Sergio Andrés Bustillos Camacho es un niño paceño que nació para campeón en un deporte considerado como el más completo: la gimnasia olímpica y artística.
Su carta de presentación a sus diez años es el detentar el campeonato nacional de la categoría pre-infantil II, porque en el nacional de noviembre en Santa Cruz se apoderó de todas las preseas doradas en las siete especialidades que se pusieron a consideración de los participantes.
Éste niño de contextura delgada, llamado cariñosamente ‘huesitos’ por sus compañeros de curso del colegio La Salle, se va formando sistemáticamente para conseguir pasito a pasito aquello que ambiciona, representar al país en las olimpiadas, esa es la meta que se trazó.
Lo conseguido hasta ahora, en la lectura de su madre Carla Camacho, es consecuencia de la indeclinable constancia de Sergio, porque ya va por el tercer año de intimidad con los aparatos, y su cotidianidad se resume en tres a cuatro horas de entrenamientos todos los días, lo que refuerza el convencimiento del pequeño gimnasta es el ‘si puedo vencer cuanta barrera se ponga a mi consideración’.
“La apuesta para que Sergio alise esta ilusión de ser un competidor a nivel internacional es de la familia, porque en rigor de verdad no contamos con ningún tipo de apoyo, por tanto al presupuesto mensual que se tiene, debemos agregar cerca de Bs 800, entre pasajes y el establecimiento particular donde se entrena mi niño”, dijo la madre del gimnasta.
LOS APARATOS
Como en todo, el grado de dificultad es diferente entre uno y otro aparato o especialidad, por eso mismo, Sergio Andrés, en aquellos aparatos que exigen más, su dedicación es mayor. “Cierto, las barras paralelas y los arzones son más exigentes”, dijo el pequeño y diestro campeón e hizo una acotación que tiene que ver con aquello de explorar en Internet la manera como debe hacerse más diestro uno. Citó por ejemplo al gimnasta argentino Roberto Aguilar, a quién considera un atleta a imitar, porque –a su entender- se las sabe.
Más allá de esta revelación, hoy por hoy ‘huesitos’, para sus amiguitos, es el número uno del país, porque los puntajes que alcanzó en el nacional de noviembre reciente en la capital cruceña lo han hecho inalcanzable, e hizo cosecha de todas las preseas doradas.
Es campeón en: arzones, paralelas, anillas, suelo, salto, barra fija y piso.
UNA PASIÓN
De entrada, nuestro pequeño entrevistado, que deja de momento sus afanes en el gimnasio Wagans, para hilvanar frases que brotan con espontaneidad y que nos permite conocer cómo piensa un campeón nacional de corta edad.
“Veo que la gimnasia es un deporte difícil de aprender, y veo muchas veces que el profe Waltico reniega mucho porque hay alumnas a las que les cuesta aprender”, matizó Sergio Andrés que tiene ojos vivaces y juguetones porque se lo nota muy extrovertido.
Seguidamente se declaró bolivarista y señala a Juan Miguel Callejón como el jugador más destacado de la actual estructura que dirige Rubén Insua.
Si algo tiene claro este diminuto campeón, es que físicamente tiene el biotipo para seguir creciendo en este mundo de los aparatos. “Por eso que los japoneses son buenos gimnastas”, acota su señora madre que tiene hecha su agenda diaria, porque es quién infaliblemente debe llevar todos los días al gimnasio.
WÁLTER ARI, EL INSTRUCTOR DE DILATADA TRAYECTORIA
Wálter Ari, es un instructor de amplia y dilatada trayectoria en el ámbito de la gimnasia y su ganada experiencia se ve reflejada –al presente- con expresiones tan valiosas como es el caso del niño Bustillos Camacho. “La gimnasia es un deporte completo, sus cultores están persuadidos para una lectura correcta acerca del grado de dificultad que conlleva, porque se trata de ejecutar ejercicios sincronizados en diferentes posiciones y direcciones que arrancan sensaciones que se conjuncionan: coordinación. fuerza, velocidad y ritmo. La plasticidad debe expresarse con la belleza de movimiento, y ritmo de trabajo en aparatos”, apunta Ari. A manera de ilustración, Ari, puso de manifiesto que para ser un buen gimnasta el biotipo es fundamental, y es que el atleta debe ser de constitución delgada, piernas delgadas y torso ancho y una buena espalda que sumado al material de trabajo se puede concluir que se está tallando en terreno seguro para formar campeones. Por lo demás, Wálter Ari, con aire de complacencia, refiere que al presente, la gimnasia vive en La Paz, porque eso se reflejó con los resultados del más reciente nacional, por tanto, eso es un incentivo nada despreciable que se debe saber mantener.
Opuestamente, reclamó de la dirigencia mayor atención, lo mismo de las autoridades deportivas que poco o nada hacen por coadyuvar con este esfuerzo de los padres de familia que apoyan a sus hijos.
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