La racquetbolista que el año pasado tomó la difícil medida de renunciar a la Federación Boliviana para ser parte del equipo argentino que le prometió mejor apoyo económico, optó por ser cauta y no dar motivos para que quienes calificaron su decisión como una traición a la Patria tuvieran leña para quemar.
Mientras su padre, Jaime Vargas, la miraba atento, mascando chicle con movimientos mecánicos y moviendo el pie derecho con evidente nerviosismo, ‘Majo’ demostró una calidad y dominio que el propio público cruceño reconoció y pese a que apoyaba a la boliviana Daza, no pudo evitar aplaudirla de tanto en tanto hasta que ganó con contundencia las dos canchas con 2-15 y 7-15.
En su página web, mariajosevargas.com, confiesa que no tiene lema ganador, pero todo el que la conoce sabe que odia perder en cualquier cosa.
Planea irse con el oro de los Panamericanos hasta Los Ángeles, donde radica y donde se dedica completamente al deporte de sus amores y a servir de modelo de sus spónsores.
Jugás con el corazón, pero con la camiseta argentina ¿cómo manejás los sentimientos encontrados?
Es una sensación diferente. Cuando jugaba para Bolivia lo hacía con el corazón y con mucho esfuerzo, pero Argentina es el país que ahora me está apoyando y también voy a dar todo de mí para representarlos muy bien como lo hice en su momento con Bolivia.
¿Argentina te paga todos los pasajes a los torneos que querés ir, hoteles y estadías?
Sí y me colaboran con casi todos mis gastos en EEUU, está muy bueno.
¿En qué te ha cambiado el vivir y entrenarte en EEUU?
Estoy de número tres en el tour profesional. Veo que mejoré muchísimo, desde la cabeza, en mi juego... en todo.
¿El día del partido contra Bolivia estuviste nerviosa?
Dormí como un bebé. Sé qué estoy jugando en contra de mi país, pero voy a seguir jugando como lo sé hacer y dejando todo.
¿Cuál es tu rutina en EEUU?
Me estoy dedicando a lo que me gusta. Quiero que sepan que esto (racquetball) vale mucho para mí, hasta que no llegue a mi meta no me voy a conformar. Quiero ser la número uno profesional y ganar el Panamericano.
Tenés claro lo que querés sin importar los sacrificios...
Yo decidí entre jugar solo Panamericanos o irme a EEUU y seguir progresando. Estaba estudiando Ingeniería Comercial, cursaba mi tercer año y lo congelé todo por el tiempo que sea necesario.
¿Qué hay de la familia, los amigos? ¿quién te cocina, te lava la ropa o te levanta por las mañanas?
La lavada es sencilla, metés la ropa a la lavadora y listo. La comida me la preparo cuando no la compro; eso sí, ni me paro al frente de la McDonalds. Entreno en el club Equinox todas las tardes, porque en las mañanas voy a clases de inglés. A las seis de la mañana salgo a correr, hago crossfit y por si acaso, mi madre nunca me levantó, más bien me decía ¡pará!, porque soy muy obsesionada, me encanta hacer deporte.
Como estoy enfocada en el racquet, más que nada tengo amistades de trabajo. Me estoy relacionando con gente de mucho dinero en ese club que me colabora para mis torneos. Mel Gibson entrena también ahí; cuando lo conocí, me enloquecí.
¿Qué decís del futuro de nuestros racquetbolistas?
La verdad que aquí entrenaba muy bien, lo digo en serio, pero el estar en el tour profesional te ayuda un montón, más que todo tenés que tener la cabeza fuerte para vivir allá. Eso me hizo madurar, controlar los nervios y la presión. Bolivia siempre fue un país fuerte en los Juniors. Si los deportistas se dedican y dejan de hacer las cosas que le gustaban, pueden subir más y progresar.
Le estás haciendo sombra a tu hermana, que fue Miss Bolivia. Si intercambiaran de roles por un día ¿cómo creés que lo harías?
Creo que ella no podría jugar como yo al racquet (risas)
PERFIL
María José Vargas
Racquetbolista
21 años
Cruceña
Destacada desde la infancia
Sus padres son Jaime Vargas y Hortensia Parada. Sus hermanos son Jaime y Ximena. En 2011 ganó el mundial Junior de racquet y en los Panamericanos de ese año obtuvo bronce individual femenino.
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