En la maratón de 21 kilómetros que realizó ayer una empresa privada se registró la muerte de un joven de 27 años luego de llegar a la meta con su enamorada. Ambos corredores aceptaron el reto como una “prueba de amor”, según informó la pareja del corredor.
El joven Adolfo Javier Flores, de 27 años, perdió la vida inesperadamente luego de que concluyó el kilómetro 21 de la maratón junto a su enamorada Wendy Rocío Quispe Alarcón, quien dijo “juntos corrimos agarrados de la mano hasta el final, porque fue una locura de amor”.
Durante el trayecto el joven no presentó ninguna molestia, sin embargo, al cruzar la meta sintió un fuerte dolor en las piernas y falta de aire, al pedir auxilio el afectado se desvanecido de cara, contó Quispe.
Inmediatamente los puntos de atención desplegados en este evento brindaron los primeros auxilios, y posterior traslado a la clínica Sagrada Familia, en el trayecto el joven perdió la vida.
El padre del fallecido Javier Flores, en conversación con EL DIARIO, contó que él habría salido de su domicilio muy temprano en la mañana, “no nos dijo dónde fue, él salió temprano y a las 10 de la mañana me informaron que tenía que ir a la clínica, pero la distancia y el tráfico que generó el evento no logró nuestra llegada, mi hijo ya había muerto”, dijo.
Según relató el progenitor el joven estaría preparándose para la defensa de su examen de grado en la carrera de derecho de la Universidad Aquino de Bolivia (Udabol), además el formaba parte del equipo de la Red UNO como el responsable del lenguaje de señas en el programa “Que no me Pierda”. Los personeros de Soboce que realizaron el evento acompañaron en todos los procedimientos y según se supo ayudaron a cubrir los gastos a la familia.
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