20 febrero 2014

Con el ajedrez activa tu cerebro

Es una actividad que ayuda en la formación de una persona. No sólo es un deporte que puede brindar horas de entretenimiento sino una herramienta para desarrollar la mente, mejorando nuestra salud.
Beneficios que debemos aprovecharlos



El ajedrez es uno de los ejercicios preferidos para la mente. Este deporte cerebral aumenta la capacidad de poner nuestras neuronas en movimiento a través del pensamiento, de habilidades intelectuales y del constante razonamiento en una partida.

LÓGICA

El ajedrez mejora los procesos del pensamiento lógico, el cual permite deshacerse de las relaciones existentes entre los objetos, procediendo según la propia elaboración lógica de una persona. De hecho, el jugador debe pensar en todas sus piezas antes de realizar un movimiento. Asimismo, tiene que adelantarse a la táctica de su adversario, además de pensar en los futuros movimientos que se podrán realizar. Es así que debe imaginarse diferentes esquemas lógicos.

CONCENTRACIÓN

Las situaciones encontradas en el juego de ajedrez suelen ser complicadas. Se debe tomar en cuenta diferentes opciones antes de realizar un movimiento. Esto exige mucha atención y concentración. Es importante que el jugador tenga la voluntad de pensar. De hecho, muchas personas aficionadas a este juego siguen pensando en el mismo durante su sueño con el fin de elaborar mejores tácticas y con el objetivo de sobresalir en su próxima jugada.

IMAGINACIÓN

Jugar al ajedrez es muy benéfico para la creatividad, ya que el jugador debe enfrentar nuevas situaciones en cada juego. De hecho, no existen partidas idénticas. Se deben variar las tácticas para ganar al adversario. Ninguna persona puede jugar de manera similar, ya que sus movimientos dependen en parte del otro jugador. Se tiene que mover las piezas con el fin de acabar con el adversario, tomando en cuenta sus tácticas propias.

Memoria

El ajedrez solicita diversos procesos mnémicos. En primer lugar, la memoria visual, ya que el jugador debe memorizar la posición de sus piezas y la de su adversario. Luego, se requiere que el ajedrecista se acuerde los diversos movimientos. Por lo tanto, se necesita tanto la memoria a corto como la de largo plazo porque una partida de este juego puede durar un par de horas, lo que incita al jugador a recordar la táctica usada por su oponente.

RESOLUCIÓN

DE PROBLEMAS

Una de las satisfacciones más grande que un jugador de ajedrez puede tener consiste en el sentimiento de poder resolver un problema. Existen momentos de mucha presión para poder dominar las situaciones difíciles. En cada dificultad hallada, el jugador debe analizar el problema e intentar resolverlo. De hecho, este juego permite pensar en la elaboración de soluciones razonables para obtener la satisfacción de ganar al adversario.

PLANIFICACIÓN

Este juego consiste en un deporte cerebral, ya que solicita la activación de diferentes lóbulos del cerebro. El más activado consiste en el frontal, responsable de la planificación. Ésta representa el plan de acción que se efectúa para lograr obtener un objetivo determinado. El jugador de ajedrez debe pensar antes de mover sus piezas con el fin de lograr ganar la partida. Para esto, debe planificar cada uno de sus movimientos.

AUTONOMÍA

Con el ajedrez, se desarrollan varios valores personales, incluyendo la autonomía porque el jugador está solo durante la partida y no puede acudir a nadie para pedir ayuda. Por lo tanto, este juego favorece el autocontrol, la reflexión y forja el carácter. Asimismo, obliga a tomar decisiones individuales con iniciativas personales. Es excelente jugar al ajedrez durante la niñez para que los menores aprendan a ser autónomos.

Confianza

Al perder una partida, el jugador suele desmoralizarse, lo que le incita a mejorar su jugada para lograr ganar en otra oportunidad. Por lo tanto, se esfuerza para aprender. Cuando los esfuerzos empiezan a resultar, se incrementa el sentimiento de confianza en uno mismo, ya que la persona se da cuenta de su potencial intelectual. Esto ayuda a que el individuo intente conseguir nuevas metas en diversas aéreas gracias a la paciencia que tuvo con el ajedrez.

UN juego que fomenta aspectos intelectuales, recreativos y educativos

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F. Andres Sabat

Editor Salud



El ajedrez existe desde miles de años. En cuanto al juego que conocemos hoy en día apareció en el siglo XVII. Por lo tanto, hace más de 400 años que ninguna modificación mayor ha sido realizada excepto el uso del reloj y el estilo de las piezas.

El juego de ajedrez ha sido introducido en el programa educativo de algunas escuelas gracias a tres psicotécnicos soviéticos: Diakov, Petrovsky y Rudik. De hecho, en 1926 estudiaron los efectos del ajedrez. Los resultados de sus investigaciones han demostrado que la práctica de este juego desarrolla las facultades cognitivas, incluyendo el razonamiento lógico, la concentración, la imaginación y la memoria. Por lo tanto, el ajedrez es recomendado para optimizar el progreso de los niños. Es importante saber que la fortaleza de carácter y el dominio de uno mismo consisten en virtudes esenciales para los apasionados del ajedrez. Cuando un niño practica este juego como deporte u ocio, desarrolla rápidamente su potencial intelectual y psicológico. Asimismo, se vuelve más tranquilo tanto en sus reflexiones como en sus actos cotidianos. Además, el ajedrez contribuye a fortalecerlo para luchar adecuadamente contra las situaciones de estrés y le provee un espíritu de combatividad, lo que le permite avanzar en su vida.

Por otro lado, es también recomendado que las personas mayores jueguen al ajedrez, ya que consiste en una gimnasia mental perfecta para intentar prevenir el deterioro del cerebro. Además, el ajedrez permite luchar contra la depresión, ya que ocupa una gran parte del tiempo libre de los jugadores, lo que aumenta sus capacidades de concentración y su facultad de tomar decisiones. Esto permite disminuir la presión encontrada a diario y las preocupaciones, factores de alto riesgo para sufrir de una depresión. Asimismo, el ajedrez contribuye a combatir la soledad. De hecho, la participación en torneos y las amistades que se crean entre las personas que comparten un mismo ocio hacen disminuir la sensación de soledad que acompaña regularmente esta etapa de la vida.

Finalmente, según José Raúl Capablanca, jugador de ajedrez cubano que ha sido campeón del mundo en esta disciplina entre 1921 y 1927, “el ajedrez es algo más que un juego; es una diversión intelectual que tiene algo de arte y mucha de ciencia y es además, un medio de acercamiento social e intelectual”. De esta manera, no dudes en practicar este deporte cerebral para combinar ocio y ejercicio intelectual, cual sea la edad que tienes.



MEJORA TUS JUGADAS

Para incrementar tu potencial en el ajedrez, se debe seguir pasos específicos. En primer lugar, es importante comprender las reglas para aprender la lógica del juego y el razonamiento que se debe poseer. Luego, la comprensión de la estrategia es primordial para poder enfrentarse con el adversario.

Otro paso es aprender a puntuar adecuadamente las partidas. De esta manera, uno entiende que cada movimiento tiene su importancia. Asimismo, encontrarás las fallas que tienes y que debes mejorar, buscando soluciones para eliminarlas. Además, debemos observar a los jugadores y escuchar con atención las explicaciones de los expertos.

También toma en cuenta que es más relevante no cometer errores que hacer maravillosas jugadas, ya que se pierden partidas por las equivocaciones. Asimismo, intenta jugar con

adversarios fuertes para aprender más. Sin embargo, esta superioridad no se debe sobrepasar, sino se vuelve en una pérdida de tiempo para ti y tu oponente.

Finalmente, no dudes en conseguir un manual de ajedrez para mejorar tu estrategia y desarrollar nuevas tácticas. Analiza las partidas comentadas por los mejores jugadores de ajedrez del mundo. Podrás visualizarlas a través del Internet.

No olvides que para ser un buen jugador con táctica, debes practicar mucho y tener paciencia. Efectúa juegos mentales a diario y entrénate durante tus tiempos libres.


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