Las manos de Oliver Luna y Denis Ramos comienzan a cobrar otro tono de color y a subir de temperatura luego de 10 minutos de pegarle a unas pelotas del tamaño de las de raquetbol, pero, más pesadas y envueltas en cuero. Ambos tienen 16 años y son de la nueva generación de jugadores jóvenes de k’ajcha, una variación boliviana de la pelota de mano, conocida también como pelota vasca.
"La k’ajcha es un deporte tradicional que jugaban nuestros abuelos en los centros mineros. Estamos orgullosos de practicarla y de atraer nuevas generaciones para que no quede en el olvido”, explica orgulloso Sergio Vera, entrenador de los dos adolescentes y jugador de k’ajcha hace ya varias décadas. "En mi caso, este deporte es una tradición familiar. Mis abuelos eran jugadores, mi papá también y yo lo juego desde niño”, cuenta el entrenador, quien bordea los 40 años.
Vera también enseña a jugar pelota vasca y de frontón. Por eso, cada tarde, está puntual en la Asociación Municipal de Raqueta-Fronton de La Paz, en Miraflores, para practicar k’ajcha, pelota vasca y raquet junto a sus alumnos.
Una tradición boliviana
La k’ajcha conocida también como wallik’ajchi es un deporte competitivo que se practica en una cancha igual a la que se utiliza para jugar raquetbol. En ella los jugadores impulsan una pelota hacía una pared, valiéndose únicamente de las manos, "tanto para servir como para retornar”.
Los puntos se cobran cuando alguno de los jugadores falla en responder.
"La k’ajcha se la juega con pelotas cuyos pesos van de los 55 a 75 gramos, dependiendo del torneo. Son pelotas similares, en tamaño, a las del raquetbol, pero están fabricadas a base de nylon, envuelto en hilo y recubierto en cuero”, explica Vera mientras muestra una de las pelotas con las que practican.
El deporte se disputa entre dos contrincantes, a ese juego se le llama "soleada”. También puede practicarse en equipos de dos, a esta forma de jugar se le llama "dobles”. Vera explica que la k’ajcha es uno de los deportes más completos junto con la natación. "El deportista debe estar preparado tanto físicamente como mentalmente, pues aquí también entra en juego la táctica”.
Un deporte que apasiona
Tras el calentamiento, Oliver y Denis ya tienen las manos calientes y están listos para entrar a la cancha. Si bien los adolescentes son de los pocos jugadores jóvenes que practican k’ajcha en La Paz, Vera explica que éste es el segundo deporte más practicado en la ciudad. "Tenemos jugadores desde los ocho hasta los 65 años”, dice. Los niños y adolescentes practican el deporte desde febrero de este año, cuando Vera asumió el cargo de entrenador de la escuela de frontón miraflorina.
"Hasta antes de abrir los cursos no habían jóvenes practicando k’ajcha, menos niños. Con esta escuela estamos volviendo a fomentar que los adolescentes jueguen este deporte”, dice el entrenador.
Quienes practican habitualmente el deporte, cada domingo, "participan de torneos en los que se apuesta dinero, muchas veces en grandes cantidades. Eso lo hace más apasionante”, detalla Vera. Además, se llevan adelante torneos entre municipios con miras a participar del nacional.
Esa misma pasión que siente Vera por la k’ajcha se percibe en Oliver y en Denis. "Me animé a practicar luego de ver a mi tío jugando. Preferí jugar k’ajcha porque es un deporte nuestro”, dice Oliver, quien sueña con que algún día esta disciplina llegue a una olimpiada.
Similar impresión da Denis, quien practica la k’jacha tres horas diarias. "Me gusta porque exige una buena condición física”, dice el joven, quien se prepara para convertirse en un competidor de primera línea.
Sobre la disciplina
Práctica Las clases de k’ajcha, pelota vasca y de raquetbol se imparten de lunes a viernes. La inscripción es gratuita y el lugar tiene un espacio donde se rentan los accesorios como raquetas o pelotas.
Campeonatos Todos los domingos, la Asociación de Raquet y Frontón de Miraflores organiza torneos para las diferentes edades, donde se realizan apuestas.
Disciplina La k’ajcha es un deporte tradicional boliviano. Es una de las disciplinas más completas y requiere tanto un buen estado físico como mental, pues aquí también entra en juego la táctica.
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