Superó con sólo 04 décimas de segundo a su inmediato seguidor Bladimir Pinaya que vio escapar la carrera de las manos porque hasta el kilómetro 9, llevaba la delantera.
Lo de Chambi es para destacar, tomando en cuenta de que fue tercera presentación en la Prueba de El Decano, porque el año pasado no hizo podio, no bajó los brazos hasta conseguir llegar a lo más alto.
En damas mayores la reina fue Beatriz Quispe Choque, que como digna pupila del gran Policarpio Calisaya, cumplió un impecable recorrido que fue concretado con un tiempo de 55 minutos 30 segundos, ganando así su serie e incluso dándose el lujo de superar a varias atletas juveniles.
Los competidores salieron como aves, después del toque festivo de la chicharra que al unísono del papel picado de colores marcó la largada a horas 7:43, con la categoría de los atletas en sillas de ruedas.
Desbordó la alegría después de exactos 15 minutos cuando los varones, entremezclados en categorías, formaron un mar de velocidad y colores con aroma a linimento y ansiedad hicieron de avenida Mariscal Santa Cruz una ruta viviente.
Los 13 kilómetros cobraron vida entonces y mientras más avanzaba el tiempo se iban desprendiendo de la masa los que con alma de campeón llegaron primeros a la meta, aproximadamente después de 45 minutos.
Las damas, aunque menos en cantidad, sumaron en calidad. A la talentosa Beatriz Quispe, maestra de profesión y atleta de corazón, la vimos correr con el ímpetu de pasar la meta y llegar directo a los brazos de sus esposo y sus dos hijos. “No es impedimento el ser madre…” fue lo primero que dijo, con hálito entrecortado. Luego recordó que la avenida Busch le cobró factura, al igual que el resto de los atletas. Pero en el desandar del tiempo, quien mejor ovacionado salió fue el centenario atleta Manuel Ramos, que llegó con un ánimo marcado y con la promesa de “seguir corriendo a sus 101 años, si así Dios le permite”.
Gumercindo Tola y Sergio Marín fueron los no videntes que salieron y llegaron a meta, guiados por su ángel de superación que les sirvió para constituirse en el mejor ejemplo de bolivianos.
Con la bandera boliviana en manos, sobrepasó la meta aquel hombre que silla de ruedas recibía el aliento de la afición “¡Fuerza Ramiro…fuerza Ramiro Chávez!”, le gritaban y su franca sonrisa iluminó de esperanza el final de esta Prueba Pedestre, que tuvo la marca registrada de EL DIARIO, nuestro diario y que en este caso particular, como en la mayoría de los representantes del Deporte Integrado estuvo dedicada a los cientos de discapacitados que se encuentran en marcha en Patacamaya, pero ellos por vencer una batalla mucho más grande: su reivindicación social .
LO PINTORESCO
Lo competitivo le dio esa dósis de fuerza a una competencia como la de El Diario, que se ha constituido como la más importante y de mayor concurrencia en Bolivia. Pero, fue el momento en que lo otro, lo que también le ha dado un lugar en el corazón de quienes han elegido en un lugar de su corazón a esta competencia. Por eso se vio en acción a parejas, quienes abrazados rebasaban la meta y luego se fundían en un beso fraterno; o el caso de atletas que con sus canes con la lengua afuera, también hacían lo mismo.
Familias enteras, padre, madre y hasta hijos, también lograban superar la meta, todos abrazados, en medio de los atletas que habían cumplido con el objetivo trazado.
Otras, como el caso de la Mujer Maravilla, o la “Super Chica”, también resaltaban por el disfraz que llevaba consigo. Fue una fiesta deportiva, por eso es que no hubo perdedores, todos ganaron en la Prueba Pedestre El Diario, que cada vez gana más adeptos.
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