Vuelta a Bolivia.
Su nombre no aparecía como candidato a la victoria, pero en los últimos metros de la etapa de ayer —los 250 finales, según contó— sacó fuerzas de flaqueza para poder regalarle la victoria a su equipo, que el sábado estuvo a punto de ser excluido de la prueba por una nueva norma de la UCI.
¿Te imaginabas una victoria como ésta?
Me tenía mucha fe, era algo que se lo quería dedicar a mi papá, que ayer (sábado) estuvo de cumpleaños; aunque en algunos momentos me parecía imposible, porque venía muy mal del estómago; el líquido se me había calentado, la comida se me había calentado, y eso se ve que me afectó en la panza un poquito. Estaba con calambres, con todo; pero sabía que tenía que dar hasta el último esfuerzo, más que nada por el equipo.
¿Motiva el ganar la primera etapa?
Sí, esto te da mucha confianza, aunque uno termina agotado físicamente. Creo que hoy (ayer) el cien por ciento del pelotón terminó afectado físicamente con la deshidratación, con el calor, con el cansancio; pero el que gana, siempre tiene ese plus de fuerza extra, esa motivación y también el equipo ayuda mucho. Una cosa así te levanta después del agotamiento en esta etapa.
¿La temperatura influyó mucho?
Sí, la etapa fue muy difícil, por suerte estuvimos en la Vuelta a Santa Cruz y sabíamos que podía ser así. Obviamente el calor no ayudó mucho, pero para todos era lo mismo. A mi sí me afectó.
¿En qué momento sacaste diferencia?
Cuando vi la pancarta de que faltaban 400 metros para el final y estaba tercero, dije acá está la mía, cerré los ojos y pensé sólo en llegar primero. Me aferré, saqué fuerzas de donde no tuve, porque sinceramente venía acalambrándome, me agaché y le di hasta el arco (meta) y realmente hasta ahora no caigo, y recién escuchar el himno de mi país, una sensación hermosa.
¿Se planificó esto?
Sí, sabíamos que en esta etapa nos teníamos que lucir, tenemos corredores para todas las etapas. Vamos a ser protagonistas en todo, y eso lo teníamos muy claro. Lo charlamos durante la semana, y esto es algo de lo que planificamos desde el primer día que pusimos un pie en Bolivia, por suerte se dio, ahora disfrutar de esto, descansar, y mañana defender esta camiseta con uñas y dientes.
¿Había una estrategia especial para esta primera etapa?
La estrategia era estar bien adelante, siempre. Sabíamos del viento, de lo duro que sería, y estar juntos, en el corte habíamos quedado tres compañeros; pero se hacía muy fuerte el ritmo y muy desgastante, dos compañeros lamentablemente no aguantaron esos sacudones que dio el pelotón, yo estuve a punto de perder el trencito y venía mal, acalambrado, deshidratado.
¿Cuánto tiempo de preparación para llegar a la Vuelta?
Mi preparación lleva varios meses antes, esto es parte de un proyecto, así que se viene dando todo bien, quiere decir que hice las cosas bien. Ya llevo más de un mes acá (en Bolivia), ésa fue una de las claves para poder haber llevado esta etapa.
¿La ruta cómo la viste, independientemente del calor?
Bastante bien, unos pequeños bachecitos; pero eso no es nada grave, hay pelotón que se respeta mucho, avisa bien cuando hay un pozo, hoy creo que gracias a Dios no ha habido caídas y eso es fundamental.
¿Se confía en las otras etapas?
Hay que ir por pasos, vamos a defender esto, vamos a hacer la charla con el grupo y ver qué se puede hacer mañana (hoy), si podemos defender la malla un día más sería muy bueno; y por supuesto si se llega a otro sprint, la confianza está y esperamos hacerlo mejor.
¿En qué momento te adelantas al pelotón?
Yo creo que los últimos 250 metros fueron fundamentales; después, cuando pude mirar un poquito para atrás y tenía esa ventaja, no me quise confiar y levantar los brazos antes, porque la fuerzas se me venían agotando y quería cruzar la meta primero, nada más.
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