A poco de iniciarse los Juegos Bolivarianos de Sucre, en 2009, un aroma a pintura fresca se percibía en varias instalaciones deportivas de la capital del Estado boliviano, que servirían como escenario para la disputa de competencias contempladas dentro del calendario oficial de la tan magno encuentro deportivo.
Y es que a sólo horas del acto de inauguración, cientos de obreros trabajaban a ritmo forzado para concluir la infraestructura deportiva, única en su género, que iba a estrenarse justamente en los Juegos Bolivarianos de aquella época.
Desde aquel entonces transcurrieron casi cuatro años; de la música, gritos y las competencias bolivarianas no hay apenas huellas, pero el recuerdo permanece imborrable de los deportistas que estuvieron presentes, como también de los dirigentes y gestores de los Juegos Bolivarianos de aquel entonces.
Pero no sólo son recuerdos los que quedan en la memoria humana, hay un gran legado de aquella época: una infraestructura física, considerada una de las más importantes del país.
Tres pilares
La herencia de los Juegos Bolivarianos está constituida por tres obras:
El Polideportivo, edificado en la popular zona de Garsilazo, sur de Sucre.
Un coliseo para 15 mil espectadores, con un tablero panorámico, es el eje sobre el que gira la actividad deportiva; allá se puede jugar baloncesto, voleibol, fútbol de salón, balonmano y cualquier deporte que se practique en espacio reducido. En este escenario también se disputó el boxeo bolivariano; todas las fechas programadas, contaron con un lleno completo de sus instalaciones.
El Poligimnasio, cerca del histórico Cementerio General de Sucre, tiene tres amplios ambientes donde además de la gimnasia, se disputó el esgrima bolivariano, el escenario cuenta con todas las comodidades e implementos como colchonetas, barras y equipos técnicos, que usan los atletas en sus presentaciones.
La “Joya”
Pero quizá la obra que más luce y llama más la atención, es la piscina olímpica, construida en el barrio El Rollo, ubicado en el camino al aeropuerto Juana Azurduy de Padilla, de la capital del Estado nacional.
Tiene las medidas reglamentarias para la práctica de la natación profesional, por eso, algunos deportistas del exterior llegaron a conocer y practicar en sus instalaciones.
Desafío
Cuando concluyeron los Juegos Bolivarianos de 2009, los deportistas, autoridades nacionales y medios de comunicaciòn se hicieron la gran pregunta : ¿Qué pasará con las instalaciones deportivas que sirvieron de sede para la cita deportiva del que Bolivia fue sede?. En aquel tiempo, la respuesta sonaba y aún suena a desafío, una tarea pendiente del Estado boliviano.
INVERSIÓN
14 millones de dólares
Cuando se iniciaron los Juegos Bolivarios de 2009, este medio supo que la inversión aproximada en las tres obras principales edificadas en Sucre, capital del Estado, oscilaba entre los 14 y 15 millones de dólares; sin embargo, hasta ahora no se consigna una cifra oficial del monto invertido.
INSTITUCIONAL
Una Ley avala el Cenard
Hasta el año pasado, y pese a contar con una impecable infraestructura deportiva, el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) prácticamente no existía. Hasta que el Gobierno nacional, presidido por Evo Morales Ayma, aprobó una ley que consolida legalmente su actividad.
El texto de la Ley 248, del 15 de junio de 2012, señala :
Artículo Único. Se eleva a rango de Ley, el Decreto Supremo Nº 0693 de fecha 11 de noviembre de 2010, que tiene por objeto crear el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo – CENARD.
Este es el certificado de nacimiento de la entidad, que emergió de los Juegos Bolivarianos de 2009.
BRASILEÑOS ENTRENARON EN LA PISCINA
El Cenard sirve de escenario para entrenamiento de atletas extranjeros
Inmediatamente después de la finalización de los Juegos Bolivarianos de noviembre de 2009, asumió como director Fernando Escobar; el funcionario se quedó hasta octubre de 2012. Escobar ponderó, por ejemplo, la llegada de la selección olímpica brasileña de natación que se entrenó en las instalaciones de la Piscina Olímpica de El Rollo; es hasta ahora, el logro deportivo más importante del Cenard, si se toma en cuenta la calidad de los deportistas.
Los nadadores brasileños formarán parte de la selección nacional de ese país que participará en los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, en 2016.
Nacionales
Renzo Eyzaguirre, actual director del Cenard, que asumió en octubre del año pasado, explicó que no han dejado de llegar atletas para entrenarse allá. Los últimos son los integrantes de la selección boliviana de triatlón, antes, concentraron los ciclistas de la representación nacional y de otros deportes.
“Si una federación boliviana no cobra a sus deportistas ni un peso para un determinado torneo, el Cenard tampoco cobra nada”, señaló Eyzaguirre, al acotar que los deportistas nacionales reciben alojamiento y alimentación. Los del exterior y aquellos particulares pagan por el tiempo de uso de las instalaciones.
ESTÁ DENTRO DEL POA
Percibe más de 1 millón de bolivianos del Estado nacional
Como producto de la vigencia de la Ley 248 del 15 de junio de 2012, el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), percibe del Estado nacional 1.948.000 bolivianos, provenientes del 20 por ciento del presupuesto que maneja el Fondo de Inversión al Deporte (FID).
“Es una cantidad que apenas cubre los gastos de funcionamiento que tenemos para cada gestión”, explica el director del Cenard.
Eyzaguirre menciona que 17 personas trabajan en la entidad. Hay un portero para el Polideportivo, otro para el Poligimnasio y dos para la Piscina Olímpica, además de cuidar las instalaciones, todos ellos deben limpiarlas y efectuar labores de mantenimiento.
De acuerdo al funcionario, el Cenard debe costear el resto de los gastos que demanda tener en permanente funcionamiento las instalaciones deportivas, por lo que para la piscina y el Polideportivo se realizó una tarea minuciosa de ponderación de gastos para fijar tarifas fijas por su utilización por los deportistas.
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