Opinion
El apoyo económico y asistencial acabó. Los marchistas Ronal Quispe, Ángela Castro, Wendy Cornejo, Stefany Coronado y Marco Rodríguez ya no son más “Tunkas” luego de que el contrato con la Cervecería Boliviana Nacional (CBN) acabara este mes.
De aquí en adelante, la continuidad de los deportistas bolivianos que dieron la cara por el país en Río 2016 es incierta.
Castro se muestra angustiada. Sostiene que no sabe qué sucederá con sus entrenamientos puesto que la colaboración que recibía por parte de dicha firma era fundamental en su carrera.
Cuando ya comenzó el ciclo olímpico (periodo de cuatro años de preparación), la paceña, que concluyó en la casilla 18 de los 20 kilómetros en los Juegos de Río 2016, no se aventura a planificar los trabajos encarados para Tokio 2020.
“No pensé en nada. Ahora no tengo ningún apoyo y debo buscarlo. No planifiqué nada. Si ahora contara con la asistencia diría claramente qué quiero hacer en mi marca y que voy a lograrlo, pero no puedo porque no tengo apoyo”.
La paceña fue la tercera en la escala sudamericana dentro de la clasificación de los 20 kilómetros, motivo que generó centenas de felicitaciones en las redes sociales.
Quispe, quien compitió en una de las pruebas más duras (50 kilómetros marcha), es otro de los afectados. De momento, no existen indicios por parte de la empresa privada que se dirijan a ayudarlos.
La maratonista Mery Quispe, que también fue parte de Río, tampoco cuenta con becas ni colaboración directa. No obstante, su meta es disminuir 13 minutos para Tokio 2020.
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