En vísperas del 6 de agosto, el día de la patria, es bueno hacer una radiografía del deporte boliviano, que no atraviesa por un buen momento.
Han desaparecido los deportistas de élite, y los que hoy sobresalen son intermitentes.
Dos periodistas, Alfonso Arévalo y Fernando Nurnberg, analizan esta realidad y señalan sus necesidades.
¿Cómo está el deporte boliviano en la actualidad?
Alfonso Arévalo (AA): Precisa con carácter de urgencia un respaldo a nivel de Estado, lo que se denomina políticas de Estado. Eso va a comprometer al reordenamiento de todo el deporte nacional a partir de la misma unidad que es el atleta, el club, la asociación, la federación... Se precisa hacer una tarea a fondo para generar un sistema deportivo nacional que pueda planear para el futuro un mejoramiento del nivel competitivo y una ampliación de la base deportiva nacional.
El deporte ha caído en el escalafón continental más allá de lo previsto. Nuestro nivel de competencia, de participación en Sudamérica nos ubica en el último lugar con tendencia a ampliar la diferencia con relación a otros países.
Sugiero crear una Confederación Deportiva Nacional que ayude al Estado en la planificación del deporte a futuro junto al Comité Olímpico Boliviano.
Los esfuerzos serán vanos si no hay un ordenamiento y una interrelación entre el Estado y el sistema deportivo nacional.
Fernando Nurnberg (FN): Desde hace mucho tiempo no somos los mejores. La poca participación en competiciones internacionales es la mejor medición del nivel en el que se desenvuelve el deporte. Antes teníamos grandes deportistas, hoy no pasamos ni la barrera del medio en los campeonatos regionales, donde hemos quedado relegados. Eso marca la capacidad competitiva que tenemos hoy. Estamos muy lejos de lo que proponen los otros países y a lo que Bolivia ni siquiera se asoma. Son muy aisladas las esperanzas de sacar el pecho en torneos de gran magnitud.
¿Qué le falta o qué falla?
AA: Falta que el Estado a través de un organismo competente atienda. Creo que es hora de que haya un Ministerio de Deportes, que planifique y desarrolle un plan estratégico nacional para cinco, 10 y 15 años.
El Estado tiene que marcar las reglas de juego, las federaciones nacionales se tienen que reunir en una gran comisión y hacer una confederación que establezca junto con el Estado las necesidades y la demanda del sistema deportivo, que haya una vinculación del Ministerio de Deporte con el Ministerio de Educación para que el avance deportivo en las escuelas y los colegios estimule y mejore la atención de los jóvenes que quieran dedicarse al deporte.
FN: No hay políticas estructurales para configurar una dinámica que le permita a la actividad deportiva tener buenos representantes, que tiene que ser intensa, febril, sostenida y acompañada de políticas de Estado, no solamente en la actividad misma del ejercicio físico, sino para que se preocupen de darle buena alimentación, buen respaldo, buena atención, algo que el deportista debe tener si queremos aspirar a tener una participación por lo menos aceptable.
No tenemos en el pénsum escolar una carga horaria que sea importante. Las escuelas y los colegios tienen muy reducido un nivel de recreación. El deporte escolar debería ser la base para ir formando a deportistas de alta competencia. Si no hay nada de esto, la situación se vuelve dramática.
¿Entonces eso hace que los niños y jóvenes pierdan interés en hacer deporte?
AA: En Bolivia ha ocurrido un fenómeno, en escuelas y colegios se marcó una tendencia de que los niños y jóvenes se dedican más a bailar danzas folklóricas que a hacer deporte, ambas cosas son importantes, pero no una en desmedro de la otra.
Es importante construir infraestructura, pero no basta con construir, sino en saber cómo se va utilizar. Yo creo que necesitamos en el fútbol y otros deportes monitores deportivos dependientes del Ministerio de Deporte y Educación en los niveles de mayor penetración, en áreas alejadas del centro. Esos monitores deben ser preparados y capacitados con cursos de formación y actualización para que el avance tenga una asistencia mínima.
Sé que el fútbol deja al año por concepto de impuestos una cifra que supera el millón de dólares, si el Estado, a través del Ministerio de Deporte o una organización de alto nivel, solicitara eso para los monitores deportivos, formadores, asistencia, infraestructura, equipamiento... en cinco años el nivel deportivo en Bolivia mejoraría; en 10 años seríamos más competitivos y en 15 sacaríamos medallas en las competencias internacionales.
Lo contrario será seguir dando vueltas en círculo.
Hay un Ministerio de Cultura, de Medio Ambiente, de Salud, y el deporte se ha conformado con un ridículo Viceministerio, lejos del circuito nacional, de tener autonomía, recursos económicos para atender las demandas del país.
FN: No nos olvidemos de que el deporte es preventivo. Es una terapia extraordinaria para la gente pequeña, joven, adulta y de la tercera edad.
Con una praxis y un hábito de hacer actividad física indudablemente podemos hablar al ciudadano desde pequeño que entre en otro tipo de caminos alejados de la delincuencia, de la drogadicción, de la flojera, del estate quieto, además el deporte por su característica misma para un ciudadano, para un joven que se acostumbra a hacer deporte, es una actividad que requiere de sacrifico y disciplina, y eso le va marcar para toda la vida. Conozco a mucha gente que es deportista y que es muy buen ciudadano, buena persona, buen profesional, buen hijo, buen padre porque el deporte crea esos hábitos. Por eso hay que dar a los niños y jóvenes en especial condiciones para hacer deporte, infraestructura, alimentación, atención a través de políticas de Estado. Eso es necesario.
¿Se extraña ya no tener atletas de élite en el país para las competencias internacionales?
AA: Muchísimo. Cada vez la brecha es más amplia, y creo que el deporte boliviano está a 10 años del deporte competitivo regional y mucho más en el deporte internacional. Todos los países se han preocupado por generar planes y proyectos formativos para hacer atletas competitivos; en Bolivia los esfuerzos aislados vale la pena destacar, pero no hay continuidad y los deportistas se cansan de esperar apoyo.
FN: Da pena. Desde 1984 asisto a los Juegos Olímpicos y realmente en ese tiempo no vi que un deportista boliviano haya entrado con marca mínima exigida por el Comité Olímpico Internacional (COI), pero sí estuvieron algunos por invitación o aproximación.
Lastimosamente hemos entrado a la lista del deporte mundial no por méritos propios, sino porque hay algunos cupos que son saldos para llenar espacios, y a Bolivia le dan 5, 6, 7 o los cupos que sobran, porque el COI siempre quiere tener a atletas de todo el mundo.
20 AÑOS han pasado desde la última y resonante alegría que ha vivido Bolivia con la clasificación de la Selección boliviana de fútbol a la Copa del Mundo Estados Unidos 94.
“Urge crear un Ministerio para el deporte, no un ridículo Viceministerio.
Alfonso Arévalo / Director de Deporte Total.
“Lo que necesita el deporte es un apoyo decidido con políticas desde el Estado.
Fernando Nurnberg / Director de Facetas Deportivas
Un Ministerio
Arévalo y Nurnberg consideran urgente crear un Ministerio de Deporte.
“Es necesaria la creación de un Ministerio que planifique, desarrolle planes y proyectos para recoger resultados a mediano y largo plazo. Existiendo un Ministerio se reclamarán recursos suficientes para atender la demanda de un plan deportivo nacional de largo alcance con metas y definiciones. El deporte en el Estado no debe ser un escritorio más” dice Arévalo.
Nurnberg subraya: “Es aconsejable la creación de un Ministerio porque en el momento hay una dependencia que no permite desarrollar todos los planes y proyectos en la dimensión que se pretende; pero con una administración propia, la figura cambia, porque eso le permitirá encarar con mayor predisposición los objetivos que se tengan para mejorar el deporte en el contexto general. Sin embargo, de nada servirá un Ministerio de Deportes si no hay políticas estructurales a favor del deporte”.
La dirigencia, un tema que preocupa
Un punto que preocupa es el dirigencial. Según los periodistas, para ejercer en una asociación o federación deben ser evaluados por una comisión de alto nivel.
“El sistema dirigencial tiene que pasar por evaluaciones. Los dirigentes no se preparan para administrar el sistema deportivo, llegan de manera causal, se atornillan y permanecen definitivamente porque en Bolivia todavía existe el concepto que ser dirigente es gozar de privilegios, como en el COB y la Federación de Fútbol. El dirigente ya vive de las canonjías que da el deporte, viajes, atenciones preferenciales y el provecho para el país es ninguno”, señala Arévalo.
Nurnberg dice que “los dirigentes deben perfeccionarse, deben tener un conocimiento cabal de lo que es la actividad deportiva de recreación, competencia y de alta competencia. El dirigente amateur es aquel que administra pobreza. Muchos de ellos tienen limitaciones en cuanto a planificación y organización deportiva. Sin embargo, no le doy responsabilidad a la dirigencia amateur, que es valiosa, pero eso también tiene que responder a una política de Estado en favor del deporte.
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