Estuvo durante un mes encerrado en una mansión en el norte de Buenos Aires junto a otros 15 luchadores del continente siendo grabado durante las 24 horas. José David Flores fue el único boliviano seleccionado para participar en la tercera versión del reality "The Ultimate Fighter Latinoamérica" de la UFC Pasó de todo: "El hecho de tener una cámara en tu cara no da para salir llorando", mencionó el luchador en una entrevista con El Día. Tensión, entrenamiento, disputas, frustración, entre otras cosas que nacen de convivir con otras personas se verán desde a partir de las 22:00 en el conocido canal de TV por pago UFC Network. El sábado Red Uno lo transmitirá a las 23:00.
El guerrero en la mansión. Cuando lo llamaron para hacer el casting él se encontraba en EEUU entrenando, a los tres días tuvo que viajar a Buenos Aires y fue seleccionado para entrar al programa, no obstante, tenía que pasar las pruebas médicas, para ello tuvo que viajar a Brasil. Si en caso encontraban alguna sustancia prohibida en su sangre, automáticamente sería dado de baja. "Hay muchos que no pasan los análisis médicos, porque por ejemplo si has consumido marihuana hace un año eso sale en el informe y no podés participar", señaló Flores. Ese fue el comienzo de una aventura que solo Bentley Syler había conocido ya que había participado en la primera versión del programa. "No te puedo decir mucho, tengo un contrato de confidencialidad que si lo rompo me demandan por $us 5 millones y eso es harto", señaló José, todo cauteloso a las preguntas. Tuvo momentos de tensión. "Como estábamos los 16 ahí adentro, hubo una vez que se habían sacado la comida de la heladera de uno y eso generaba molestia", acotó el luchador. "Es como te metan a una cárcel con puros asesinos", con esas palabras describió José la experiencia que tuvo dentro de la mansión. Era dormir, entrenar, comer y pelear, en ese orden se puede describir la rutina dentro del programa, y claro, la yapa era que todo el día tenían una cámara en la espalda. ¿Que casi tira la toalla?. Pues sí, pero cuando se dio cuenta que no era el único que estaba pasando por lo mismo, retomó la riendas. "Hasta las cosas malas fueron positivas", dijo Flores. Una de las cosas que más le costó fue alejarse durante ese tiempo de su hijo de cinco años, Franko, y de sus amistades. "Estaba solo", finalizó Flores.
A opinión del boliviano, su participación fue más que buena en la competición, ya que tenían que pelear programa tras programa, además, pudo llevarse de la mejor forma con sus compañeros. Pero todo eso se lo verá a partir de hoy, en un programa que dura una hora y que lo pasarán en toda Latinoamérica, incluido México y algunos países de Centroamérica.
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