De los seis deportistas bolivianos que asistirán a la cita de agosto, César Menacho Flores ya conoce Pekín y sabe en qué terreno le tocará desempeñarse. Hace unas semanas estuvo en la capital china, pagó los gastos de su bolsillo y asistió a una prueba preolímpica de fosa, que es su especialidad.
La semana pasada, el Comité Olímpico Boliviano (COB) lo designó como el abanderado de la delegación nacional, privilegio que sólo lo tienen los más destacados, y que le permitirá, el día 8 de agosto, durante la ceremonia inaugural, desfilar portando la bandera nacional.
Menacho se interesó por esta disciplina en el año 1994. Desde entonces, aparte de ser un aficionazo a la caza, lo es por el tiro, con tal puntería que es campeón nacional durante varios años.
Como pocos ha conseguido la medalla de oro continental en 2007, la medalla de plata en el Iberoamericano del mismo año y el octavo lugar en el Mundial de la República Dominicana.
No cabe duda que llegar a unos Juegos Olímpicos es el techo más alto para un deportista…
Lo es. Estoy bastante confiado. Por supuesto muy alegre, muy feliz y muy motivado por cumplir un buen papel. Será la participación más importante que tenga, quizás para hacerme recordar lo que fueron mis inicios, cuando gané un torneo de las Bodas de Oro del Club Mallasilla, en La Paz, que marcó mi carrera, que hizo que partiera ahí y continuara disparando hasta la fecha, hasta llegar a unos Juegos Olímpicos. De cazador me volví aficionado por el tiro.
¿Ir a unos Juegos tendrá comparación con algo más?
No y yo ya tengo dos Juegos Panamericanos y dos Juegos Bolivarianos. Pero los Olímpicos son otra cosa y voy a ir a Pekín muy confiado, porque tengo una marca realmente buena (120 sobre 125 platos).
¿Tuvo una buena preparación?
Lo que uno hace con mucho esfuerzo siempre es bueno, aunque eso no pasa cuando uno tiene que referirse al tema del apoyo. Somos deportistas amateurs y prácticamente estamos abandonados a nuestra suerte, pues no tenemos casi nada de apoyo. Sin embargo, la satisfacción personal de cada uno por estar en una cita olímpica es tremenda y le da para, a pesar de todo, seguir dando su máximo esfuerzo.
¿Qué puesto quisiera ocupar en los Juegos?
Mis expectativas son bastante altas, la verdad estoy pretendiendo llegar a un escalafón de mucha importancia. Pienso clasificarme a la final, creo que tengo marca para ello, y una vez que me encuentre en esa instancia, no tendré por qué no soñar con obtener una de las medallas.
¿Tan alto?
Me estoy entrenando desde el mes de enero, me fui al Preolímpico a Pekín con mis propios recursos, para poder estar en competencia y así conocer el lugar. Me estoy entrenando con Mauricio Katán, de La Paz, quien me está apoyando de manera gratuita, pues no puedo cubrir los gastos (que representa tener un entrenador). Con su ayuda he ido subiendo más metas. Además estoy en un muy buen estado físico y mental. Sólo lamento que la persona con la que he entrenado todo este tiempo no pueda estar conmigo en la competencia. No entiendo cómo no puede haber espacio (en la delegación) para un entrenador.
Pekín probablemente sean tus primeros y últimos Juegos Olímpicos, ¿o piensas en los próximos?
Gracias a Dios, en este deporte uno puede seguir hasta los 50 o 60 años, no se necesita mucho estado físico, porque no es una disciplina de contacto. Uno sólo alza la escopeta y empieza a tirar. He pensado en retirarme, pero todavía, pues a la vuelta de Pekín seguiré asistiendo a las copas continentales y también empezaré mi preparación para los Juegos Bolivarianos. Personalmente, no pienso dejar escapar ni una sola medalla.
Nuestro abanderado
Fecha de nacimiento: 14 de octubre de 1964
Edad: 43 años
Lugar: Santa Cruz
Peso: 78 kilos
Estatura: 1,70 metros
Padres: Eligineldo Menacho Vieira y Martha Flores Justiniano
Disciplina: Tiro deportivo
Prueba en la que participa: fosa olímpica
Día: sábado 9 y domingo 10 de agosto
¿Qué es y cómo se practica la fosa olímpica?
El foso olímpico (en algunos países también llamado fosa olímpica) es comúnmente llamado trap o tiro al plato. En la especialidad del foso olímpico, seis tiradores disparan, alternándose en cinco pedanas de tiro distintas que están a tres metros la una de la otra. Las máquinas lanzaplatos quedan a 15 metros de las pedanas de donde disparan los tiradores que ruedan en sentido horario después de cada lanzamiento de plato.
El plato es lanzado de manera automática e instantánea cuando llega la orden del tirador que espera embrazando el fusil cargado con dos tiros. Cada serie se compone de 25 platos. Por cada pedana hay tres máquinas lanzaplatos por un total, entonces, de 15 máquinas lanzaplatos. La dirección del plato varia de 0 a 45 grados a la derecha o a la izquierda. Su altitud, a 10 metros de la fosa, debe estar entre el 1,50 y los 3,50 metros. El plato lanzado tocará tierra, luego de una curva parabólica, comprendida entre los 75 y los 80 metros. La velocidad de salida de la fosa pasa entre los 100 y los 120 kilómetros por hora. El blanco es centrado, usualmente en un radio de 35 metros, entonces el tiempo de reacción puede variar de cinco a seis décimos de segundo.
El foso olímpico está presente a los Juegos Olímpicos desde la edición de París de 1900, en calidad de deporte demostrativo. Además hasta las Olimpiadas de Tokio de 1964 fue la única disciplina del tiro al vuelo admitida. Por esa misma razón se define como la madre de todas las disciplinas olímpicas en este deporte.
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