Juan Carlos Montaño E.
En su inicio, la Vuelta a Santa Cruz ya comenzó a generar polémica. El argentino Franco López, de Andalucía Kohlberg, se impuso ayer en la primera etapa que llegó hasta la población de Mora, triunfo que recién fue confirmado por los organizadores cuatro horas después de que cruzara la meta. ¿El motivo? El pedalista, que pasó a comandar la clasificación general (ver posiciones), utilizó dos camiones como cortaviento para escaparse del pelotón, razón por la cual fue penalizado con Bs 350 de multa y 20 segundos, tiempo que no impidió que gane por la amplia ventaja que le sacó al resto. Además no recibió los 10 segundos de bonificación por ser el más rápido del día. Sus escoltas fueron todos argentinos: Gastón Agüero, de Glas Casa Real; Javier Salas, de Andalucía Kohlberg; e Iván Escudero, de Glas Casa Real.
Gran parte de la culpa por el inconveniente que generó polémica, pues algunos ciclistas pedían la descalificación de López, la tuvieron los organizadores, tras dejar vía libre para que pasen los vehículos cuando a la carrera aún le quedaban varios kilómetros. Esta situación fue criticada por los deportistas debido al peligro que ello significó.
Pero vamos a la competencia, que fue complicada. La primera etapa, que tuvo un recorrido de 140 kilómetros (desde el kilómetro 13 de la carretera a La Guardia hasta Mora), tuvo fuertes vientos y un calor que para algunos fue asfixiante. Por este motivo, los líderes se alternaron, pues se lanzaron con todo al ataque pero luego no aguantaron el ritmo y terminaron rendidos. Uno de ellos fue Fernando Espíndola, del equipo Warnes, que logró mantenerse en punta desde el kilómetro 40 hasta el 90. En ese trayecto logró hacer en algunos sectores una diferencia de dos kilómetros con el pelotón.
A partir de allí, se comenzó a notar el trabajo en equipo y quiénes serían los protagonistas del día. Los primeros en lanzarse y superar a Espíndola fueron López, Agüero y Salas. Este último, ganador del prólogo del jueves. Desde ese momento fue un ataque constante entre Glas Casa Real y Andalucía Kohlberg. En varios momentos el que asumió el mando fue el boliviano de Glas Casa Real, Horacio Gallardo, que es el actual campeón de la Vuelta a Santa Cruz.
Sin embargo, lo mejor estaba por venir. A 15 kilómetros de la meta, se lanzó al todo o nada Franco López, que tuvo la virtud de no bajar el ritmo. Cuando sus rivales se dieron cuenta de ello, ya era demasiado tarde, pues el argentino había ganado bastante tiempo y prácticamente era inalcanzable. La Vuelta continúa hoy entre Santa Cruz y Minero, con 160 kilómetros de recorrido.
La frase
“Toda la etapa fue complicada, pero el principal rival fue el fuerte viento”
Franco López / Ganador
El costo de la competitividad
El ciclista de punta en una prueba como la Vuelta a Santa Cruz llega a gastar, sólo en el equipo de competición, alrededor de $us 6.000. “Además de la buena preparación, el deportista debe tener un buen equipo para participar de igual a igual en la competencia”, sostiene Óscar Soliz, el único pedalista profesional de Bolivia y que en la prueba está reforzando a Andalucía Kohlberg.
Gran parte del monto está destinado para la compra de la bicicleta, costo que por lo general es mayor a los $us 5.000. Las marcas que más se utilizan en el país son las italianas Willier, Tret y Bianchi, y la estadounidense Gyant. Éstas las lucen en la Vuelta a Santa Cruz la mayor parte de los integrantes de los equipos de punta, entre ellos Glas Casa Real y Andalucía Kohlberg.
Otros montos de dinero se invierten en el casco de seguridad, que se lo adquiere en $us 300; las zapatillas, que llegan a costar $us 500; y la ropa, que se encuentra en $us 150.
A estos gastos se suman unos $us 1.000 que se destinan a la preparación, es decir, alimentación y vitaminas. “Pareciera que no, pero éste es un deporte caro. Por ese motivo, el patrocinio es clave para nosotros”, manifiesta Soliz, que durante todo el año corre unas 20 pruebas para el equipo colombiano Ebsa, con un sueldo que llega a los $us 500 mensuales.
El pedalista, que se adjudicó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Sucre, explicó que la inversión anual de su equipo, Ebsa, es de $us 500.000, que se destina al pago de 15 pedalistas, entrenador y viajes.
Sobre ruedas
Llegaron retrasados
Los ecuatorianos Héctor Chiles y Ramiro Calpa, del Glas Casa Real, llegaron a Santa Cruz la madrugada de ayer y no participaron del prólogo. Para que puedan largar se les adjudicó el peor tiempo del prólogo.
Un pedalista solo
Tras cumplir los 70 kilómetros, Orlando Soliz, de Bianchi, pidió agua y gualele en el sector de Mora; sin embargo, no fue auxiliado y tuvo que seguir corriendo.
Mucho trabajo
Los equipos de auxilio tuvieron bastante trabajo, en especial en el abastecimiento de agua (foto), debido al intenso calor. Por momentos, incluso algunos pedalistas sufrieron de sed.
Sin expectativa
La Vuelta a Santa Cruz pasó desapercibida en las poblaciones que recorrió, pues ni siquiera en Mora, que fue donde los ciclistas emprendieron el retorno, hubo espectadores.
Otra vez tarde
La prueba volvió a iniciarse más tarde de lo previsto. Ayer, el retraso fue de 45 minutos, pues recién se largó a las 8:45. En el prólogo, que fue el jueves, el retraso fue de una hora.
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