Esta afirmación se origina en la experiencia de miles de atletas, quienes sintieron que esta fiesta deportiva es significativa y gratificante a lo largo de sus vidas. Ayer nuevamente se vivió la emoción y pasión de esta jornada, que cada año congrega a miles de atletas y familias en su conjunto.
Minutos antes de la partida, el afán y entusiasmo fueron parte de los inquietos preparativos para la prueba, los atletas se alistaban y se agrupaban por categorías. Los distintivos, colores, símbolos, insignias, mensajes, que son ubicados en lugares visibles, entre otros, fueron parte de esta fase preliminar de la competencia.
Paralelamente, los organizadores también realizaron preparativos, ellos ajustaron los últimos detalles, antes de dar la señal de partida, todo con el afán de velar por la seguridad y el desarrollo óptimo de la memorable demostración atlético-social.
MOMENTOS EMOTIVOS
Cada momento de la prueba estuvo cargado de un componente emotivo, ver a los deportistas de todas las edades, muchos de ellos abuelos, padres, hijos y nietos, en casos generaciones casi completas, deparó emociones diversas, difíciles de describir, pero sin duda inolvidables.
Un momento así y que impulsa a la reflexión, se vivió en la partida de las personas con discapacidad. Con entusiasmo y mucho ánimo demostraron que nada es imposible de hacer. Para enfrentar un reto solo se necesita creer y poner de por medio el corazón.
También resultó emotivo ver a voluntarios del Grupo SAR y la Cruz Roja, además de los efectivos de la Policía y personal de la comuna paceña. Todos, con el único propósito de ayudar, por lo menos con una sonrisa dirigida a los atletas.
Varias personas apoyaron a los corredores, en diferentes puntos de la ciudad, dándoles agua y ánimo, para que lleguen a la meta, indistintamente, seguramente, con el deseo de que lleguen primero. Para muchos, el solo llegar a la meta y terminar la prueba pedestre era pues suficiente para sentirse campeones.
Un momento importante se vivió cuando una persona de la tercera edad llegó a la meta. Manuel Ramos, de 100 años de edad, arrancó aplausos, emociones y sorpresa, cuando finalizó su participación en la prueba más importante del país.
DRONES CAPTARON INTERÉS
Los drones captaron la atención. Por primera vez se vio objetos voladores siguiendo la prueba pedestre, los mismos que capturaron las imágenes aéreas en cuatro puntos: la primera en la partida, es decir en El Prado y calle Loayza, la segunda en la Pérez Velasco, la tercera en la avenida Busch (altura plaza Villarroel) y la cuarta en el sector de la meta, cerca al Teatro al Aire Libre.
Imágenes inolvidables de la Prueba Pedestre Internacional 2016 quedaron plasmadas gracias a los drones, las mismas que quedarán en los registros documentales del Decano de la Prensa Nacional.
Las imágenes y grabaciones fueron tomadas de una altura de 500 metros, con duración en tiempo de vuelo desde 20 min. En esta oportunidad, cuatro drones sobrevolaron los cielos paceños.
CORRER POR LA CIUDAD
Los atletas se ubicaron a las 7.00 horas en la calle Loayza y El Prado, donde se dio inicio a la partida, para avanzar por la avenida Mariscal Santa Cruz, plaza del Obelisco, Pérez Velasco, avenida Montes, puerta trasera de la Terminal de Buses, Trébol de la autopista y ex Estación de ferrocarriles.
Continuaron por la plaza Kennedy, plaza Eguino, calle Murillo, plaza Sucre, avenida 20 de Octubre, plaza Abaroa y calle Pedro Salazar. Luego comenzaron a descender a la plaza Isabel La Católica, para cruzar el Puente de las Américas, y de este modo llegaron a la plaza Triangular, para continuar subiendo por la avenida Busch, rodearon la plaza Villarroel, luego pasaron por Tejada Sorzano, avenida Saavedra, llegaron a la plaza Uyuni, Estadio Hernando Siles, avenida del Ejército, donde los atletas pusieron todo su ahínco para finalizar en la meta, a la altura del Teatro al Aire Libre.
DATOS
- Entidades como la Asociación Atlética de La Paz, Jueces de Atletismo, Cruz Roja, Grupo Sar, Policía, Bomberos, Tránsito y el Gobierno Municipal de La Paz ayudaron de gran manera. Fue en la meta que se notó el peso de su trabajo, porque –como en anteriores versiones– no hubo que lamentar accidentes ni contratiempos.
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