11 abril 2016

Martha Marín, la máquina que produce atletas para los Juegos Olímpicos

La entrenadora Martha Marín se constituye en la principal referencia de la marcha atlética de Bolivia. Tiene a cuatro marchistas clasificados a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil, cita que será del 5 al 21 de agosto de 2016.

Las olimpistas paceñas son: Wendy Cornejo (20 kilómetros), que tiene un tiempo de 1 hora con 34 minutos y 12 segundos y Ángela Castro (20 km), con 1h:34:31. En varones, Marco Rodríguez (20 km), con un crono de 1h:23:36; y Ronald Quispe (50 km), con 4h:04:56.

Marín manifestó que sus atletas trabajan más de cinco horas al día en diferentes zonas del departamento de La Paz y que su alimentación se basa en verduras, frutas y cereales naturales.

También aseguró que carece de un equipo de trabajo como un psicólogo y un fisioterapeuta durante los entrenamientos y en las competencias.

OPINIÓN tuvo la posibilidad de conversar con la entrenadora, quien explicó cómo logró hacer historia en el atletismo boliviano y clasificar a sus marchistas para los Juegos Olímpicos de Río, de forma directa.



P: ¿Cuál es la fórmula para clasificar a cuatro marchistas a los Juegos?

R: Son los frutos de la planificación y un trabajo a largo plazo. Además tuve buenos maestros y aprendí durante varios años sobre esta especialidad. También se debe considerar el beneficio de trabajar en la altura y en el llano, esto permite identificar cuál es la reacción que tienen los chicos porque los campeonatos internacionales se disputan en ciudades con altura y también en el llano, con temperaturas muy altas. Con el objetivo de tener las mejores condiciones competitivas he dosificado cargas y la resistencia. Trabajamos mucho la técnica y la parte psicológica, que es fundamental. La disciplina de los chicos en la familia, colegio y universidad es fundamental para que los deportistas logren sus objetivos trazados.

P:¿A qué hora comienza el trabajo y dónde?

R: Nos levantamos a las 5 de mañana todos los martes, jueves y sábados porque tenemos que ir sí o sí fuera de la ciudad. El trabajo se inicia a las 8 de la mañana en Pucarani, en la carretera Coro Coro, Huarina, Cumbre, orillas del Lago Titicaca y otros sectores de La Paz.

Las labores no se concentran en un solo lugar porque el organismo y las piernas se fatigan mucho. Tenemos que buscar otras alternativas para que los chicos eviten el estrés con el mismo recorrido y cambiamos constantemente de rutas.

P:¿Cuántas horas le dedican a los entrenamientos?

R: En las mañanas, el equipo trabaja cuatro horas y por las tardes, dos horas continuas. Son jornadas a doble turno. También hacemos ejercicios de fortalecimiento, en piscina o sauna, dependiendo de las cargas de trabajo.

P: ¿Cómo es la alimentación de los atletas?

R: Todos piensan que nosotros tomamos suplementos caros y pastillas, como lo hacen en otros países. Felizmente tenemos en Bolivia todo natural y aprovechamos al máximo la chía, avena, amaranto y cañahua.

En cada entrenamiento a mis atletas no les falta el cereal de quinua, granola, entre otros. Nos ayudan en la nutrición. También consumen bastantes frutas y verduras. Durante las prácticas ellos pierden más de 5.000 calorías, hierro y magnesio. Todo eso debe ser repuesto con una buena alimentación.

P: ¿Cuáles son los hidratantes que consumen los atletas?

R: Estamos usando Actimax, que es un producto colombiano. Es un suplemento muy caro en especial para deportistas. Además, los atletas toman hidratantes como el Gatorade y Glucosamin y no les hace mal. También consumen las sales de rehidratación que regalan en los centros de salud.

P: ¿Cómo recupera físicamente a los marchistas?

R: Tengo muchos problemas con la acumulación de ácido láctico de los atletas, sobre todo con los que se especializan en 20 y 50 kilómetros. Contamos con el apoyo de la Universidad Central en el centro de fisioterapia, los chicos pueden asistir con 10 bolivianos a las sesiones de recuperación. Hay otro grupo que va a otros especialistas porque si acudimos todos no pueden cubrir la demanda.

P: ¿Tiene un equipo de trabajo?

R: Necesitamos un fisioterapeuta que esté junto a nosotros en los entrenamientos y las competencias. En el Challenge de México (en marzo) pagamos 40 dólares por cada atletas y por sesión. Cada equipo (selección de un país) tiene un profesional que asiste a los deportista antes, durante y después de las pruebas. En cambio, nosotros tenemos que arreglarnos como se pueda.

P: ¿Cuando surge algún imprevisto usted hace de fisioterapeuta?

R: En varias oportunidades. En cada participación soy la psicóloga, fisioterapeuta, consejera y prestamista. A momentos digo ¡ya basta, esto no puede seguir así! pero la pasión por el deporte nos deja siempre junto a los chicos y en las competencias. Cada atleta tiene sus propias dificultades. Varias veces tengo que absorber sus problemas y es difícil porque no existe un psicólogo. Cuando tienen problemas familiares, ellos necesitan que alguien los escuche y los aconseje.

Además ellos tienen sentimientos, se enamoran, rompen sus noviazgos, es terrible tratar de llevar adelante esa situación. Pienso que ya no puedo ayudarlos como quisiera porque llega un momento en el que yo también necesito ayuda. Si hubiera un psicólogo que quitara ese peso, me dedicaría más a trabajar en la parte técnica y física.

También necesitamos un medio de transporte para que podamos llevar adelante los entrenamientos fuera de la ciudad de La Paz. Los chicos incluso dejan de almorzar para cubrir los pasajes.


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