Desde que el 24 de abril pasado se puso la corona nacional y se convirtió en el “rey del ajedrez”, Benjamín Soto intenta salir del espasmo que le generó la sorpresa y se enfoca por completo en el futuro mediato que supone haber clasificado al Festival Panamericano de la Juventud. La próxima parada será en Uruguay.
Según su cédula de identidad, tiene solo 9 años y nació en Cochabamba, pero lo cierto es que, a su corta edad, el niño prodigio que digita las piezas en el tablero cuadriculado ha demostrado grandeza.
De la mano de su entrenador, Rubén Molina, Benja no solo se consagró campeón en la categoría Sub 10 hace menos de un mes, sino que también peleó el título en Sub 12 y salió segundo, triunfante en la batalla con sus peones y alfiles.
“Está muy animado”, contó ayer Rubén, hermano y profesor de Jessica Molina, la exponente número uno en la categoría Sub 16 que también viajará al país charrúa en julio.
Para conseguir el objetivo en la cita de Uruguay, Benjamín y Rubén repasan jugadas y problemas dos horas por día en casa de la familia Soto, donde el binomio afina detalles y se concentra en finales, medio tiempo y demás aspectos que hacen al ajedrez.
El niño tiene instructor propio desde hace menos de un año. Antes, su formación era meramente familiar. Algo estaba faltando para “pulir la pieza”.
Elizabeth Cabellos, madre de Benjamín, relató que su hijo comenzó a interesarse por el tablero cuando tenía 7 años, en 2014. Al principio, ella y su esposo se negaban a enseñarle. No querían que aprendiera porque “es un deporte muy sacrificado para un niño”.
El antecedente claro de la conclusión que habían sacado los Soto se justificaba en que sus hijos mayores también habían practicado ajedrez desde la niñez y el tiempo que le dedicaban los perjudicaba en otras actividades cotidianas.
¿El comienzo? Fue épico. Una tarde, el pequeño halló torres, caballos y alfiles desparramados por la casa. Lo demás, lo describió Elizabeth: “Lanzó las piezas en la cabeza de su papá y le dijo que le enseñara. Su padre se alarmó. Desde aquel momento, mi hijo entendió a la perfección”.
Con dos años de experiencia, supremacía local y nacional continua; y un Sudamericano en sus espaldas como experiencia internacional, el campeón de la categoría Sub 12 continúa trabajando.
En 2014 fue cuarto en dicho Sudamericano. Ya tiene roce con adversarios extranjeros y sabe a lo que se atiene. Sin embargo, esta vez, irá mucho más preparado porque cuenta con la asistencia permanente de Molina, el formador de ganadores bolivianos.
Benjamín tiene garantizados los gastos de su estadía en Uruguay porque la organización se hará cargo de ello. La familia Soto espera que la Federación Boliviana cubra los gastos de su pasaje aéreo.
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