Desde el punto de vista de la configuración orográfica, esta inmensa meseta, plano geográfico de árido paisaje y falto de sustentación, lleva a pensar que no se podría realizar un vuelo en parapente, aun más tratándose de una aeronave ligera, fabricada de materiales textiles y sin ninguna estructura rígida que sólo utiliza el viento relativo como combustible para surcar los cielos.
Vemos que sí es posible volar en este medio natural, el cual presenta un claro predominio de los relieves horizontales, ofreciendo también escarpes, quebradas, valles y serranías aisladas, que nos permiten disfrutar de esta aventura, gracias al calentamiento irregular de la superficie o la ascendencia del aire por el relieve de una ladera o un pico y debido a las corrientes del viento local que regularmente oscilan de 0 a 10 km/h brisa suave, hasta 15 km. comportamiento moderado y los fuertes que superan los 25 km., haciendo de esta practica más extrema o considerada muy técnica.
Otro de los factores a tener en cuenta es la dirección de donde viene el viento, pudiendo depender la ubicación de nuestra área de despegue, para proporcionar seguridad y facilitar nuestro ejercicio.
Volar al nivel del mar o hacerlo sobre un valle, representa siempre una sensación especial o como alguien diría “cada sitio de vuelo tiene su encanto”, pero hacerlo en el altiplano logra acrecentar más este desafío, dando como resultado un interesante planeo a más de 3700 m.s.n.m.
Estas apreciaciones pudieron confirmarse nuevamente a mediados del mes de Enero pasado, con la visita de Angela Echenique Peñalosa y Julio César Fernández Dueñas aspirantes a piloto de parapente de la ciudad de La Paz y Roberto Castañares Arce, piloto orureño radicado en la República de Chile, a la zona de vuelo de Capachos, una pequeña ladera que cuenta con dos frentes para el despegue y con aterrizajes, uno en los predios del Club de Golf Oruro y el otro hacia la parte posterior del balneario, ubicado aproximadamente a 12 km. de nuestra ciudad.
POR: RODDY CASTAÑARES
Vemos que sí es posible volar en este medio natural, el cual presenta un claro predominio de los relieves horizontales, ofreciendo también escarpes, quebradas, valles y serranías aisladas, que nos permiten disfrutar de esta aventura, gracias al calentamiento irregular de la superficie o la ascendencia del aire por el relieve de una ladera o un pico y debido a las corrientes del viento local que regularmente oscilan de 0 a 10 km/h brisa suave, hasta 15 km. comportamiento moderado y los fuertes que superan los 25 km., haciendo de esta practica más extrema o considerada muy técnica.
Otro de los factores a tener en cuenta es la dirección de donde viene el viento, pudiendo depender la ubicación de nuestra área de despegue, para proporcionar seguridad y facilitar nuestro ejercicio.
Volar al nivel del mar o hacerlo sobre un valle, representa siempre una sensación especial o como alguien diría “cada sitio de vuelo tiene su encanto”, pero hacerlo en el altiplano logra acrecentar más este desafío, dando como resultado un interesante planeo a más de 3700 m.s.n.m.
Estas apreciaciones pudieron confirmarse nuevamente a mediados del mes de Enero pasado, con la visita de Angela Echenique Peñalosa y Julio César Fernández Dueñas aspirantes a piloto de parapente de la ciudad de La Paz y Roberto Castañares Arce, piloto orureño radicado en la República de Chile, a la zona de vuelo de Capachos, una pequeña ladera que cuenta con dos frentes para el despegue y con aterrizajes, uno en los predios del Club de Golf Oruro y el otro hacia la parte posterior del balneario, ubicado aproximadamente a 12 km. de nuestra ciudad.
POR: RODDY CASTAÑARES
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