24 mayo 2014

Anselme Baud, el francés que formó andinistas bolivianos

La primera vez que Anselme Baud pisó suelo boliviano, hace más de cuatro décadas, quedó impresionado por la belleza de los paisajes, la cultura variopinta, la sencillez de la gente y, principalmente, la grandeza de los nevados que rodean La Paz.
Corría 1972 cuando alcanzó por primera vez la cima del Huayna Potosí, abriendo la llamada ruta francesa, sin imaginar que este primer contacto con las montañas de Bolivia lo impulsarían, 25 años después, a regresar como instructor de guías bolivianos.
Este francés de contextura delgada, barba tupida y cabellos plateados, aún conserva esa pasión insaciable por el andinismo, actividad a la que se dedicó desde que tenía seis años y que hoy, a sus 73, todavía practica en su tierra natal para no perder la costumbre.
Su entrega y diligencia como maestro le dio el mérito de ser considerado "el abuelo de los andinistas” entre los miembros de la Asociación de Guías de Montaña y Trekking de Bolivia (AGMTB), agrupación en la que se desempeñó formando cinco de sus siete promociones.
Anselme recuerda que en 1996 el Gobierno de Francia, en defensa del fútbol de altura, destinó un monto económico que también alcanzó para establecer una escuela de guías en el país, bajo parámetros internacionales de formación, por sugerencia del andinista Bernard Francou.
Entonces, cuando la Escuela de Alpinismo de Francia lanzó la convocatoria entre los miembros, él se ofreció sin pensarlo dos veces, para reencontrarse con las montañas que años atrás lo habían conquistado y cumplir una importante misión.
Años antes de asumir el reto, Baud fue instructor de cientos de andinistas en Francia, Inglatera, Japón, España y Nepal, pero también realizó expediciones en el Himalaya y Nepal con descensos en ski.
Posteriormente, con un grupo de clientes belgas conquistó las siete cumbres más altas del mundo, de 8.000 metros, como Aconcagua, Everest, Elbrus y Pirámide de Kelsen.
En 1997 llegó al país con toda esa experiencia y de inmediato se lanzó una primera convocatoria abierta para aspirantes, en la que se presentaron 32 candidatos y aprobaron 24. No obstante, por la exigencia del curso, que duró cuatro años intensos, sólo aprobaron seis guías profesionales.
"Veía mucha motivación y progreso en los alumnos. Para ellos era algo nuevo, porque no hay esa tradición del andinismo, así que destaco el interés que tenían”, afirma Anselme, quien volvió a La Paz después de siete años para recibir un reconocimiento de la AGMTB.
La formación era totalmente práctica. Muchas veces se quedaban un mes en una montaña, haciendo prácticas de ascenso y descenso, rescate en alta montaña y otras destrezas que son importantes desarrollar para dirigir a los clientes.
Entre las múltiples anécdotas que atesoró en su estadía, el francés recuerda que mientras abrían una nueva ruta por el Huayna Potosí, él se adelantó con uno de los aspirantes para ver cómo estaba el camino de regreso y, de repente, cayó una nevada intensa en la que el resto quedó atrapado en lo alto de la montaña.
"Estaba inquieto porque no sabía cómo estaban los demás arriba. Se tuvieron que quedar a dormir una noche a la intemperie, sin nada que los cubra, pero todos sobrevivieron”, relata.
Además de este nevado, también tuvo la oportunidad de escalar el Illimani, Apolobamba, la Coordillera Quimsa Cruz, el Mururata, el Sajama y el Condoriri, tanto en escalada como en ski, una de las especialidades que tiene como andinista.
Enseñanzas recibidas
Aldo Riveros, actual presidente de la AGMTB, asegura que la formación que recibieron de Anselme hizo que mejore el servicio a los turistas que realizan esta práctica, en la que se deben controlar los riesgos.
"Para ser guía hay que tener pasión y vocación, dos cualidades que Anselme las transmite siempre. Es un gran profesor”, opina Riveros, quien conformó la primera promoción de guías profesionales del país.
Por su parte, Sergio Condori, director de la Escuela de Montaña, destaca el desprendimiento de este maestro que se desenvuelve en la montaña con "seguridad, eficacia y rapidez”; y que de alguna manera promocionó el andinismo en el país.

Este tipo de apreciaciones lo llenan de satisfacción, porque está seguro de que el mensaje que quiso transmitir en cada lección fue acogido y comprendido por sus alumnos. Es algo que, sin duda, le permite sentir el sabor del deber cumplido.

Perfil profesional

Vida Anselme Baud nació en Morzine, Francia, el 29 de enero de 1948.
Pasión Escaló el Monte Blanco a sus 12 años impulsado por su padre, quien era guía de ski.
Escritor Es autor de Las 100 más bellas bajadas en ski en los Alpes del Norte (1982); Mont Blanc y Agujas rojas: todas las bajadas en ski; y Nieves eternas crónica de una herencia (2011).
Honor En 2008 fue nombrado Chevallier de la Legión de Honor de Francia. Este año la AGMTB bautizará un nuevo refugio del Huayna Potosí con su nombre, en reconocimiento a su labor y aporte en el país.

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