El trofeo mayor de la primera Vuelta a Bolivia de ciclismo fue a parar a manos colombianas, las de Fernando Camargo, del equipo cafetalero Boyacá, que cerca de cumplir 31 años de edad obtuvo su primer título internacional y se consagró como el “rey” de la ahora llamada “Princesa de América”, que se estrenó en 2008 en reemplazo de la aún recordada Doble Copacabana. Una caída, a minutos de la meta, dejó fuera de combate al boliviano Óscar Soliz, que con sus magulladuras a cuestas tuvo que conformarse con el segundo lugar.
No hay nada que asegure que Soliz iba a ser el vencedor si —por una imprudencia suya, en un lugar en el que debió tomar sus recaudos— no se iba a tierra; lo cierto es que hasta el momento en que le ocurrió el accidente, en la curva de ingreso a la zona de Obrajes, estaba peleando palmo a palmo con Camargo por el liderato.
El final —en Irpavi— pudo haber sido apasionante, nunca visto antes, pues hasta la primera semietapa de ayer, la contrarreloj entre Copacabana y Tiquina, la diferencia de Camargo a Soliz, primero y segundo, respectivamente, en la clasificación general individual, era de sólo 21 centésimas, una nada. De manera que en la segunda semietapa —rumbo a La Paz— ambos lucharon rueda a rueda, ninguno dejó que el otro se escapara y de esa manera parecían ir camino a un cierre digno de fotofinish, que el boliviano lo arruinó cediéndole en bandeja al colombiano el título de esta primera edición.
Cuando Soliz rodó por el asfalto por poco no se llevó con él a Camargo, que zafó milagrosamente de la aparatosa caída y enrumbó hacia la meta final, ya sin nada ni nadie que le evitara la obtención del título.
Las centésimas de diferencia se convirtieron, en la meta, en 39 segundos a favor del colombiano, cuyo tiempo total para las ocho etapas fue de 30 horas, 45 minutos con 58 segundos; contra 30.46.37 del boliviano.
El último día de carrera había comenzado con una prueba contrarreloj no apta para cardíacos, en la que Camargo le arrebató la camiseta amarilla del líder a su compañero Graciano Fonseca, quien del primer puesto en la general cayó hasta el quinto, sin chance para recuperarse en lo poco que faltaba para concluir la Vuelta.
En su duelo particular, Camargo logró sacarle a Soliz, en ese tramo de 39 kilómetros, cuatro segundos con 21 centésimas, pero en la clasificación general se produjo un empate increíble: 27.59.56.13 para el “cafetalero” y 27.59.56.34 para el de Villazón.
Los dos se olvidaron por luchar por la segunda semietapa, desde San Pedro de Tiquina hasta La Paz —que la ganó Yamil Montaño—, y se enfrascaron en un “tú a tú” digno de las mejores carreras, levantando a su paso las emociones de un público —el paceño— que vibró a rabiar en el último día.
La bajada desde El Alto hacia La Paz, con “túneles humanos” por todas partes, fue como si Camargo y Soliz estuvieran pegados, sin dar tregua de parte de ambos, que incluso reservaron algo de fuerzas para, en Calacoto, subir hasta Irpavi con el último aliento.
La caída de Soliz sentenció la carrera. Camargo ingresó a la meta —luciendo la camiseta amarilla de líder que se había puesto en Tiquina— levantando los brazos en señal de victoria. Fue el decimoquinto en llegar hasta el lugar, sitial que no hizo mella alguna a su título, pues Soliz entró en el 22.
2 Veces en toda la carrera Camargo subió a un podio, ambas ayer, cuando se cumplió la octava y última etapa. En Tiquina lo hizo como vencedor de la contrarreloj (primera semietapa) y nuevo líder general; y en Irpavi, como ganador de la Vuelta a Bolivia. En las siete etapas anteriores no había obtenido ninguno de los tres primeros lugares.
La otra mirada
EL MEJOR BOLIVIANO
En la clasificación general individual, Óscar Soliz fue el mejor ubicado de los nuestros, al ocupar el segundo lugar.
Entre los 20 primeros hay sólo tres pedalistas nacionales más: Juan Cotumba (16), Horacio Gallardo (19) y Yamil Montaño (20), el primero de Villazón, igual que Soliz, y los otros dos de Glas Casa Real.
LLEGARON 74 CICLISTAS
La carrera comenzó con 117 pedalistas de 20 equipos. Sólo terminaron 74, es decir que abandonaron en total 43. Ayer se despidieron de la carrera, antes de la meta final, cinco ciclistas, uno de ellos no partió.
No hay nada que asegure que Soliz iba a ser el vencedor si —por una imprudencia suya, en un lugar en el que debió tomar sus recaudos— no se iba a tierra; lo cierto es que hasta el momento en que le ocurrió el accidente, en la curva de ingreso a la zona de Obrajes, estaba peleando palmo a palmo con Camargo por el liderato.
El final —en Irpavi— pudo haber sido apasionante, nunca visto antes, pues hasta la primera semietapa de ayer, la contrarreloj entre Copacabana y Tiquina, la diferencia de Camargo a Soliz, primero y segundo, respectivamente, en la clasificación general individual, era de sólo 21 centésimas, una nada. De manera que en la segunda semietapa —rumbo a La Paz— ambos lucharon rueda a rueda, ninguno dejó que el otro se escapara y de esa manera parecían ir camino a un cierre digno de fotofinish, que el boliviano lo arruinó cediéndole en bandeja al colombiano el título de esta primera edición.
Cuando Soliz rodó por el asfalto por poco no se llevó con él a Camargo, que zafó milagrosamente de la aparatosa caída y enrumbó hacia la meta final, ya sin nada ni nadie que le evitara la obtención del título.
Las centésimas de diferencia se convirtieron, en la meta, en 39 segundos a favor del colombiano, cuyo tiempo total para las ocho etapas fue de 30 horas, 45 minutos con 58 segundos; contra 30.46.37 del boliviano.
El último día de carrera había comenzado con una prueba contrarreloj no apta para cardíacos, en la que Camargo le arrebató la camiseta amarilla del líder a su compañero Graciano Fonseca, quien del primer puesto en la general cayó hasta el quinto, sin chance para recuperarse en lo poco que faltaba para concluir la Vuelta.
En su duelo particular, Camargo logró sacarle a Soliz, en ese tramo de 39 kilómetros, cuatro segundos con 21 centésimas, pero en la clasificación general se produjo un empate increíble: 27.59.56.13 para el “cafetalero” y 27.59.56.34 para el de Villazón.
Los dos se olvidaron por luchar por la segunda semietapa, desde San Pedro de Tiquina hasta La Paz —que la ganó Yamil Montaño—, y se enfrascaron en un “tú a tú” digno de las mejores carreras, levantando a su paso las emociones de un público —el paceño— que vibró a rabiar en el último día.
La bajada desde El Alto hacia La Paz, con “túneles humanos” por todas partes, fue como si Camargo y Soliz estuvieran pegados, sin dar tregua de parte de ambos, que incluso reservaron algo de fuerzas para, en Calacoto, subir hasta Irpavi con el último aliento.
La caída de Soliz sentenció la carrera. Camargo ingresó a la meta —luciendo la camiseta amarilla de líder que se había puesto en Tiquina— levantando los brazos en señal de victoria. Fue el decimoquinto en llegar hasta el lugar, sitial que no hizo mella alguna a su título, pues Soliz entró en el 22.
2 Veces en toda la carrera Camargo subió a un podio, ambas ayer, cuando se cumplió la octava y última etapa. En Tiquina lo hizo como vencedor de la contrarreloj (primera semietapa) y nuevo líder general; y en Irpavi, como ganador de la Vuelta a Bolivia. En las siete etapas anteriores no había obtenido ninguno de los tres primeros lugares.
La otra mirada
EL MEJOR BOLIVIANO
En la clasificación general individual, Óscar Soliz fue el mejor ubicado de los nuestros, al ocupar el segundo lugar.
Entre los 20 primeros hay sólo tres pedalistas nacionales más: Juan Cotumba (16), Horacio Gallardo (19) y Yamil Montaño (20), el primero de Villazón, igual que Soliz, y los otros dos de Glas Casa Real.
LLEGARON 74 CICLISTAS
La carrera comenzó con 117 pedalistas de 20 equipos. Sólo terminaron 74, es decir que abandonaron en total 43. Ayer se despidieron de la carrera, antes de la meta final, cinco ciclistas, uno de ellos no partió.
EL ÚLTIMO
El boliviano Ricardo Tapia, de Universidad Policial–Anapol, de Quillacollo, fue el último de la clasificación general individual. El extranjero peor ubicado resultó César Mucha, del equipo Romero 33, de Perú.
POR EQUIPOS
De los 13 equipos bolivianos —uno de ellos denominado mixto— sólo dos lograron entrar entre los cinco primeros de la clasificación general. Villazón, en segundo lugar, y Los Andes, en quinto.
MÁS Y MENOS
Dos ciclistas, con 40 años de edad, fueron los más “viejos” de la carrera. Álvaro Sierra, colombiano de Los Andes y Arnold Zapata, boliviano de Pío Rico. Se ubicaron en los puestos tres y 35, respectivamente, de la clasificación general.
Hubo 14 ciclistas de 18 años, que fueron los más jóvenes de la competencia.
Boyacá, de Colombia, fue el equipo con mayor promedio de edad, alcanzó los 30 años. Tres equipos tuvieron el menor promedio de edad, con 21 años: Glas Casa Real, Luis Reque Paracaya, Sinchi Wayra y Universidad Policial-Anapol, todos bolivianos.
Las frases
Este triunfo en la última etapa lo dedico a esos alumnos que fallecieron en el Chapare donde fueron de excursión. Fue una etapa complicada, en los últimos metros las piernas ya no respondían y tuve que esforzarme más”
Yamil Montaño
Ganador segunda semietapa
Venía bien hasta el momento en que sufrí el accidente en la curva de ingreso a Obrajes, lo que me dejó en desventaja. Hasta ese instante tenía posibilidades de pelear los lugares de privilegio. Así es el ciclismo. Al margen de eso, estoy contento por mi desempeño”
Óscar Soliz
Segundo en la general
Soliz se llevó el premio de la montaña
Un premio consuelo para Óscar Soliz fue el título de las metas montaña, mientras el colombiano Boyacá se llevó la corona por equipos y el argentino Edgardo Simon fue el rey de las metas volantes.
Así se distribuyeron los otros premios de la primera Vuelta a Bolivia, que se cerró ayer sin gran hegemonía de los colombianos.
A diferencia de otras carreras, sobre todo comparando con lo ocurrido en las versiones pasadas de la Doble Copacabana, pocos fueron los podios en los que estuvieron los colombianos de Boyacá: Huberlino Mesa fue tercero en la primera semietapa de la séptima etapa, Andrés Díaz, segundo en la segunda semietapa de la misma y Fernando Camargo, en la primera semietapa de la octava; dentro del desarrollo de la carrera, los “cafetaleros” no subieron a ningún podio más, pero se dieron el gusto, ayer, de trepar al primer lugar por equipos e individual y al tercer cajón de la montaña, con Graciano Fonseca.
Los nueve puntos que sumó en el último día le dieron a Soliz, de Villazón, el título de las metas montaña, pues terminó con 48 unidades, una más que Álvaro Sierra, colombiano de Los Andes, y ocho por encima de Fonseca (40).
Fue indiscutible la victoria del argentino Edgardo Simon en las metas volantes. El más veloz de la carrera totalizó 26 puntos y ya no fue necesario que puntuara ayer, en la última bandera de color azul; su compatriota Daniel Díaz (Glas Casa Real) fue segundo (20) y el tercer lugar también fue para un ciclista de esa nacionalidad, Gerardo Fernández (11).
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