La Paz, 9 de noviembre de 2008.- Fernando Camargo del Boyacá de Colombia entró a la historia como el primer ganador de la Vuelta a Bolivia, el corredor logró finalmente salir victorioso en el duelo personal que tuvo durante toda la segunda semietapa de la octava etapa de la carrera con el boliviano Oscar Sóliz, ya que estaban prácticamente empatados en la clasificación: el que llegaba primero a Irpavi se llevaba la victoria final.
En la zona de obrajes a unos cuantos kilómetros de la llegada Oscar Sóliz perdió el control y cayó, lo que permitió que Camargo corriera ya libre y sin presión rumbo a la meta final, lugar donde sólo unos minutos antes el boliviano y compañero de equipo de Sóliz, Yamil Montaño había ganado la semietapa, finalmente la consagración va para Camargo, en premio a su resistencia, empeño y regularidad en una prueba que demostró sólo puede ser corrida por los mejores.
Sin embargo Oscar Sóliz del equipo de Villazón Chapare no se va con las manos vacías, ya que se convirtió en el ganador absoluto de las metas montaña, por su parte el corredor argentino Edgardo Simón se llevó la corona de ganador en las metas volante, finalmente la clasificación general por equipos ha dejado en primer lugar al Boyacá de Colombia.
La octava etapa tuvo varias particularidades, en la mañana se corrió la prueba contra reloj la cual fue la que fijo el duelo entre Sóliz y Camargo, este último ganó por cuatro segundos la semietapa y se puso delante de la clasificación general individual sólo a centésimas de Sóliz, lo que en la realidad significaba un virtual empate, lo que originó que la segunda semietapa y último tramo de la competencia sea vivido con tensión y nerviosismo por bolivianos y colombianos.
De esta forma finaliza la primera parte de un sueño, que aunque parecía increíble se hizo realidad, un sueño que nació en el Grupo Fides y que hace siete días parecía seguir siendo irreal, hace una semana se partía desde Santa Cruz, serían las siguientes jornadas la muestra de que en Bolivia cuando hay ganas y voluntad se pueden hacer las cosas, el oriente, el valle y el altiplano boliviano lograron ser unidos por una prueba: por la Princesa de América, la Vuelta a Bolivia, que hoy dice hasta luego, pero promete volver dentro de un año con la misma belleza que mostró en su primera edición.
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