01 agosto 2016

Cuatro Tunkas logran el objetivo Río



Los atletas Ángela Castro, Wendy Cornejo, Ronal Quispe y Marco Rodríguez se propusieron hace cuatro años ir a los Juegos Olímpicos de Río 2016 por mérito propio, haciendo las marcas mínimas. Hoy ese objetivo es una realidad gracias al apoyo del proyecto Tunkas, financiado por la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) mediante un acuerdo con el Gobierno.

En 2012 nació los Tunkas, que en aymara significa 10, la cantidad de deportistas que fueron beneficiados con esta beca. Desde entonces el respaldo hacia ellos fue total para su preparación, desde ropa deportiva, pasajes, alimentación y otros.

Los cuatro obtuvieron su pase a Río logrando bajar las marcas mínimas establecidas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF por su sigla en inglés) en diferentes competiciones. Claramente fue gracias al proceso que cumplieron.

Las chicas participarán en los 20 kilómetros marcha, al igual que Rodríguez en varones. Sus mejores tiempos son: Castro (01h30’33”), Cornejo (01h33’15”) y Marco (01h23’35”); mientras que Quispe será el único en los 50 kilómetros marcha (04h04’26”).

El camino recorrido no fue nada fácil, ya que a pesar de estar bien respaldados las dificultades no faltaron.

“(Este ciclo olímpico) tuvo sus altas y bajas, ya que al principio no me estaba yendo bien, me costaba mucho hacer la marca para Río”, cuenta Castro, quien ahora es la abanderada nacional y tiene el mejor tiempo entre las damas.

Cornejo afirma ser “la persona a quien más cosas le ha pasado en este tiempo, pero he podido superarlas”.

Quispe sostiene que “el proceso de preparación fue duro, pero al final se pudo conseguir la marca y eso es lo importante”.

Mientras que Rodríguez manifiesta que “realizar una marca para clasificar no fue nada fácil. Muchas horas de entrenamiento, mucha atención a lo que hay que hacer”.

Los cuatro concuerdan en que el aspecto psicológico fue lo que más les costó, pero no solo a ellos, sino también a su entrenadora, Martha Marín, quien fue la que trabajó bastante para que ganen confianza en sí mismos con el propósito de llegar lejos.

“Me costó mucho hacerles creer que podían, no se imaginan cuánto me costó. A momentos me ponía muy dura con mis atletas, porque tengo que exigirles, si no vencen esa mentalidad de fracaso no servirá de nada lo que están haciendo”, explica Marín, quien tiene a cinco deportistas clasificados a los Juegos Olímpicos. La otra es la marchista de 20 kilómetros Stefany Coronado.

“Para mí fue muy duro, al principio me iba quedando en plena competencia y la profesora me empujaba, me decía ‘no seas maricona’ y eso se me quedó”, rememora Castro.

Todos son conscientes de que sin los Tunkas no hubieran podido clasificarse a Río, ya que antes solo recibían algo de colaboración, como es el caso de la empresa telefónica Entel, pero no era suficiente.

“Yo trabajaba porque necesitaba para mis pasajes e ir a entrenar. En esos tiempos no tomaba suplementos porque no tenía. En la noche trabajaba de mesera, varios años lo hice así. También estuve como Cebra en 2011”, recuerda Castro, quien se dedicaba a todo ello antes de recibir la colaboración de la CBN.

“A mí me ayudó Marthita (su entrenadora), incluso con los pasajes, o a veces no tenía para comer y ella me colaboraba. En mi familia tengo dos hermanas más y era muy complicado pedirles a ellas, porque no soy de pedir cosas”, relata Cornejo.

Quispe también trabajaba y se ganaba la vida como árbitro de fútbol: “Soy profesor de Educación Física y ejercía mi carrera como árbitro, lo hacía sábados y domingos. Ganaba algo de dinero y eso lo invertía para los entrenamientos que iba a realizar durante la semana”.

Enfatizó que si no era por los Tunkas hubiera dejado el atletismo. “Era muy sacrificado el trabajar fines de semana, era mucha inversión”.

Rodríguez tuvo la colaboración de su familia y entrenadora, “me ayudaron mucho a llegar lejos, más que todo en la parte económica”.

Al final de todo lo sucedido se sienten muy agradecidos con los Tunkas, con la CBN, que confió en ellos cuando nadie les daba alguna oportunidad para crecer.

Los datos

Contentos. Sus familiares son los más felices por la clasificación a Río de Janeiro, según manifiestan los cuatro atletas, quienes también recibieron respaldo de quienes están cerca.

¿Sacrificio? Para ellos no existió esa palabra durante los últimos cuatro años, porque —según señalan— hacen lo que les gusta, les apasiona. Y el no asistir a fiestas, a bailar o dejar muchas otras cosas de lado, no es un sacrificio.


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