La nutrición y el entrenamiento son factores claves en el proceso de entrenamiento de cualquier deportista de alto rendimiento, pero muchas veces, los atletas de élite descuidan un tercer elemento, que es el “sueño”.
Los deportistas hablan mucho de la alimentación adecuada que deben tener, pero no logran estabilizar y programar adecuadamente sus horarios de sueño, esto porque generalmente además de su entrenamiento realizan otras actividades como estudiar o trabajar, las que consumen gran parte de su tiempo y tienden a reducir sus horas de descanso, sin sospechar que ello afecta directamente su rendimiento deportivo.
Para cualquier persona, dormir es un acto restaurador porque el organismo lleva a cabo titánicas labores: las funciones orgánicas se regeneran y estabilizan, el sistema nervioso se desarrolla y los procesos mentales se ordenan, sobre todo los relacionados con la inteligencia, capacidad de asociar y recordar.
Durante el sueño, además se facilita la asimilación de los conceptos del entrenamiento deportivo, motivo por el que muchos entrenadores cuidan que sus deportistas dediquen el tiempo necesario al descanso.
Según investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU), la calidad del sueño, que antes era visto como un factor más para mejorar el rendimiento, ahora se convierte en esencial si se pretende conseguir un rendimiento óptimo.
Según la BBC investigaciones recientes han demostrado que la falta de sueño puede afectar desde la cantidad de peso que un atleta puede levantar, los tiempos de reacción, hasta su habilidad para manejar el estrés propio de una competencia.
Motivo por el que los expertos apuntan que los atletas que duermen más horas muestran una mejora importante en distintos ejercicios de la práctica regular.
En los últimos años, diferentes empresas lanzaron al mercado dispositivos que ayudan a los deportistas a tener un registro de la cantidad de sueño. Gracias a esta tecnología, los deportistas pueden ajustar su entrenamiento acorde con la información que reciben de las aplicaciones.
Por ejemplo, el canadiense Trofym Anderson, atleta de élite en remo, dijo que estos dispositivos tecnológicos son sus aliados, porque con estos, además de medir su ritmo cardíaco, velocidad y dieta, lleva un registro de su sueño.
“La pulsera que utilizo me permite saber con exactitud en qué momento me quedo dormido, porque muchas veces me voy a la cama a las 20:00 y son las 21:00 y sigo despierto, así que esta pulsera me permite saber cuán profundo he dormido, cuán liviano ha sido el sueño, cómo me siento y hasta cómo debería sentirme”, dijo.
Anderson no es el único deportista consumidor del creciente mercado de aplicaciones y dispositivos para el ejercicio, mercado que sólo en Estados Unidos está valorado en 3.000 millones de dólares.
El equipo de baloncesto masculino de la Universidad George Washington, anunció que sus jugadores empezarán a llevar monitores de sueño.
“El que llevo tiene bluetooth, lo que me permite conectarlo a mi teléfono, donde tengo una aplicación que se conecta a un programa más grande”, le cuenta a la BBC el entrenador de ese equipo Matthew Johnson, quien espera que las pulseras que llevan un registro del sueño, o más bien de los movimientos nocturnos, le dirán cuándo y con qué frecuencia sus jugadores tienen interrupciones en el descanso.
“Esto es como la nutrición. Quieres que tus deportistas coman bien, pero es difícil supervisarlos porque no siempre estás con ellos. Lo mismo ocurre con el sueño; intentas presionar sobre su importancia, pero realmente no tienes certeza”, aclara Johnson.
DATO
El descanso
Es vital en el entrenamiento. Aunque es cierto que la mayoría de los deportistas y entrenadores creen que el sueño es un factor importante en el deporte, en realidad no son conscientes de que el rendimiento óptimo sólo se logra con un correcto hábito de sueño.
DISPOSITIVOS PARA CONTROLAR EL SUEÑO
Monitores no convencen a todos
BBC Mundo.com
Algunos expertos advierten que los monitores del sueño cuentan con una tecnología que apenas se está abriendo paso en el mercado, por tanto, tiene sus limitaciones.
El doctor Viven Jain, especialista en sueño, considera que una pulsera no basta para tener información precisa sobre el descanso. Se necesita una combinación de factores, como la actividad cerebral y los movimientos.
“Los dispositivos disponibles se basan en la premisa de que el movimiento significa estar despierto”, continúa Jain. “Si te mueves estás despierto y si no lo haces estás dormido, y esta es una suposición muy simple de lo que es el sueño”.
El experto agrega que las pulseras pueden detectar movimiento y erróneamente asumir que la persona está despierta.
Si bien es posible que las aplicaciones y dispositivos disponibles actualmente para monitorear el sueño no ofrezcan un análisis detallado, los especialistas conceden que puede dar una idea general de los patrones del sueño.
Además, consideran que su uso ayuda a crear cada vez más conciencia sobre la importancia de dormir.
EL SUEÑO SE DEBE PLANIFICAR
El descanso en los jugadores de fútbol
Uno de los equipos de fútbol más famosos a nivel mundial como es el FC Barcelona, señala en un estudio sobre el sueño. “Un equipo de primer nivel, de cualquier deporte, que juega internacionalmente, junto a los partidos de Liga y Copa y otros de característica autonómica o de preparación, suma cada temporada entre 70 y 90 días de desplazamiento, es decir, de dormir fuera de casa. Eso significa habitaciones, camas, almohadas, sábanas diferentes, y por supuesto, un ambiente familiar, social y de confort incomparable con el del hogar. Lo que sin duda repercute en el descanso en mayor o menor medida y por consiguiente en su rendimiento físico posterior. Sobre todo si además añadimos viajes nocturnos, en medios no siempre adecuados, y llegadas a horas intempestivas”.
Por este motivo incluso se vieron medidas para facilitar el sueño en los desplazamientos del plantel, como ser asegurar que los jugadores lleven su propia almohada de viaje, sus sábanas de viaje (sobre todo los alérgicos), crear rutinas para ir dormir (luz, lectura, música, ducha caliente), entre otros factores.
UN CICLO PUEDE TOMAR ENTRE 90 A 110 MINUTOS
Las cinco etapas del sueño
Usualmente quienes duermen pasan a través de cinco etapas: 1, 2, 3, 4, y sueño REM (movimiento rápido de los ojos). Un ciclo de sueño completo toma un promedio de 90 a 110 minutos.
Etapa 1 (Adormecimiento): es un estado de somnolencia que dura unos diez minutos. Es la transición entre la vigilia y el sueño.
Se pueden dar alucinaciones tanto en la entrada como en la salida de esta fase. Etapa 2 (Sueño ligero): Disminuyen tanto el ritmo cardíaco como el respiratorio. Sufrimos variaciones en el tráfico cerebral, períodos de calma y súbita actividad, lo cual hace más difícil despertarse. Etapa 3: Fase de transición hacia el sueño profundo. Etapa 4 (Sueño Delta): Fase de sueño lento, las ondas cerebrales en esta fase son amplias y lentas así como el ritmo respiratorio. Cuesta mucho despertarnos estando en esta fase que dura unos 20 minutos aproximadamente. No suelen producirse sueños. Fase REM: característica en la cual el cerebro está muy activo, el tronco cerebral bloquea las neuronas motrices de manera que no nos podemos mover. Ésta es la fase donde soñamos y captamos gran cantidad de información de nuestro entorno debido a la alta actividad cerebral que tenemos.
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