01 octubre 2012
Ocho razones para que Bolivia no sea potencia deportiva
A sus 14 años, Elia Chata conoció la pista atlética del estadio paceño Hernando Siles y, por su emoción, se olvidó por un momento que era la única que se presentó con abarcas en los clasificatorios de los Juegos Deportivos Estudiantiles Plurinacionales de La Paz.
“Ya tienen dos años y corro con ellas. No puedo con los tenis (zapatos deportivos). En mi pueblo así troto”, manifestó la cholita que nació en la localidad de Capiñata, en la provincia Inquisivi. Elia es sólo una muestra de la precariedad con la que atletas bolivianos intentan hacer deporte, contra viento y marea.En los Juegos Olímpicos de Londres celebrados entre julio y agosto, los representantes bolivianos volvieron a demostrar que al país le falta mucho para estar a la altura de naciones vecinas, y más todavía de potencias como Estados Unidos y China, los reyes del medallero. Así, una presea olímpica parece lejana. Pero, ¿cuáles son las razones para este atraso en Bolivia?
Para responder a la interrogante, Informe La Razón habló con 25 personas entre autoridades gubernamentales, (ex)dirigentes deportivos y del Comité Olímpico Boliviano, (ex)atletas olímpicos, los cuales identificaron al menos ocho causas para que el resto de los países sudamericanos —sin ir muy lejos— estén dos pasos por delante en el camino, mientras nuestros deportistas sudan para conseguir la marca mínima para asistir a los Juegos Olímpicos.
“Los récords no están tan lejos, pero aún somos aficionados y es difícil medirse con los profesionales”, arguye Claudia Balderrama, marchista que logró el puesto 33 en Londres. “Hemos quedado relegados en el ámbito regional”, señala Policarpio Calizaya, tres veces corredor olímpico.
Las ocho razones que van a continuación son una síntesis de lo expuesto por las fuentes. El orden en que van no implica su rango de importancia. Son ocho dificultades a las cuales se debe atacar para que Bolivia pueda soñar con una medalla olímpica, algo que ahora parece muy lejano.
1. Menos población = menos atletas
La Paz, sábado 25 de agosto. Diez atletas se entrenan para el nacional de Marcha Atlética en la pista del estadio Hernando Siles. “No hay muchos fondistas”, se lamenta la directora técnica Elisa Subirana. Hace dos décadas, marchistas de la categoría de Eloy Quispe (+) y la plusmarquista Geovana Irusta practicaban junto a decenas de jóvenes. Hoy todo es diferente. “Son pocos. No vienen porque no se está trabajando en los colegios”, dice.
Más allá de que cada vez haya menos atletas o que no haya incentivo a la actividad muscular en las escuelas, los entrevistados por Informe La Razón coinciden en que un primer factor para no contar con un buen número de deportistas en el país responde a un axioma simple pero de peso: a menor población, menos opciones de tener una cantidad óptima de atletas.
No en vano Estados Unidos y China están en la cúspide de los deportes: el primero tiene más de 300 millones de habitantes y el segundo, más de 1.347 millones. “Así se puede conseguir mayor reserva de talento”, opina el exdirigente olímpico Rolando Diez de Medina. En Bolivia, la población llega a más de 10 millones y por ello “el universo de atletas es menor”. Y si uno se rige por porcentajes y estadísticas, esto es una condicionante para no tener más opciones de obtener medallas deportivas.
TRIBUTOS. Como muestra basta un botón. La actual campeona boliviana de natación Karen Tórrez comenta que en suelo estadounidense —donde se entrenó para participar en los Juegos Olímpicos de Londres que se realizaron entre julio y agosto— existen al menos tres millones de nadadores, todos de excepcionales condiciones; mientras en el país los “nadadores top” no superan los dos centenares.
¿Y qué pasa con Jamaica, una isla de las Grandes Antillas con menos de 2,7 millones de pobladores, cuna de deportistas de élite en el atletismo, donde nació Usain Bolt, el hombre más veloz del mundo? “Ha desarrollado una reserva natural de talento de corredores de alta velocidad y concentra sus esfuerzos en esta especialidad”, comenta el analista deportivo mexicano Leo Zuckerman en el periódico Excelsior.
El director del Fondo de Inversión al Deporte (FID), Tito Montaño, subraya que los “universos deportivos” de potencias olímpicas como Estados Unidos y China “son grandes y sus manejos dirigenciales son, de repente, diferentes”. Lo claro es que un país chico está casi condenado a una menor reserva de atletas y, si a ello se suman otros problemas estructurales, la situación se torna más preocupante.
2. Las escuelas ya no son semilleros
Antes de jubilarse, Nemecio Huanca, exprofesor de la materia de Educación Física, tuvo que esforzarse para aprender “pasitos de caporal y morenada”, a pedido de sus alumnos que “ya no querían practicar deportes”. Actualmente, muchos de los promotores de la actividad muscular en las escuelas, se dedican más a enseñar danzas folklóricas. Así, los “semilleros” del deporte padecen sequía de talentos.
Es una razón para que haya menos atletas, según la entrenadora Elisa Subirana: “Se está fallando en las unidades educativas, ya no se cultiva el amor por el deporte”. A la par, el exmaratonista Policarpio Calizaya critica que “la hora de Educación Física en los colegios se está convirtiendo en la hora del folklore”. Las opiniones son compartidas por el viceministro del Deporte, Miguel Ángel Rimba.
Huanca trabajó 35 años en el magisterio y rememora cómo sus alumnos de la escuela alteña José Ballivián llegaron a jugar partidos de voleibol en el Coliseo Cerrado de La Paz. Es que antes había mayor impulso deportivo en el plano escolar y los profesores de Educación Física eran el primer eslabón para ubicar a los futuros atletas bolivianos. Misión que ha quedado relegada, de acuerdo con los entrevistados.
Más aún, la instructora de atletismo Laura Chiri manifiesta que los torneos intercolegiales en las ciudades de La Paz y El Alto eran las grandes citas del deporte estudiantil. Y en los años 70 existían las supervisiones de Educación Física, dependientes de las direcciones distritales de Educación y que impulsaban los torneos intercolegiales.
Era una época en que descollaban en La Paz colegios como el San Calixto, Don Bosco, Hugo Dávila, Ayacucho, Dora Schmidh o Felipe II Guzmán. Eventos similares se repartían por el territorio nacional. “Había una relación directa entre los maestros de Educación Física y las asociaciones deportivas”, relata Chiri.
La actual tendencia marca que estos profesores, que eran mentores del deporte en las escuelas, han perdido protagonismo, han dejado de ser “cazatalentos”. Y si la crisis de atletas es un problema histórico en Bolivia, este punto ahonda la sequía. Huanca tiene una explicación para ello: “Antes había más amor al deporte”.
3. Infraestructura insuficienteLos niños del colegio República de Japón, de la ciudad de El Alto, tuvieron que esperar siete meses para entrenarse por cuatro horas en la pista del estadio Hernando Siles. Es que en La Paz son contados los escenarios deportivos para la práctica de las disciplinas atléticas y, aparte, el uso es restringido. Por ello, la Dirección de la unidad educativa pagó Bs 600 para aprovechar el escenario toda una mañana.
Si esto sucede en la capital política del país, basta imaginar lo que acontece en otros departamentos, sobre todo aquellos que no son parte del eje. A juicio de Édgar Claure, expresidente del Comité Olímpico Boliviano (COB), es imperioso tener instalaciones deportivas destinadas exclusivamente a la alta competencia, otras para los torneos nacionales y una mayor cantidad para la introducción al deporte, dirigida a la población en general. “Nuestra infraestructura todavía no es suficiente”, puntualiza.
La realidad en algunas asociaciones es muy dura, como la de judo. “Los judocas practican en este escenario (un ambiente de nueve metros cuadrados que se halla en la parte baja de la curva norte del Hernando Siles) y cuando se realizan partidos de fútbol, las filtraciones de los sanitarios del estadio llegan hasta aquí y debemos abandonar los entrenamientos”, denuncia el entrenador Lalo Laura.
Desde el Fondo de Inversión del Deporte, comenta su director Tito Montaño, se hacen esfuerzos para el equipamiento de los centros de preparación de las distintas ramas del deporte, con el apoyo de los municipios y las gobernaciones. Se lo hace mediante contrapartes económicas; sin embargo, la autoridad acepta que los escenarios siguen siendo insuficientes.
Justina Calizaya, excampeona bolivariana de atletismo, resalta la creación del Día del Peatón en las ciudades de La Paz y Cochabamba para la práctica de actividades físicas y deportivas, pero cree que esta iniciativa puede mejorarse. “En esa jornada se deberían abrir las instalaciones deportivas para la gente, para que no practique deportes en calles y en avenidas”.
La ahora entrenadora hace notar otro aspecto que se suma a la falta de instalaciones deportivas públicas: las nuevas canchas de césped artificial están ahuyentando a los niños. “Ahora sólo los mayores ingresan a estos campos y los pequeños no pueden hacerlo porque les piden hasta Bs 120 por una hora de alquiler”. Un tema que inhibe a aquellos que gustan del fútbol.
4. Un presupuesto muy reducido
En los años 90, el tres veces corredor olímpico Policarpio Calizaya viajó a Perú para competir en la Maratón de Huancayo; su objetivo era ganar la bolsa de $us 8.000 para pagar su preparación. La marchista Claudia Balderrama —que participó en los recientes Juegos Olímpicos de Londres— recibió Bs 3.500 mensuales del Fondo de Inversión al Deporte (FID) para su entrenamiento. El apoyo económico a los atletas bolivianos es considerado reducido, si se lo compara con el de otras naciones.
El viceministro del Deporte, Miguel Ángel Rimba, informa que el presupuesto anual para subvencionar la actividad deportiva “no llega ni a $us 2,5 millones”, cuando en Ecuador la cifra asciende a $us 100 millones. Colombia y Venezuela invirtieron en los últimos cuatro años siete veces más que el coste anual de Bolivia, pero sólo en la capacitación de sus atletas.
Ni qué decir de potencias olímpicas como Estados Unidos y China. El Comité Olímpico estadounidense dispone de un marco económico anual de $us 170 millones, señala CNN México; no obstante, el guarismo no llega a cubrir la instrucción de los deportistas norteamericanos, que para ello se ven obligados a buscar patrocinios de marcas y trabajos de medio tiempo. Mientras en suelo chino, el subsidio anual supera los $us 600 millones.TRIBUTOS. Ahora se espera mayor inversión del Estado boliviano, algo anunciado por el presidente Evo Morales en una entrevista publicada el viernes 7 por el suplemento Señor Fútbol, de Marcas de La Razón: entre $us 20 millones y 30 millones para construir un gran centro de alto rendimiento que ayude a Bolivia en la obtención de su primera medalla olímpica.
Otros plantean opciones para solventar la preparación atlética, con los empresarios como aliados. “En Perú, los deportistas reciben $us 2.000 mensuales que son parte de los impuestos de las firmas privadas” y “liberan de tributos a aquellas que apoyan a disciplinas deportivas; éstas descargan (sus obligaciones impositivas) con los recursos que otorgan a los atletas”, comenta el exfondista Mariano Mamani.
Similar estrategia adoptan Colombia y Venezuela. En esa línea, el Viceministerio de Deportes adelanta que la Cervecería Boliviana Nacional apoyará económicamente a diez deportistas nacionales con miras a los Juegos Olímpicos de Brasil 2016. Y la moraleja apunta a que la esperanza de conseguir una presea olímpica no sólo implica tener cualidades físicas y mentales, un arduo entrenamiento o suerte, sino una buena chequera de respaldo.
5. Sin seguimiento y sin competitividad
Durante la reciente disputa de la ronda clasificatoria para los Juegos Deportivos Estudiantiles Plurinacionales en La Paz, el director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede), Alberto Alvarado, verificó desde las 05.00 que no falle el hospedaje ni la alimentación para centenares de jóvenes participantes, pero cuando se le preguntó si algún comité deportivo hacía una valoración de las nuevas promesas del deporte boliviano, no supo responder.
“No, lamentablemente no...”, sostuvo después y, luego, añadió: “Quienes tienen que visualizar son los comités técnicos y quienes deben preocuparse son los presidentes de las asociaciones departamentales”. Otra razón para el déficit de atletas de alta competencia —o por lo menos para descubrirlos—, según varios de los entrevistados por Informe La Razón, es que no existe un seguimiento a jóvenes deportistas en distintos eventos del país.
Así, varios se pierden en el anonimato y no tienen asesoramiento ni apoyo para el momento en que deciden entre el estudio y los entrenamientos. “La selección (paceña) desaparece tras los Juegos Plurinacionales. Eso les dije a los del Sedede, porque después no sabemos en qué quedaron (los atletas), porque algunos son de las provincias y se les pierde el rastro”, cuenta la entrenadora Elisa Subirana.
Campeones. El problema se replica en otras partes del país y se suma a la falta de protagonismo de la mayoría de los profesores de Educación Física en las escuelas, que no están “a la caza” de talentos. Además, otra preocupación identificada por las fuentes es que el grueso de los eventos deportivos estudiantiles en Bolivia tiene un perfil más recreativo que competitivo.
No obstante, Alvarado —que fue entrenador de fútbol del club Iberoamericana— alega que esto apunta a cambiar con los Juegos Plurinacionales y expone que muchos chicos que terminaron como campeones en las dos versiones pasadas se prueban en “equipos de la A y B (de la Asociación de Fútbol de La Paz), incluso en la Liga”. El viceministro del Deporte, Miguel Ángel Rimba, ratifica que fue en el “deporte rey” en el que aparecieron más valores.
“No hay relación entre los comités técnicos de las federaciones y las asociaciones deportivas”, opina Mariano Mamani, excorredor y exseleccionado. Y sus palabras no son gratuitas. Pese a que gente del Comité Olímpico Boliviano fue invitada al selectivo de los Plurinacionales en suelo paceño, ningún dirigente y menos un técnico se acercó a observar las competencias, revela Alvarado. Un tema pendiente.
6. Falta una ley ‘MÁS DEPORTIVA’La Paz, 7 de julio de 2004. El Congreso promulga la Ley del Deporte 2770. El entonces presidente Carlos Mesa señala que la actividad física merece todo el apoyo en el país. Ocho años después, el viceministro del Deporte, Miguel Ángel Rimba, anuncia una nueva norma, ya que la anterior peca de estar más orientada al fútbol.
Similar opinión tiene el director del Fondo de Inversión al Deporte (FID), Tito Montaño, y otras exautoridades olímpicas consultadas. “Hay que cambiar la Ley del Deporte, en muchos casos es muy permisiva y en otros casos está fuera de la realidad que vive el país”, añade Montaño. Un aspecto a tomar en cuenta para esta falencia es que el cuerpo legal se creó cuando los futbolistas profesionales buscaban la aprobación del Estatuto del Jugador, ante denuncias de abusos de clubes ligueros.
Esto derivó en que no se cuente con una política deportiva que abarque a todas las disciplinas y que no se brinde atención a todas por igual. Por ello, hay asociaciones que esperan que la nueva ley sea más incluyente. “(En 2004) deberían haber hablado, en nuestro caso, con el líder de la Federación de Taekwondo de entonces, para conocer las verdaderas necesidades de esta especialidad. Así se debió actuar con los demás deportes”, manifiesta Valeria Bernal, presidenta de la Asociación de Taekwondo de La Paz.
Para Montaño, otra de las principales debilidades de la norma vigente es que no dice nada sobre los dirigentes que se eternizan en sus cargos en federaciones. “Algunos están más de 20 años y eso genera confrontaciones y demasiados intereses personales dentro de cada institución deportiva”, reclama el exfutbolista.
Ministerio. Algunas metas del proyecto de Ley del Deporte son impulsar la recreación deportiva y recuperar los valores culturales y deportivos de cada una de las regiones del país, explica Rimba. Asimismo, se establece la creación del Ministerio del Deporte y Cultura Física del Estado Plurinacional de Bolivia. La lógica es que si se robustece el ente matriz, lo mismo pasará con las disciplinas.
El paso de viceministerio a ministerio también involucrará mayor asignación de presupuesto anual. Mientras que otro objetivo apunta a desarrollar una actividad permanente de formación para lograr altos niveles de competencia y el patrocinio de talentos deportivos, prestando especial atención a la actividad física infantil y juvenil, para que los semilleros ahora sí cuenten con el respectivo apoyo estatal.
7. No existe escuela de entrenadoresEn agosto, Duberty Flores, entrenador de la marchista olímpica Claudia Balderrama, mantuvo una huelga de hambre durante ocho días en La Paz, tras ser reprobado en el Instituto Normal Superior de Educación Física, por no presentarse a dos exámenes.
Flores acompaña desde 2010 a su pupila, que actuó en los Juegos Olímpicos de Londres de este año. “Presentaba permisos, pero el docente no los tomaba en cuenta y cuando entregué mi proyecto, desapareció”, explica. Paradojas de uno de los pocos entrenadores de marcha en Bolivia, que encuentra más trabas que apoyo.
A excepción del fútbol, para lo cual hay escuelas especializadas para técnicos, en el resto de los deportes no se cuenta con un centro de capacitación. “No lo hay ni en gimnasia, ni en judo, ni nada. Debemos tener instructores y, además, deben ser incorporados a la estructura del Estado”, opina Édgar Claure, que dirigió hasta septiembre el Comité Olímpico Boliviano.
Ante esta crisis, algunos marchistas viajan a México para su formación, mientras que la nadadora Karen Tórrez trabajó en Estados Unidos para alistar su participación en los Juegos Olímpicos de Londres. Por ello, los entrevistados por Informe La Razón recomiendan entrenadores extranjeros que enseñen sus experiencias a colegas bolivianos, o que éstos viajen a otros países para especializarse.
“Hay cursos de capacitación, pero en muchos casos todo es en base al esfuerzo personal”, señala Justina Calizaya, exmaratonista, hoy instructora en El Alto. Mariano Mamani, excampeón sudamericano de atletismo, coincide: “Es nuestra principal debilidad, yo dirijo una escuela pero somos pocos los técnicos capacitados”.
8. No se incentiva a los deportistasBolivia no es agradecida con la mayoría de sus atletas. Los entrevistados por Informe La Razón señalan que la ausencia de incentivos es otra razón —aunque no estructural— para que los deportistas estén librados a su suerte, tanto cuando están en la competición como cuando se retiran.
Eso explica que el exboxeador Wálter Tatake Quisbert, medallista de oro de los Juegos Bolivarianos de 1977, se dedique hoy a la lucha libre y realice una gira en Potosí junto a Las Cholitas Luchadoras. “Aquellos boxeadores con los que una vez peleé están muy bien acomodados en sus países y eso me consta, porque hace años estuve por Venezuela y Colombia”, cuenta. Viejas glorias como él —que hace décadas lograron preseas en juegos Bolivarianos, Sudamericanos y/o Panamericanos— se encuentran en el olvido; cuando, como sucede en naciones vecinas, estas “leyendas” se convierten en entrenadores de deportistas. “Después que dimos alegrías a Bolivia se olvidaron de nosotros; no hay reconocimiento público”, remata Quisbert.
Otras historias similares son del explusmarquista sudamericano de atletismo Policarpio Calizaya, que ahora se dedica a la costura de ropa deportiva; mientras su hermana, la excampeona bolivariana de atletismo Justina Calizaya, hace sus primeras armas como instructora en El Alto. En tanto que Esteban Quelale, excampeón de marcha en 1977, es chapista de autos.
Si los atletas bolivianos deben luchar contra viento y marea para conseguir financiamiento para su preparación, tampoco cuentan con un reconocimiento económico a sus logros, ya que Bolivia es uno de los pocos países que no otorga retribuciones por una medalla deportiva.
Colombia y Venezuela gastan millones de dólares en atletas
Si Colombia invirtió en los últimos cuatro años $us 19 millones en la preparación de sus deportistas para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el presupuesto en Venezuela para 500 atletas de alta competencia fue “muy superior”, según dirigentes deportivos de esos países contactados por Informe La Razón. Esto significa casi cinco millones por año, el doble de los aproximadamente $us 2,5 millones que recibe anualmente todo el deporte boliviano
El esfuerzo valió la pena. Los colombianos ganaron ocho preseas en la reciente cita mundial, entre ellas una de oro, conseguida por la bicicrosista Mariana Pajón. En tanto que los venezolanos se adjudicaron su segunda medalla de oro después de 44 años, con el esgrimista Rubén Limardo. O sea, buen apoyo económico es una de las claves del éxito de estas naciones vecinas.
“Nuestro presupuesto está por los $us 19 millones y, sí señor, en Colombia el Gobierno y el Comité Olímpico van de la mano”, refrenda desde Bogotá Alberto Ferrel, dirigente de la institución olímpica. Otro es el panorama en Bolivia, donde según afirmó Édgar Claure, expresidente del Comité Olímpico Boliviano, en una entrevista con El Deber, la entidad manejó $us 1,2 millones anuales y $us 140 mil en becas para la instrucción de siete deportistas.
En Venezuela se pone más dinero en el asador. “Es mucho más superior (la inversión, más que los $us 20 millones de Colombia)”, asevera Carmelo Cortez, del Comité Olímpico venezolano. Allí, hay 500 deportistas de élite y unos 3.000 funcionarios, entre directores técnicos y asistentes, que velan por los atletas desde el Ministerio de Deportes y el Instituto de Deportes.
EEUU y China se exigen más
Estados Unidos se nutre de miles de deportistas de escuelas y universidades. En China, la preparación comienza a más tardar a los cinco años, bajo un método casi militar.
El Comité Olímpico norteamericano dispone de al menos $us 170 millones anuales para el apoyo a las distintas disciplinas. Desde temprana edad, los “pequeños talentosos” son incentivados para la práctica física. Y un dato importante es que Estados Unidos premia los logros de sus atletas, con $us 35 mil por cada medalla dorada, tal como sucedió en los recientes Juegos Olímpicos celebrados en Londres.
En China, las cualidades son adiestradas desde los cinco años. “Si bien es efectiva, esta política es polémica: pone en duda los derechos de niños talentosos que son retirados de sus hogares para dedicarse a su desarrollo deportivo”, escribe el analista Leonardo Zuckerman en el diario Excelsior, sobre un país que invierte más de $us 600 millones en atletas, sobre todo gimnastas, y que pagó $us 50 mil por cada presea de oro en Londres.
Del INSEF, a cargar colchonetas
Mientras los niños del colegio alteño República de Japón terminaban sus pruebas de atletismo en el Hernando Siles, el viernes 24 de agosto, una veintena de estudiantes del Instituto Normal Superior de Educación Física (INSEF) trasladaba los parlantes y las colchonetas usadas por ellos.
Así lo verificó Informe La Razón. Varios alumnos del centro de capacitación deportiva se quejaron de que son llamados para esta labor cuando alguna escuela alquila la pista del estadio de Miraflores. “No nos invitan para dirigir pruebas, en unos años más nosotros estaremos educando a los infantes, pero nos traen sólo para esto”, comenta Celio, estudiante de segundo año. Noel, que cursa el mismo grado, revela que tampoco los invitaron a los Juegos Deportivos Estudiantiles Plurinacionales para hacer sus primeras armas. “Nosotros podríamos dirigir estas pruebas para ir ganando experiencia”, reclama Marco Antonio, otro estudiante descontento.
El colegio Japón contrató esa jornada a diez jueces de la Asociación de Atletismo, a quienes pagó Bs 30, a cada uno.
No obstante, la directora del INSEF, María Elba Gutiérrez, refuta lo observado por Informe La Razón. “El Ministerio de Educación no nos permite que (los estudiantes) trasladen cosas. Cuando nos piden ayuda, van con un docente”. Y agrega que hay coordinación con asociaciones departamentales para detectar nuevos talentos.
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Si bien hoy en dia vivo en unos alquileres en san bernardo, creci gran parte de mi vida en La paz, y por eso creo que en comparación con otros países de la región, Bolivia no es una gran potencia pero puede ir mejorando
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