Bolivia tiene en Tito Montaño al primer ministro de Deportes. El ex lateral cochabambino, que jugó, entre los años 80 y 90, en Aurora, The Strongest, Bolívar, Wilstermann y la selección, tiene vasta experiencia en esa área.
Manejará Bs 23.000.000 de presupuesto inicial, monto que irá en crecimiento. Su meta es conseguir medallistas olímpicos, teniendo como parámetro los juegos nacionales y regionales en el continente.
Es economista, cuenta con dos diplomados, fue docente universitario, posee una consultora en comercio exterior. Conoce la función pública como la palma de su mano, trabajó en la Aduana Nacional, fue director del SDD de Cochabamba y recientemente se desempeñó como director del FID.
En su gestión, el fútbol recibirá atención especial, conoce bien la tecla y sabe dónde dar el tiro de gracia. Proyecta una nueva Ley del deporte, ya que quiere acabar con el ‘cáncer’ de la corrupción y la burocracia.
¿Cómo recibiste la noticia?
Fue sorpresivo. Estaba preparándome para encarar otro tipo de actividades y emprendimientos dentro de mi profesión.
¿Ibas a alejarte del deporte?
Sí, tengo una consultora en comercio exterior y estuve enfocándome en ese campo.
¿Cuál es tu motivación?
Llego muy ilusionado. Todo el tiempo que he estado vinculado a la actividad pública deportiva todos han querido tener un ministerio de deportes. Ahora se está formando una estructura nueva y hace ya cinco años que vengo cumpliendo funciones de gestión deportiva: primero en el SDD de Cochabamba (Servicio Departamental del Deporte) y luego en el FID (Fondo de Inversión para el Deporte); pienso que es una continuación del trabajo el acceder al ministerio.
¿Conoces el terreno?
Tengo la experiencia necesaria y el conocimiento de la realidad deportiva del país. No es nada fácil darle solución a los problemas que encara el deporte ni es fácil satisfacer las demandas de todos los sectores. Es un proceso que tomará un tiempo y requiere el concurso de todos los sectores.
¿Cómo funcionará el Ministerio de Deportes?
Primero hay que lograr una estructura administrativa para trabajar conforme a los lineamientos que están en vigencia. Eso nos permitirá atender en mejores condiciones los requerimientos del sistema deportivo. Por otro lado, nos hace falta una nueva Ley del deporte, que es el marco regulatorio para insertar los cambios que se necesita. Adicionalmente hay que conformar las normas y reglamentos para trabajar con las federaciones y las demás entidades deportivas por medio de los viceministerios.
¿Qué innovaciones tendría la nueva ley del deporte?
Prácticamente todas. Hoy por hoy tenemos una Ley del deporte fuera de la realidad del país que no está acorde con la nueva Constitución Política del Estado, la mayoría de sus artículos están completamente derogados. Necesitamos una ley consensuada con las regiones.
¿Qué política se implementará en la parte económica?
La mayoría de las federaciones o entidades deportivas son asistencialistas no solo de recursos económicos. Se han acostumbrado a recibir lo que les daba no solo el viceministerio, sino también las gobernaciones o los municipios; eso tiene que cambiar.
¿Qué se debe hacer?
Que los recursos que se asignen sean bien invertidos y ejecutados en los plazos establecidos. Queremos acabar con los conflictos presupuestarios. Las instituciones deportivas, sean grandes o sean pequeñas, permanentemente viven en conflicto. Si logramos ese cambio, habrá una mejor atención a los deportistas y podríamos acercarnos a conseguir logros deportivos.
¿Qué otros cambios habrá?
Tener un ministerio no solo significa otorgar mayores posibilidades a los entes del sistema deportivo, sino fundamentalmente habrá un control más estricto de esos recursos asignados.
¿De qué manera?
Antes, cuando los descargos no eran correctos, se desviaban esos documentos a la unidad de auditoría del Ministerio de Salud y Deportes; esos informes iban a la Contraloría y retornaban al ministerio; de allí recién terminaban en el FID. Ahora, el ministerio tendrá un departamento de auditoría y una unidad legal para agilizar estos trámites. La idea es tener un control más estricto sobre los recursos del Estado.
¿Qué se hará con aquellos ‘vivos’ que viven del deporte?
Habrá un trato especial con las personas que tienen deudas con el Estado. Felizmente tenemos la experiencia y el conocimiento de cómo funcionan esos manejos. Implementaremos un sistema más eficiente y rápido no solo para controlar, sino también para asignar los recursos. Queremos caracterizarnos por la eficiencia.
¿Cuál será el presupuesto que se maneje en 2014?
Tenemos un presupuesto inicial de Bs 23.000.000. A eso se sumarán presupuestos especiales para 10 pruebas pedestres en el país, presupuestos adicionales para actividades que están en estudio. Por otro lado, estamos en contacto para croncretar convenios internacionales y también hay la posibilidad de pedir un reformulado del POA a mediados de año.
¿Cómo se apoyará a los deportistas de élite?
Los Juegos Odesur (Chile 2014) serán un parámetro para saber con qué contamos. Luego se elaborará un estudio con los deportistas que realmente tienen futuro con opción de conseguir medallas internacionales; eso por un lado, por el otro fomentaremos los Juegos Deportivos Plurinacionales para la captación de talentos y forjar las nuevas figuras dentro del proceso formativo. Con la base de estos deportistas formaremos la delegación boliviana que nos representará en los mismos Juegos Odesur 2018, con posibilidades de pelear los primeros lugares.
¿Qué no debe repetirse en el deporte boliviano?
Muchas cosas, principalmente no volver a competir por invitación porque los mismos deportistas no valoran lo que no logran con su esfuerzo. Se tienen que lograr las cosas por mérito, como lo hacen los demás países. Habitualmente se dice ‘no tenemos apoyo del Gobierno’, bueno, ese discurso se va a acabar, ahora les daremos las condiciones, pero los deportistas deben conseguir buenos resultados.
¿Por qué tanto control?
Por un lado, para proteger los recursos del Estado y, por el otro, para conseguir resultados. Así como una empresa invierte su capital para conseguir utilidades, el Estado invierte, con la diferencia de que no se consiguen logros. Hoy la cobertura de servicios que ofrecemos es mayor, con relación a la demanda insatisfecha de los distintos sectores
¿Evo quiere tener medallistas olímpicos para el 2025, ¿es demagogia o hay un proyecto?
Es algo real, pero no es fácil. Como ministerio debemos contar con un buen presupuesto para apoyar estos objetivos. No es cosa del otro mundo, se pueden conseguir esos logros, como lo consiguieron otros países de la región. Nuestros parámetros serán los Juegos Odesur 2018.
¿Cabe el sinónimo Ministerio de Deportes igual a ‘ministerio del fútbol’?
No, no tanto. No cabe duda que el fútbol es una pasión nacional, es la preocupación personal del presidente que mejore la situación del fútbol actual. Nosotros tenemos las puertas abiertas para todos. No hemos venido a pelearnos con nadie.
¿Se intervendrá al fútbol?
No, de ninguna manera. Es un tema que merece un profundo análisis. Queremos ir paso a paso, con calma y cuando se dé el caso, actuaremos.
¿Qué planes hay?
Tenemos muchos proyectos que se van a ejecutar. Primero seremos observadores de lo que ellos hagan. Esperamos el congreso de la Federación Boliviana de Fútbol. Ellos nos darán las señales de lo que realmente va a suceder a corto plazo. A partir de eso estableceremos políticas de Estado.
¿El Gobierno está cansado de tanto manoseo?
Claro que sí. Tenemos todos los mecanismos para actuar, porque el fútbol no es una isla, pero primero esperaremos qué van a hacer ellos. Todos quieren una sola cabeza en el fútbol, veremos hacia dónde van.
¿No sería una bestia con superpoderes un solo presidente?
Eso también lo hemos considerado. Esa es una cuestión que deben resolver la Federación Boliviana de Fútbol, la Liga y la ANF.
Con relación al fútbol, ¿está trabajando en silencio?
Tenemos la ley de transparencia, está el proceso la ley del enriquecimiento ilícito y está el Ministerio de Deportes. En primera instancia nosotros apoyaremos los cambios que ellos propongan.
La afición deportiva espera una revolución...
Nosotros también, pero no es una revolución a base de violencia. Queremos ir pacíficamente, sin el choque y sin la confrontación. Los cambios deben darse de forma mancomunada
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