En abril de 2014 tomó una decisión que cambió su vida. Definió dejar su trabajo, en Pretensa donde vendía viguetas y plastoformo, para dedicarse exclusivamente al atletismo, a su preparación.
“Nadie creía en mí. Corría como aficionado, mis amigos se me burlaban, decían por ejemplo ‘esta vez en que tiempo te vas a salir’, ‘no vas completar la carrera’. Pero a mí siempre me gustó el atletismo y quería demostrarles que sí se puede”, comentó Aguilar, quien empezó a entrenar por cuenta propia y luego con un amigo, Ausberto Lucas, un fondista reconocido.
Aguilar fue parte de varios clubes como Froilán Corrales de Quillacollo, San Simón y Franzisco, pero como no podía dedicarle mucho tiempo a su entrenamiento su nivel no subía y no lograba cumplir sus sueños.
Por este motivo, dejó su trabajo y se dedicó a entrenar, primero con Lucas y luego con el reconocido exmaratonista mexicano Dionicio Cerón.
“Cuando trabajaba no tenía tiempo para entrenar. A veces en lugar de ir a almorzar me iba a entrenar a medio día en pleno sol, pero igual el esfuerzo no era el suficiente, por eso decidí dejar todo para prepararme mejor”, aseguró.
Los frutos no se vieron inmediatamente, pero si llegaron de manera rápida para tener sólo unos cuantos meses entrenando, ya en diciembre de 2014, en la carrera pedestre 10k que se desarrolla en el trópico cochabambino logró ingresar a la meta en quinto lugar. Un gran mérito, porque en estas carreras participan los mejores fondistas del país debido a los jugosos premios económicos que ofrecen.
Con el objetivo de mejorar más sus marcas y su nivel en julio de este año se fue a Guadalajara, México, donde entrenó junto a Cerón hasta septiembre. Allá corrió una la 10k de Zacatecas, en la que logró un tiempo de 30’29”.
De vuelta en Bolivia, sus tiempos mejoraron y finalmente logró demostrar que podía y ganó dos carreras del Presidente Evo en Pando y en el Beni.
Una vez cumplida esta meta, ahora sus objetivos son más exigentes. “El próximo año empezaremos a salir a competir afuera y a atacar los récords nacionales, porque los récords están para romperse”, comentó Víctor, a tiempo de indicar que este 31 de diciembre correrá la reconocida Carrera San Silvestre en Sao Paulo, Brasil.
Aguilar además es consciente que para lograr sus nuevas metas debe participar en torneos oficiales, regulados por la Federación Atlética de Bolivia (FAB). Motivo por el que ya se afilió a la Asociación Departamental de Atletismo de Cochabamba.
Este año ya tuvo su primera incursión en torneos oficiales, donde sus marcas empezaron a ingresar en el ranking nacional.
Su primera medalla oficial, es una de plata en los 1.500 metros planos, obtenida en el Campeonato Nacional categoría Mayores, que se desarrolló en Tarija, en abril de este año.
Aguilar logró un tiempo de 4’01”15, todavía un poco lejos del mejor del país en esta prueba, el orureño Rubén Toroya que en ese torneo hizo 3’59”37.
En ese nacional Aguilar quiso competir también en los 5.000 metros planos y los 3.000 metros con obstáculos, pero su asociación no lo inscribió y se quedó con las ganas.
“Aunque todo atleta sueña con llegar a los Juegos Olímpicos, creo que la mejor chance que tenemos para entrar es la maratón, porque en las otras pruebas son tiempos muy rápidos. Pero creo que todavía no estoy para eso, tengo que quemar etapas, ir poco a poco”, finalizó.
DATO
Buena decisión
La decisión de dejar el trabajo como vendedor en Pretensa y dedicarse al atletismo le resultó un buen negocio a Víctor Hugo Aguilar, porque después de correr 10 carreras pedestres 10K del Presidente Evo logró ganar un total de 101.500 bolivianos en premios. Además de otros premios incentivo.
HOJA DE VIDA
Víctor Hugo Aguilar Mamani
Fecha de nacimiento: 05/09/1990
Lugar de nacimiento: Cochabamba
Padres: Marcelina Mamani Quino y Víctor Aguilar Quispe
Hermanos: Vladimir (22 años) y Wendy (20 años)
Estudios: Técnico medio en construcción civil.
Logros oficiales: Medalla de plata nacional en los 1.500 metros planos.
Con Dios siempre presente
“El caballo se alista para el día de la batalla, mas Jehová es el que da la victoria”, Proverbios 21:31, es la leyenda que Víctor Hugo Aguilar Mamani, siempre lleva en su espalda durante toda competencia, no porque cree que le dará suerte, sino porque es muy devoto en su creencia en que sólo a través de Dios se pueden conseguir los objetivos. “Puedo estar bien preparado, pero sin Dios, no puedo conseguir nada”, explica el atleta.
Incluso el día de Víctor inicia con esta devoción. “Mi día empieza a las 05:00, voy a la iglesia de Sanidad Divina, donde hago mis oraciones hasta la 07:00. De ahí salgo trotando y me voy a entrenar a la laguna Alalay o al estadio. Después descanso un poco y vuelvo al trabajo en la tarde como a las 4:00 o 5:00 de la tarde”, puntualizó.
Una niñez difícil
Víctor Hugo Aguilar no tuvo una niñez fácil, porque su padre los dejó cuando él tenía ocho años. Su madre tuvo que hacerse cargo de él y sus hermanos. Y precisamente para darles una mejor vida, hace 10 años se fue a España.
Para Víctor fue una satisfacción a parte, que el pasado domingo su madre pudiera presenciar su victoria en la carrera pedestre de Tigo Sport Run.
Un gran ejemplo de superación, disciplina y constancia para todos los deportistas.
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