El 31 de octubre de 2003 un tiburón tigre de cuatro metros de largo arrancó el brazo izquierdo a Bethany Hamilton, que entonces tenía 13 años, mientras practicaba surf en la playa de Kauai, en su Hawai natal. El escualo, eso sí, no logró devorar la gran pasión de la norteamericana y en apenas unas semanas la adolescente regresaba a las olas. Hoy, a sus 26 años, se enfrenta a las mejores surfistas. El pasado fin de semana y tras aceptar la invitación para participar en el Fiji Pro, fue tumbando a rivales de la talla de Tyler Wrigh, actual número 2 del ránking internacional, o de Stephanie Gilmore, seis veces campeona del mundo, hasta acabar el torneo en tercera posición. Su nombre dio la vuelta al mundo. Una vez más. Esta es su historia:
1990-1998: Precocidad sobre la tabla
Bethany Hamilton nace en Kauai (Hawai) el 8 de febrero de 1990, siendo la tercera hija de Tom y Cheri Hamilton, dos enamorados del surf que trabajan por el día en hoteles como camarero y limpiadora, respectivamente. La pequeña Hamilton se sube por primera vez a una tabla a los dos años. Con ocho, comienza a competir.
1999: Primer patrocinador con 9 años
Convertida ya en niña prodigio, una compañía tan importante en el mundo de surf como la australiana Rip Curl no duda en patrocinarla, a ella y a su amiga Alana Blanchard. Ambas todavía siguen manteniendo la relación de amistad, al mismo tiempo que continúan ligadas a la misma marca. A partir de los 11 años, Hamilton es educada en el hogar, consiguiendo así más tiempo para entrenar.
Un mes entre el ataque y su vuelta a las olas
Cuando se encontraba instalada en segunda posición del ránking estadounidense (NSSA National Championships) y mientras disfrutaba de una sesión de surf en Kauai en la mañana del 31 de octubre de 2003, Hamilton fue atacada por un tiburón tigre, que le amputó el brazo hasta la altura del hombro. Pese al trágico suceso, la rider de 13 años tardó menos de un mes en volver al agua (26 de noviembre) y su historia acaparó la atención de periódicos, revistas y televisiones. Ya en 2005, gana el Nacional de Estados Unidos sub18.
Aprendiendo nuevas técnicas
Tras el ataque del tiburón, Tom Hamilton instaló asas en las tablas para que su hija pudiera realizar sin problemas elduck-diving (técnica también conocida como pato o cuchara que se emplea para sortear una ola sumergiéndose). Bethany también tuvo que adaptar la técnica de remo y emplear tablas más gruesas que las convencionales para ganar estabilidad.
2009, se estrena en olas de talla XXL
A los 19 años, debuta en una ola tan temible y mítica como la de Jaws, en la isla de Maui (Hawai), lo que le sirve para ser candidata a los premios más prestigiosos de la disciplina más extrema del surf. Ese mismo año -2009- finaliza en segunda posición del Mundial Junior sub 20.
Una historia de 'best seller'... y de película
Apenas un año después del incidente, en 2004, salía la biografía Soul Surfer: A True Story of Faith, Family, and Fighting to Get Back on the Board (Alma de surfista: Una verdadera historia de fe, familia y lucha para regresar a la tabla), autobiografía que ese año acabó en el primer puesto de la lista delo más vendidodel New York Times.
Basada en el libro, la película sobre la vida de Hamilton se proyecta a nivel mundial en 2011 con el nombre de Soul Surfer, Alma de surfista en España. Fue dirigida por Sean McNamara y protagonizada por Anna Sophia Robb. La propia Bethany Hamilton aparece en el filme como extra.
Se casa a los 23 años, madre a los 25
2014, vuelta a la alta competición
Con 24 años gana el Pipe Pro Invitational femenino en la famosa rompiente de Pipeline. Su embarazo detiene momentáneamente su trayectoria deportiva, pero sólo tres meses después de dar a luz regresa a los torneos del circuito mundial y a desafiar a las olas más grandes del planeta. Su reciente participación en el Fiji Pro, donde acabó en tercera posición, se antoja como una antesala del salto definitivo a la máxima categoría de la World Surf League.
Dios
Creció en una familia con fuertes convicciones religiosas y ni siquiera un suceso traumático como la pérdida de una extremidad le hizo perder la fe. "Cuando la gente me pregunta qué significa para mí Cristo suelo responder con sólo una palabra: '¡Todo!'. Eso era verdad antes del ataque del tiburón y lo ha sido también después. Y creo realmente que gran parte de lo que me hizo seguir adelante fue esta fe.
Es bueno saber que, incluso cuando no tienes ni idea de por qué algo ocurre en tu vida, alguien arriba tiene un plan maestro y cuida de ti. Es un tremendo alivio ser capaz de poner tu confianza en Dios y quitarte el peso de encima de tus hombros". "La única cosa que nunca desaparecerá, que nunca te fallará, es Dios y su fe en él. Todo lo que puedo decir es que Él me da una base muy sólida para todo lo que hago en la vida". En los últimos años, Hamilton acostumbra a dar charlas en iglesias de Estados Unidos, incluso dio un discurso en el Desayuno de Oración Nacional de 2014.
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