“Pusimos tres mesitas de billar”, comienza Nataly. Apela al tono de voz dulce que la caracteriza para hacernos partícipes del nacimiento de su restaurante, aquel espacio en el que ofrece platos tradicionales como pollo al locoto, fricasé, costillitas y sopa de maní; y que cuenta con un lugar destinado exclusivamente para la práctica del deporte de los estrategas, de los elegantes.
Hace una pausa en su relato y recuerda cuán importante fue la contención moral de su marido Alejandro para alcanzar su primer emprendimiento comercial. “Ahora que soy independiente tengo el apoyo de mi esposo, a quien también le encanta jugar”.
Nataly Camacho, la actual campeona nacional en bola 8, 9 y 10; y la reivindicadora de Bolivia en los Juegos Bolivarianos 2013 (ganó dos medallas de oro, una de plata y dos de bronce), ha montado una pensión familiar llamada Nata-chon. Decidió hacer frente a los problemas económicos mediante un lugar peculiar en el que el denominador común es la mesa de juego.
Nos damos la licencia de enumerar tres sueños de la chica dorada del billar: competir en el torneo Panamericano de Lima, ver crecer su empresa familiar y que Bolivia tenga nuevas generaciones de billaristas brillantes.
Cerró el 2015 con solo una participación internacional (Panamericano de Buenos Aires) y anhela estar en el Mundial. Para ello, sabe que es necesario quemar etapas. La paciencia es una de sus mejores compañeras, al igual que su esposo Alejandro, con quien atiende Nata-chon y da clases de juego en instalaciones de la pensión.
Por solo 12 bolivianos la hora, las mesas y la atención de Nataly están disponibles todas las tardes, a la carta.
P: Has tenido una idea original. Combinas la cocina con tu pasión.
R: Sí (risas). El sueño mío y de mi esposo es estar siempre ligados al billar. Como tenemos espacio en el ambiente en el que trabajamos, decidimos poner tres mesitas para jugar. También estamos dando clases a jóvenes y niños. Comenzamos este proyecto. Espero que muy pronto se haga más grande, Dios mediante.
P: Empezó como un restaurante, pero ahora tiene identidad propia...
R: Exacto, pero hemos podido ampliarlo un poquito. Lo bueno es que tenemos una mesa profesional, americana, con paño de calidad. Ahí mismo entreno y me pongo a punto para los torneos de este año. Falta muy poco tiempo.
P: ¿El ser emprendedora es una de tus cualidades?
R: Considero que sí. Sinceramente lo hago porque amo este deporte. Siempre fue mi sueño tener un billar y dar clases. Me gustaría fomentar a la juventud para que Bolivia surja. Hay talento, pero no hay ambientes para practicar. Con la experiencia que tengo acumulada deseo que haya más oportunidades para los nuevos talentos y que nos representen fuera.
P: ¿Cómo es el tema de los servicios de tu restaurante?
R: Aparte de los platos, la hora para jugar billar cuesta 12 bolivianos. En el caso de las clases, directamente van y escogen los horarios que quieran. Se paga mensual, con un precio mínimo. Están abiertas para todas las personas.
P: ¿Alguno de tus sueños o proyectos inmediatos?
R: Primero quiero ganar torneos departamentales. Empezarán este mes en las modalidades de bola 8 y 10. A partir de eso, clasificar a los nacionales para ratificar mi liderato. Mi meta más grande es el Panamericano de Lima, que aún no tiene fecha exacta, pero será a mediados de año. Quiero obtener una medalla y estar en el Mundial. Es mi gran reto de este año.
P: ¿Sin tu familia y tu esposo, las cosas hubieran sido más difíciles?
R: Pues sí. De hecho, cuando a veces no alcanzaba el dinero para viajar, mis papás me ayudaron. Incluso me regalaron una mesa. Siempre conté con su colaboración. Ahora que soy independiente tengo el apoyo de mi esposo, a quien le encanta el billar. Él está como presidente de la Asociación de Billar Cochabamba. Es un pilar muy grande en mi vida.
Otro de los anhelos de Nataly es que la sociedad valore a los animales. El amor que profesa hacia los perros es muestra de ello. En su cuenta de Facebook es habitual ver decenas de publicaciones que se refieren a ello. Napito es su mejor amigo de cuatro patas.
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