"Siento que es una búsqueda para satisfacer esa necesidad que tenemos todos los seres humanos de volar, de expandirse en un vuelo”, dice Juan Francisco Taborga sobre el Ultimate, un juego novedoso en Bolivia que gira en torno al lanzamiento de un disco volador, o frisbee, y anotar puntos en una cancha similar a la del fútbol.
Illimani Condors es la institución deportiva conformada en enero de 2012, en La Paz, por jóvenes de ambos géneros, con la misión de impulsar la práctica del deporte Ultimate, también conocido como Ultimate Frisbee, como una nueva propuesta a nivel nacional.
El Ultimate es un deporte competitivo y sin contacto que se practica entre dos equipos. La cancha está dividida en áreas de anotación, algo similar al fútbol americano o rugby. El objetivo es anotar puntos haciendo pases con el disco entre los jugadores hasta llegar a la zona de anotación del otro equipo.
Cada equipo está conformado por siete jugadores. Los participantes no pueden correr o caminar mientras tienen el disco en las manos y deben pasarlo rápidamente a otro jugador. Se pueden jugar partidos por tiempo, que pueden tener 100 minutos; o por puntos, hasta anotar 15.
El espíritu del juego
"El Ultimate se destaca por una filosofía que se llama ‘espíritu del juego’ o el juego justo (…). Esto radica en la responsabilidad que cada jugador tiene en la cancha. Ya que no existe un árbitro que controle, lo hacen los mismos jugadores que de manera consciente resuelven los problemas”, explica el entrenador de Illimani Condors, Gonzalo Laserna.
Este deporte, que surgió en Estados Unidos en la década del 70, cuenta con su propio Mundial de Ultimate y está oficialmente organizado en federaciones y asociaciones. Sin embargo, sólo tiene dos años de jugarse en Bolivia. Illimani Condors inició sus prácticas con alrededor de 18 personas y actualmente cuenta con 20, cuatro de ellas mujeres.
Es miércoles, el reloj marca las 20:00 y los jugadores de Ultimate inician su entrenamiento en una de las canchas del Colegio Militar. Los discos levantan el vuelo en las manos de los "cóndores”.
Y es que practicar este deporte es mucho más que lanzar un disco volador, que pesa 175 gramos, ya que si bien la alegría y diversión del juego son parte fundamental, la condición física se torna importante a la hora de saltar para lanzar o recibir el disco -hacia arriba, los lados o el suelo-, además de tener en cuenta la dirección de lanzamiento y una estrategia.
Por ello, el calentamiento es la parte inicial de todo entrenamiento en las prácticas que realiza este equipo.
Rendimiento físico y equilibrio
En el pasado, para Pablo Santa Cruz, de 29 años, la idea de jugar un deporte organizado le significó siempre un dolor de cabeza, pero jugar con un disco le abrió la mente a otro tipo de sensaciones. Ello debido a que no es un juego de contacto o violento.
"Para lanzar el disco necesitas técnica y, por qué no, cierta elegancia. Estás corriendo a toda velocidad para alcanzar el disco, pero luego se requiere toda la paz para tener una estrategia y hacer un buen lanzamiento”, dice.
Durante las prácticas lo primero que hacen los jugadores es lanzar el disco con una pareja. Luego recorren la cancha haciendo una rutina física.
Juan Pablo Álvarez, de 25 años, es el capitán del equipo. Para él es un deporte que requiere un tiempo de aprendizaje, pero que aporta mucho a la condición física, al alto rendimiento y cargar de energía positiva a quienes los practican.
"Hay otro equipo en La Paz que se llama Alti Chaskis, con los que creo que hemos jugado los primeros tres partidos de Ultimate en Bolivia”, sostiene.
No pasa mucho tiempo antes de verlos hacer pases y dar saltos buscando el disco volador, la rapidez física y mental es imperativa y vital.
Algunos miembros de Illimani Condors han practicado deportes como fútbol, básquet o tenis, algunos de ellos al vivir en otros países comenzaron a practicar el Ultimate fuera de Bolivia.
"Es un ejercicio cardiovascular, de resistencia, tiene elementos de varios deportes; pero va más allá, implica libertad y es muy intuitivo a la vez. Y por su exigencia te hace cambiar un poco tu actitud ante la vida”, añade Taborga, de 29 años, después de hacer ejercicios de lanzamiento, recepción, movimientos y cancha.
Finalmente se juega un partido entre los asistentes, antes de finalizar la práctica.
Una de las metas principales de Illimani Condors es competir y participar este año en el torneo sudamericano de Ultimate Espíritu Sudaka, que se realiza anualmente durante abril en Buenos Aires, Argentina, ya que fueron invitados. De lo contrario esperan participar en 2015.
El interés que este equipo ha generado la integración de, al menos, cuatro equipos de las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí.
"Uno de mis sueños sería ver que el Ultimate se vuelva un deporte querido por la gente en Bolivia y se jueguen partidos en el estadio Hernando Siles”, finaliza Laserna.
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