09 enero 2016

Adrenalina en la ruta del Dakar

Una vez más, los aficionados se deleitaron con el paso de las máquinas. Los departamentos de Oruro y Potosí disfrutaron de una jornada excepcional.

La cita comenzó la noche del jueves y parte de la madrugada de ayer. Cientos de personas se fueron en caravana al punto más alejado de la partida.

El clímax de la competencia llegó a las 06:30 con el paso en competencia del español Joan Barreda, quien arrancó aplausos y muestra de apoyo de los espectadores.

La carrera comenzó y mucha gente se dio modos para presenciar la competencia: sobre los cerros, desde la parte alta de sus autos o simplemente violando las restricciones de seguridad.Ante la vista y paciencia de los efectivos policiales, los vehículos se dieron modos para ingresar hasta la zona de espectadores y burlaron el control de seguridad.

Con la competencia ya instalada, el astro sol salió para iluminar el despejado cielo potosino y acompañó una jornada llena de emociones y a la espera de presenciar una buena etapa.

Las arengas y muestras de apoyo, en especial a los bolivianos, fue parte del entusiasmo demostrado por el público y que se replicó a lo largo del altiplano boliviano.

Los helicópteros de la Amaury Sport Organisation (ASO) sobrevolaron una y otra vez el cielo boliviano para hacer seguimiento de la carrera, algo novedoso y hasta impresionante para los visitantes.

Sin importar el creciente calor y el polvo en el aire, las personas apostadas en los costados de la pista trazada armaron un verdadero show desde sus ubicaciones.

La imprudencia una vez más generó reclamo entre los espectadores, puesto que muchos niños y otras personas cruzaban la vía de un lado a otro sin importar el peligro al que se encontraban expuestos.

La mañana comenzó a pasar y la impaciencia por ver a los representantes nacionales y competidores renombrados se hizo evidente.

Cada uno –a su turno– hizo su paso, hasta que alrededor de las 07:30 el aficionado estalló de alegría al ver a Juan Carlos "Chavo" Salvatierra atravesar la zona de espectadores y dirigirse hacia los siguientes puntos de control establecidos por la ASO alrededor del Salar de Uyuni.

A las 07:40, se oyó a lo lejos una voz que decía "cuadra a la vista". Se trataba del paraguayo Nelson Sanabria, quien hizo su paso como el primer competidor en su categoría.

Wálter Nosiglia, el mejor boliviano en la competencia, hizo su paso por Chita a las 07:54, 14 minutos luego del que encabezó, en ese momento, la etapa.

El chaqueño Fabricio Fuentes arribó a las 08:30 y arrancó aplausos junto a Leonardo Martínez, el piloto de cuadriciclos, que fue uno de los últimos en partir.

A las 09:25, el valluno Danny Nogales cerró la pista de las dos primeras categorías; fue el preámbulo de los autos, categoría bastante esperada por la afición.

El primer vehículo en transitar por Chita fue el conducido por el debutante y múltiple campeón mundial de rally Sébastien Loeb, seguido a dos minutos por el francés Stephane Peterhansel, el español Carlos Sainz y el catarí Nasser al-Attiyah.

Los bolivianos salieron a la cabeza de Marco Bulacia, piloto que aceleró en la especial e hizo su paso por ese sector alrededor de las 10:30, ante los aplausos de la afición deportiva.

Luego de 20 minutos de espera, el sorprendente Rodrigo Gutiérrez hizo su aparición a bordo de su Toyota.

Fortunato Maldonado apareció por Chita a las 11:30, y a las 11:52 llegaron casi juntos el tarijeño Delio Velásquez y el cruceño Julio César Roca.

El público aguardó bastante hasta que a las 12:15 los camiones partieron rumbo a la sexta etapa. Una historia distinta se escribió ahí.





EL SHOW DE CAMIONES

La categoría más esperada desde la madrugada fue la de camiones. La expectativa durante la mañana tuvo su recompensa en los primeros minutos de la tarde.

El primero en llevarse los aplausos y el asombro de la gente fue el vehículo de Eduard Nikolaev, de la escudería Kamaz.

El gigante ruso dejó literalmente boquiabiertos a los espectadores y una enorme cortina de polvo los acompañó hasta su salida de la zona de espectadores. El piloto ruso se llevó los aplausos de la afición.

La arremetida de los camiones Tatra, Man e Iveco puso en riesgo la ventaja de Nikolaev debido a que imprimieron, cada uno a su paso, velocidad extraordinaria.

Una vez más, la imprudencia de los asistentes puso en riesgo a todos los actores.

La Policía trató de evitar el paso imprudente de más personas, debido a la ferocidad de los "elefantes de metal". La afición aguardó paciente a cada uno de los motorizados sin importar el sol, el hambre y la sed.

Casi al finalizar la tarde, la caravana de vehículos dejó Chita para retornar a Uyuni o a sus lugares de procedencia.



EL FENÓMENO CAMIONES EN BOLIVIA

A lo lejos se distingue un camión. A simple vista parece un vehículo cualquiera, pero se trata del camión de la escudería Kamaz y conducido por Eduard Nikolaev, el vencedor de la etapa 5.

Nikolaev maneja a más de 180 kilómetros por hora y levanta mucho polvo a su paso.

Sin duda alguna, es una experiencia diferente para los bolivianos, mucho más cuando es la primera vez que esta categoría ingresa a territorio nacional.

La sorpresa en los rostros de los aficionados los deja con la boca abierta mientras el polvo busca la forma de camuflar al vehículo a lo largo de su paso.

"Oye, ¿viste ese camión? ¡Qué enorme!", decía un grupo de jóvenes, mientras los más descuidados se orillaban o incluso invadían la ruta para tomarse una fotografía con los "elefantes mecánicos".

Ni el calor ni el hambre hizo mella en los asistentes. Los camiones tuvieron más poder que los fenómenos climatológicos y los poderosos rayos del sol.

Cada camión a su turno hizo el deleite de los aficionados.

El argentino Federico Villagra (Iveco) trató de hacer prevalecer su condición de vencedor de la etapa cinco y aceleró a tal punto que emocionó a la gente.

El belga Martin Kolomy (Tatra) sorprendió con una enorme estructura y llevando encima toda la admiración de los presentes.

A lo largo de la zona dos de espectadores, muchas personas se expusieron a una inminente muerte al cruzarse directamente al frente del camión, situación que sólo fue controlada por el mismo público y ante la escasa cantidad de efectivos policiales y militares.

Ante esta situación, se reforzó el control en la zona, empero no hubo una mejora evidente y una vez más la imprudencia estuvo cerca de cobrar vidas.

Durante el paso de los motorizados, muchas personas se llevaron un susto cuando el camión del holandés Hans Stacey invadió parte de la zona de espectadores y estuvo cerca de llevarse a un centenar de personas.

El furor desatado por los camiones cambió el panorama de los aficionados. Stephane Peterhansel, Robbie Gordon y Joan Barreda fueron el principal atractivo en esta tercera versión del rally Dakar por suelo boliviano.

Hoy será la despedida y todos los espectadores tendrán la posibilidad de presenciar una vez más a los camiones en acción.

Para hoy, la largada está prevista a las 06:00 en inmediaciones de la histórica mina de Pulacayo.

El rally Dakar se despide de Bolivia con muchas cosas positivas.


FAMILIAS COMPARTEN TIEMPO JUNTOS

El rally Dakar no solamente es una competición. También es sinónimo de unión, familia y tiempo compartido.

Cientos de familias acudieron hasta distintos puntos de la sexta etapa y dejó en claro que esta carrera se vive y agrada a todas las familias.

Algunas compartieron una parrillada por la madrugada y hasta las primeras horas de la mañana.

Las fotos en grupo y la comida de media mañana fueron algunas de las postales en familia que caracterizaron una jornada deportiva distinta a las demás.

Familias enteras disfrutaron de un día a puro sol y con algunas ráfagas de viento que levantaron bastante polvo y sorprendieron a quienes nunca antes visitaron el lugar.

Ante la masiva presencia de personas en la zona de espectadores, comerciantes locales y nacionales presentaron tentadoras ofertas para los visitantes: comida, gaseosas, dulces, bocaditos salados y hasta juguetes para los más pequeños de la casa.

La imagen de la competencia quedó grabada entre los asistentes. De esta manera, otro de los gratos recuerdos quedó grabado en la retina y la memoria de las personas asistentes.

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