Bolivia espera tener una presencia histórica en los XXVIII Juegos Olímpicos Río 2016, en el que quiere contar con 10 deportistas, duplicando la nómina que llevó a Londres 2012, evento en el que estuvo representada por cinco atletas en tres deportes (natación, atletismo y tiro deportivo).
“Tenemos la idea de que lleguemos como mínimo a ocho, aunque el objetivo es llegar a 10 deportistas, que sería un hecho histórico, porque la última vez en Londres fuimos con cinco. Obviamente, la mayoría de ellos será a través de wild cards, o sea como invitados, por el principio de universalidad que tienen los Juegos Olímpicos”, expresó Marco Arze, presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB).
A la fecha el país tiene cuatro deportistas con boleto a Río 2016, porque consiguieron las marcas mínimas exigidas por sus federaciones para la cita olímpica. Ellos son: Karen Tórrez en natación, Wendy Cornejo, Claudia Balderrama y Marco Rodríguez en atletismo.
Tórrez logró la mínima B en la prueba de los 50 libres con un tiempo de 26”01 durante los Juegos Panamericanos Toronto 2015.
Los atletas: Cornejo, Balderrama y Rodríguez lo hicieron en la prueba de 20 km marcha. La mínima en damas es de 1h36’, Cornejo hizo un tiempo de 1h34’12” en el Campeonato Mundial de Atletismo en Pekín; mientras que Balderrama paró el cronómetro en 1h34’14” en una prueba de marcha en Eslovenia. Finalmente, Rodríguez bajó la mínima exigida en varones de 1h24’, al conseguir un tiempo de 1h23’35” en la Copa Panamericana de Marcha en Arica.
El resto de los deportistas bolivianos tiene por lo menos unos cuatro meses para lograr clasificar por sus propios medios con marcas a los Juegos Olímpicos, pero mientras eso sucede existen varias federaciones que solicitaron que el COB solicite wild cards para sus deportistas. Entre estas federaciones podemos mencionar al tiro deportivo, ciclismo, tiro con arco, judo, lucha, gimnasia, tenis y box.
Pero por norma cada comité olímpico nacional sólo puede pedir seis cartas de invitación. Mañana, la comisión técnica del COB se reunirá para ver quiénes cumplen con los requisitos para optar por esta forma de asistir en los Juegos Olímpicos.
“Las invitaciones tampoco son regaladas, porque los postulantes a ellas deben no sólo haber competido a nivel internacional, sino tener cierto desempeño en estos torneos para ganarse el derecho a las wild cards”, explicó Arze.
Entre los deportistas para optar por las wild cards está el cruceño Rudolf Knijnemburg, quien tuvo una buena participación durante los Juegos Panamericanos Toronto 2015, en el que ingresó a una de las finales. Otro que también tiene muy buena chance de conseguir la invitación es el ciclista Óscar Soliz en las pruebas de ruta. El pedalista tuvo uno de sus mejores años el 2015 al ser parte del equipo Movistar de Colombia.
Las disciplinas del atletismo y la natación tienen un tratamiento especial, según explicó Mario Quinteros de la comisión técnica del COB, ya que tienen una plaza de universalidad, lo que significa que por país siempre van un hombre y una mujer.
En este sentido, en atletismo ya clasificaron en damas y en varones, pero en natación sólo está Tórrez, motivo por el que este deporte tendrá una carta de invitación para el mejor nadador rankeado, si no logran la marca mínima. Los postulantes para esta wild card son Andrew Rutherfurd y José Quintanilla.
DATO
100 mil dólares es el presupuesto del que dispondrá el COB para la preparación de los deportistas que irán a los Juegos Olímpicos Río 2016.
El titular del COB, Marco Arze, aseguró que la mayoría de los irán a los Juegos está dentro de un programa de entrenamiento.
NADIE EN LOS DEPORTES DE CONJUNTO
Mientras que en las disciplinas individuales hay al menos cuatro meses para que los deportistas consigan la clasificación a los Juegos Olímpicos, en las de conjunto Bolivia no logró un cupo para ninguno de los deportes.
“En los deportes de conjunto, ya deberíamos haber sido campeones de Sudamérica o mínimo estar entre los tres primeros del ranking, no lo logramos y por eso no pudimos clasificar ni en baloncesto, voleibol ni en ningún otro deporte de conjunto”, explicó Marco Arze, presidente del COB.
Mario Quinteros, miembro de la comisión técnica del COB, manifestó que en marzo los comités nacionales deben presentar las listas largas, donde se inscriben a los deportistas ya clasificados y aquellos que hasta un mes antes de la cita olímpica tengan opción clara de lograr obtener el boleto a Río 2016.
“Con estas listas largas se consigue que después si los deportistas logran su clasificación entonces no se tenga problemas para inscribirlos”, explicó Quinteros.
Las listas finales deben ser inscritas por los comités nacionales hasta un mes antes del evento internacional, que se desarrollará del 5 al 21 de agosto de 2016.
Es por eso que el COB ayudará económicamente a aquellos deportistas que tengan posibilidad de clasificar para que participen de torneos internacionales.
DOS ATLETAS CERCA DE LA MÍNIMA
Los tres deportistas en la disciplina de atletismo que lograron su clasificación a los Juegos Olímpicos se suman a otras dos del deporte base, una en 20 kilómetros marcha y otra en maratón.
Stefany Coronado, la mejor expositora del atletismo en el 2015 con sus tres medallas de oro en pruebas internacionales en los 10 km marcha, es una candidata para lograr la mínima en la prueba.
Aunque para Coronado es un cambio de distancia muy grande, porque ahora deberá pensar en una resistencia de 20 km y no de 10, aseguró que ya inició su entrenamiento en el 2015 para buscar la mínima en las pruebas internacionales que tendrá desde marzo de este año.
Entretanto, la otra candidata a conseguir la mínima es Rosmery Quispe, en la prueba de maratón. Quispe en la actualidad es una de las mejores fondistas del país, no sólo por su participación en las carreras 10K organizadas por el Gobierno, sino porque el 2015 ganó una media maratón realizada en Holanda.
Además, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) amplió el margen de clasificación y ahora la marca mínima es de 2h45’ y Quispe está a segundos de conseguirla.
JJOO DE LA CRISIS
elpaís.com
Los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en Río entre el 5 y el 21 de agosto, serán los de la crisis, reflejo de un país en recesión con el desempleo y la inflación en alta. Los trabajadores del Comité Río 2016 tienen prácticamente prohibido usar la impresora, los más de 10.000 atletas que se hospedarán en la Ciudad Olímpica no tendrán televisores en sus habitaciones como se les prometió, el centro acuático será a cielo abierto para ahorrarse el dinero que costaría cubrirlo y varias de las estructuras durante las competiciones serán de quita y pon.
La euforia de 2009, cuando Río de Janeiro desbancó a Madrid como anfitriona de los Juegos, se ha traducido a lo largo de estos meses en contención. Un año después de la elección, el PIB de Brasil crecía un 7%. Hoy el país vive su peor recesión en los últimos 25 años. “Vamos a hacer los Juegos con el dinero que tenemos, sin dejar deudas al Gobierno o a la sociedad “, ha dicho en varias ocasiones el director de comunicación del Comité, Mario Andrada.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, dice haber emprendido una cruzada contra los sobrecostes y promete no “avergonzar” a Brasil con un legado de instalaciones sin uso tras los Juegos. Los elefantes blancos han sido precisamente una de las herencias deficitarias del Mundial de 2014 y estadios millonarios, como el de Brasilia, han acabado convirtiéndose en sedes del Gobierno estadual para darles alguna utilidad.
Los gestos de ahorro – el Comité prometió reducir sus gastos al menos un 10% para que le cuadrasen las cuentas– no significan, sin embargo, un evento barato. El presupuesto invertido hasta ahora en preparar los primeros Juegos Olímpicos de América del Sur (cerca de 8.400 millones de euros) supera en más de un 43% lo que se gastó en organizar el Mundial en 12 ciudades.
La cuenta es alta porque la mayoría de ese dinero está destinado, no a la construcción de instalaciones olímpicas, prácticamente concluidas, sino, sobre todo, a mejorar las ineficientes infraestructuras de la ciudad. Pero no todas saldrán del papel para el evento. En las inversiones se han incluido promesas antiguas como la construcción de la línea de metro que unirá el centro de Río a Barra da Tijuca, principal escenario de competiciones, y para cuya finalización el Gobierno del Estado aún está pidiendo créditos. En la lista estaba también la limpieza de la Bahía de Guanabara que, tras consumir 2.300 millones de euros durante 20 años para su descontaminación, recibirá las competiciones de vela con toneladas de residuos fecales flotando en sus aguas y con virus que amenazan la salud de los atletas.
El especialista en derecho, gestión y marketing deportivo Pedro Trengrouse cree que la contención de gastos se debe más a un modelo de Juegos Olímpicos obsoleto que a la crisis económica. “Los Juegos Olímpicos enfrentan una crisis mundial, cada vez hay menos países democráticos dispuestos a asumir esas cuentas. Por eso vemos que países como China, Catar, o Rusia, donde la población participa poco de la toma de decisiones, empiezan a ocupar más espacio en esos eventos”, dice Trengrouse. “Si le preguntas, el pueblo dice que no quiere Juegos”.
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